AGRADECIMIENTOS
En el otoño de 2004 viajé hasta Irak y desde Irak por la ruta tomada por los Diez Mil tanto como lo permitieron las circunstancias geopolíticas y el tiempo. Estoy agradecido a los fabricantes de mi Land Rover Discovery, así como a Ingrid Gottschalk, que compartió conmigo los placeres y tensiones del viaje. También querría dar las gracias a mis agentes, Bill Hamilton y Emma Parry; a mis editores, Walter Donohue, de Faber and Faber, y Peg Fulton, de Harvard University Press; y a mis lectores, Paul Cartledge, Kathryn Dunathan y Andrew Lane, junto con los dos reseñadores anónimos consultados por Harvard University Press. Me considero especialmente afortunado por contar con la amistad del profesor Cartledge, cuya infatigable energía y amplios conocimientos tanto de las fuentes primarias como secundarias de la historia griega hacen de él el destinatario perfecto para solicitar consejo e información. Wendy Toole, Alex Lazarou y András Bereznay demostraron una destreza meticulosa en sus respectivas tareas de edición, diseño y cartografía. Otros más, en especial Nazan Alsan, Martin Buckley, Tenir Demirbulut, Bill Murray, Tim Rood y Christopher Tuplin, me han ayudado también de diversas maneras. El Royal Literary Fund ha apoyado, una vez más, mi labor concediéndome becas de docencia. La investigación para el libro habría resultado mucho más penosa de no haber sido por la paciencia y habilidad del personal de las bibliotecas londinenses de las siguientes instituciones: Institute of Classical Studies, British Library, School of Oriental and African Studies y Warburg Institute.
Laconia (Grecia), diciembre de 2005