APÉNDICE I
LA HERMANDAD DE LA MANO
ORÍGENES E HISTORIA
No se sabe con certeza cuándo se estableció la Sociedad de los Asesinos, ni quiénes la fundaron. Ya existía antes de que los sartán abandonaran Ariano, a juzgar por los escritos que han quedado de la época, en los que se lamentan las actividades del gremio y se discuten métodos para acabar con él. Los estudiosos de los sartán suponen que los orígenes de la Hermandad se remontan al tiempo de la formación de los gremios en general, durante el próspero mandato de los elfos de Paxar. Éstos estimularon el libre comercio, permitiendo con ello el desarrollo de una poderosa casta de comerciantes.
Así, mientras los ciudadanos del Reino Medio más pacíficos formaban los gremios de plateros o de cerveceros, tal vez resultaba natural que los elementos más oscuros de la sociedad pensaran en formar su propia agrupación. Puede que, al principio, la Hermandad se formara como parodia de los gremios legítimos, pero sus miembros pronto debieron de ver las ventajas de la delincuencia organizada: autoprotección, autorregulación y capacidad para establecer y controlar precios.
Fundada probablemente por elfos, y sólo con miembros elfos en sus filas, la Hermandad no tardó en ampliar su ámbito para admitir humanos. Probablemente, habría incluido también a los enanos, pues el credo de la Hermandad es que el color del dinero es el mismo para todos, igual que el de la sangre. Sin embargo, para entonces la mayoría de los enanos había sido enviada a Drevlin y, por tanto, quedaba fuera del territorio al que se extendían los intereses y la jurisdicción de la Hermandad.
Los vientos agitados de los cambios y las guerras causaron estragos entre las naciones y los pueblos del Reino Medio, pero estos vendavales no hicieron sino reforzar el poder de la Hermandad. Una serie de líderes fuertes, inteligentes, despiadados y fríos, que culminaban en la propia Ciang, no sólo había mantenido prietas las filas de la Hermandad, sino que había incrementado su riqueza y su importancia.
Poco después de la caída de los paxarias y del advenimiento de los elfos de Tribus, la Hermandad tomó el control de la isla de Skurvash, levantó en ella su fortaleza y, desde entonces, ha continuado ejerciendo una profunda influencia sobre toda la actividad de los bajos fondos en el Reino Medio.
SITUACIÓN ACTUAL
El poder de la Hermandad durante este preciso período de la historia de Ariano es enorme. La guerra y la rebelión sirven como tapadera ideal para sus operaciones. Aunque no está directamente involucrada en las actividades de contrabando de Skurvash (igual que no lo está directamente en otras actividades ilegales), la Hermandad carga una «tasa» sobre las mercancías robadas o pasadas de contrabando, a cambio de proporcionar protección a quienes las venden. Esta «tasa» y los ingresos procedentes de las cuotas de afiliación convierten a la Hermandad en el gremio más rico que existe. Tal riqueza e influencia se deben indudablemente al genio de Ciang, la actual líder de la Hermandad.
CIANG, EL BRAZO
La palabra de Ciang es ley. Su figura es altamente respetada, casi venerada, por todos los miembros de la Hermandad. Ante una palabra de censura de Ciang, el asesino más cruel y despiadado que exista se encoge de miedo como un chiquillo revoltoso. Nada se conoce de su juventud, salvo que tenía fama de ser una de las elfas más hermosas de su historia y, por algunos indicios que ella misma había dado, como por casualidad, se suponía que era miembro de la realeza elfa. Ciang es encantadora, amoral y absolutamente despiadada. Es la única de la Hermandad que puede adoptar la decisión definitiva de «enviar el cuchillo» y la ha tomado en numerosas ocasiones. Aunque cualquier miembro puede demandar que se emprenda tal acción; la última orden debe darla ella.
ENVIAR EL CUCHILLO
«Enviar el cuchillo» es el término que se emplea en la Hermandad de la Mano para su ritual más temido. La violación de ciertas leyes de la sociedad de asesinos es punible con la muerte y, como era de esperar, los propios miembros se encargan de mantener el orden en la organización. Si se considera que un agremiado ha infringido alguna de las normas y se decreta la sentencia de muerte, Ciang ordena que se haga circular entre los miembros una serie de cuchillos de madera con el nombre del reo grabado. Los cuchillos pasan de mano en mano cuando los miembros de la Hermandad se encuentran en sus andanzas, hasta que corre la voz (lo cual sucede con una rapidez alarmante). Cualquiera que encuentre al trasgresor deberá dar cumplimiento a la sentencia de muerte, so pena de recibir un castigo similar. No importa que el reo sea amigo, amante, cónyuge, hermano o padre: la lealtad a la Hermandad tiene prioridad sobre cualquier otra fidelidad o promesa.
CUOTAS DE AFILIACIÓN
Al principio, las cuotas de afiliación eran bajas y su propósito era cubrir los gastos de la asociación y poco más. Fue Ciang quien determinó que fueran aumentadas a su actual nivel, extraordinariamente alto, provocando la salida del gremio de muchos de los llamados «asesinos del plato de asado» (gente dispuesta a matar a un hombre por un plato de comida). En su momento, la decisión suscitó amplias controversias y muchos miembros arguyeron (aunque nunca en presencia de Ciang) que significaría la desaparición del gremio, pero pronto quedó de manifiesto el acierto de la decisión de Ciang.
Antes, a los asesinos se les exigía el pago de un porcentaje de sus contratos, pero el control de las actividades resultaba demasiado complicado. Ciang ordenó poner fin a esta práctica y, actualmente, cada miembro tiene que pagar una cuota anual cuya cantidad varía según un rango, establecido sobre la premisa de que un asesino experimentado es un asesino rico.
Si un asesino pasa apuros económicos y no puede satisfacer las cuotas, la culpa sólo puede ser suya. La Hermandad quiere únicamente afiliados experimentados y disciplinados y puede permitirse el lujo de quitarse de encima bebedores, jugadores y cualquier otra clase de individuos cuyas flaquezas personales les hicieran unos fracasados en su oficio.
Del pago de las cuotas anuales sólo quedan eximidos los heridos en el cumplimiento del deber. Los afiliados heridos pueden acudir a la fortaleza de Skurvash y disponer de un tratamiento médico de gran calidad, el mejor, tal vez, de todo el Reino Medio. Las cuotas quedan en suspenso durante la recuperación.
LA ENFERMERÍA DE LA HERMANDAD
La admisión de los heridos en la enfermería se rige por unas estrictas normas. La lesión debe haberse producido en el desempeño de un contrato, debe ser de naturaleza honorable y debe haber sido recibida de modo igualmente honorable. (Recibir un garrotazo en la cabeza por la espalda durante una riña en una taberna, por ejemplo, no lo sería. Y tampoco un navajazo de un amante celoso.) Si un contrato queda pendiente a causa de una herida sufrida mientras se intentaba darle cumplimiento, el asesino debe devolver el dinero recibido por el trabajo y completar éste por cuenta propia, por una cuestión de honor personal.
DEFINICIÓN DE DIVERSAS EXPRESIONES
«Las cicatrices aún están frescas»
Esta frase tiene que ver con el rito de la investidura y hace referencia al hecho de que alguien no lleva mucho tiempo como miembro de la Hermandad. Ciang utiliza este término en alusión a Ernst Twist.
Nota: Hugh la Mano explicó su encuentro con Twist a Haplo, a quien debemos el relato. Haplo reconoció en Twist a una de las serpientes por la descripción que hizo Hugh de aquel extraño fulgor rojizo de sus ojos, así como por la relación entre Twist y Sang-drax.
Dado que las serpientes no podían llevar demasiado tiempo presentes en Ariano, a Haplo le resultó muy sorprendente que Twist hubiera ascendido tanto de rango en un período tan breve. En su relato, Haplo llegaba a la conclusión de que las serpientes, comprendiendo las enormes posibilidades de la Hermandad para contribuir a su empeño de llevar al mundo al caos, debían de haber hecho extraordinarios esfuerzos para infiltrarse en ella.
Haplo añade cierto rumor (obtenido probablemente de Hugh la Mano) respecto a que las serpientes simularon deliberadamente un intento de asesinato contra Ciang para que una de ellas, disfrazada, le «salvara» la vida y se convirtiera en un héroe. Si el hecho tuvo lugar realmente, no existen pruebas de ello. La propia Ciang es demasiado orgullosa como para dar publicidad al hecho. Sin embargo, lo incontrovertible es que Ernst Twist ha subido rápidamente en el escalafón de la Hermandad y, según todos los informes, aún sigue haciéndolo.
«De vaina a punta (…) llegar a espada»
Estas expresiones se refieren a los diversos grados de jerarquía de los afiliados a la Hermandad. Un nuevo miembro —uno «cuyas heridas sangran»— recibe la denominación de «vaina», pues, igual que una espada envainada, la capacidad del nuevo asesino está todavía por probar. De «vaina», uno pasa a «punta» —recién estrenado— y luego a «hoja», «cruz» y «empuñadura». Tales progresos pueden llevar años. El modo en que se determinan es riguroso secreto, pero cabe suponer que Ciang tiene la última palabra. El rango de Hugh, «la mano», es el máximo, a excepción del que ostenta la propia Ciang. Ésta es conocida como «el brazo».
LOS PADRINOS
Salvo en ciertas circunstancias, todos los solicitantes de ingreso en la Hermandad deben tener un padrino. Éste es una persona dispuesta a poner su vida en manos —textualmente— de un nuevo miembro, pues si el novicio infringe alguna de las normas de la Hermandad, el castigo cae no sólo en el neófito, sino también en quien lo ha presentado.
Cabría pensar que una norma así disuadiría a cualquier miembro veterano de apadrinar a uno nuevo, pero aquellos que aportan «sangre nueva» a la organización reciben sustanciosas recompensas.
En el caso de que se «envíe el cuchillo» a un miembro de uno de estos equipos, el otro puede reclamar el derecho prioritario a ejecutar la sentencia. Esto no le valdrá para salvar la vida pero, al menos, entre los restantes miembros de la Hermandad se considerará que ha muerto con el honor limpio.
Los equipos suelen operar juntos, aunque no es imprescindible que lo hagan. Algunos toman caminos separados y apenas vuelven a encontrarse esporádicamente.
En ocasiones, la propia Hermandad propone el ingreso en sus filas a algunos individuos de excepcional habilidad y talento. Hugh la Mano era uno de éstos. Por su carácter solitario, Hugh no habría solicitado nunca por propia iniciativa la entrada en la sociedad. Hay quien dice que la propia Ciang actuó de padrino. Otros apuntan que fue el hombre al que sólo se conoce como el Anciano. Hugh no habla de ello jamás.
EL FUTURO DE LA HERMANDAD DE LA MANO
Sin duda, un Ariano pacífico produciría cambios en la Sociedad de los Asesinos, pero no es previsible la decadencia del gremio. El complot de las serpientes contra Ariano ha quedado desbaratado de momento, pero las malévolas criaturas no han sido vencidas.
Como nos recuerda Sang-drax, su influencia se ha dejado sentir desde el principio de los tiempos y continuará haciéndolo hasta su final. Y, hasta ese día, la Hermandad de la Mano prosperará.