El coño de Irene

No me despertéis, hostia, puercos, no me despertéis, cuidado que muerdo lo veo todo rojo. Qué horror otra vez el día otra vez la perrera la inestabilidad la acritud. Quiero volver a entrar en el mar ciego basta de relámpagos qué significan esas tormentas continuas quieren hacerme vivir la vida del trueno han cambiado mis orejas por chapas hay explosiones de grisú en cada respiración de mi pecho mis mineros huyen hacia las galerías de angustia estalla estalla más y mejor. Pero no es la claridad es la dinamita. Atraviesan con espadas mis párpados hunden dedos en mi garganta frotan mi piel con la grava del despertar. No arranquéis mis uñas sumidas en el mantillo de los sueños mi piel se pega a la sombra la noche está en mi boca mi sangre no quiere fluir. Duermo rediós duermo.

Brutos voy a gritar grito brutos hijos de cerdas enculados por los reclinatorios abortos de calzoncillos sucios fangos de los cagaderos carreras en las medias de las putas sapos domésticos mucosas purulentas pulgas chinches dejadme pelanduscas de rododendros pelos de axila candelas esquiladas de pulgas supuraciones de ratas virutas virutas negras deyecciones dejadme os mato os machaco os arranco los cojones os mastico la nariz os pisoteo.

Muerte muerte pues me despertarán me despiertan. A mí las cascadas las trombas los ciclones. El ónice en el fondo de los espejos el agujero de las pupilas el duelo la suciedad la fotografía las cucarachas el crimen el ébano el buyo los carneros de África con cara de hombre la clerigalla a mí la tinta de las sepias la grasa negra el tabaco mascado los dientes cariados los vientos del norte la peste a mí la basura y la melancolía la pez espesa la paranoia, el miedo a mí desde las tinieblas sibilantes desde las cabalgatas de incendios de las poblaciones de carbón y las turberas y las exhalaciones malolientes de los trenes en las ciudades de ladrillo todo lo que se parece al afeite de las noches sin luna todo lo que se desgarra ante los ojos en manchas en moscas en carbonillas en espejismos de muerte en aullidos en desesperación escupitajos de cachú cangrejos de regaliz furias residuos mágicos moscateles focas oro coloidal pozos sin fondo. A mí la oscuridad.

Culos cacas vómitos maricas maricas cerdos podridos castañas de Indias salmuera de orina excrementos escupitajos sangrientos reglas puaf sudor de orugas cola moco baba vosotros vosotros pus y semen viejo abominables sanies hinchazones vejigas reventadas coños mohosos blandengues merdosos eructos de ajo.

¡Si habéis amado aunque sólo sea una vez en la vida no me despertéis si habéis amado!