Notas
[1] Para la lectura de este texto, así como para la de la presentación de AP de Mandiargues que lo sigue, debe tenerse en cuenta que uno y otro fueron escritos en 1968 a propósito de la primera edición autorizada por la censura francesa de El coño de Irene, que en esa ocasión se tituló Irene, a secas. Para contrastar y complementar la información aquí vertida, cfr. la «Noticia». (N. del E.). <<
[2] Es difícil darse cuenta hoy de hasta qué punto la edición de Corydon, en 1925, fue un acto de valor y de ruptura social por parte de Gide. <<
[3] Publicado por vez primera por Le Cercle des Arts, en 1953. <<
[4] Cuarenta años más tarde, podemos decir sin vacilar (y que digan los contemporáneos si me equivoco), por una parte, que La historia del ojo y El coño de Irene parecen salir efectivamente de las mismas imprentas y, por otra parte, que esos dos libros se parecen curiosamente, por las técnicas de impresión, a las obras maestras de Max Ernst, Rêve d’une petite fille qui voulut entrer au Carmel, y La femme sans tête, publicadas por las Editions du Carrefour. <<
[5] Se trata de Commercy, donde Aragon residió frecuentes temporadas en casa de su tío materno Edmond Toucas. Este ejerció allí funciones de subprefecto de 1920 a 1925. Aragon se inspiró en esta ciudad para algunos de sus escritos. Particularmente para:
—Au Café du Commerce, poema automático fechado en 1919 pero que probablemente es de 1920 (Écritures automatiques, publicadas a continuación de Le Mouvement perpétuel, Poésie/Gallimard, 1970).
—«Le café du commerce à Commercy», XV y último capítulo de Anicet ou le Panorama, roman.
Durante el verano y otoño de 1923, Aragon residió dos meses en casa de su tío, según testimonian diversas cartas dirigidas a Jacques Doucet. Allí prosiguió la redacción de Le Paysan de París así como la de La Défense de l’infini.
Desde Commercy, Aragon realizó cortos viajes a Nancy y a Estrasburgo, donde fue invitado por Denise Lévy, la prima de Simone Bretón. Allí conoció a Máxime Alexandre y se hicieron amigos. Máxime Alexandre ha relatado este encuentro en Mémoires d’un surréaliste (La Jeune Parque, 1968). <<
[6] En una carta del 26 de agosto de 1923 dirigida desde Commercy a Jacques Doucet, Aragon escribió sin precisar más: «La llegada de un poco de buen tiempo me ha permitido al fin salir, y hay detrás del castillo un rincón que me gusta mucho, en pleno barrio obrero, tras el cuartel…». (JD 7207.94). Si nos remontamos a la época en que estas líneas fueron escritas la designación del burdel es lo suficientemente explícita por asociación a este cuartel. Esa institución hoy desaparecida era complemento obligado de toda guarnición. <<
[7] Aragon, por asociación de lugar, la toma aquí por vez primera, y parece ser que última, con Henry Bordeaux. Fue menos respetuoso con su maestro Paul Bourget, uno de sus blancos predilectos. <<
[8] Esta proposición será retomada y desarrollada por Aragon en diversas obras.
Es el caso de Avant–lire de 1964 que introduce la lectura de Anicet ou le Panorama y de Le Libertinage (en Oeuvres romanesques croisées d’Elsa Triolet et Aragon, tomo II; retomado en Le Libertinage, L’Imaginaire/Gallimard, 1977, p. 13):
«Estoy profundamente convencido de que no pienso, en el pleno sentido de la palabra, más que cuando doy forma de letras y de palabras a lo que se desarrolla en mí».
E igualmente, en Je n’ai jamais appris à écrire ou les Incipit (Skira, 1969, p. 13):
«Sigo creyendo que se piensa a partir de lo que se escribe, y no al revés. Por lo menos la gente como yo, si bien hay otros que hacen sumas y restas para saber qué van a tener que pagar o qué pueden pedir a cambio de su trabajo. Yo no hago cálculos más que para ver surgir sobre el papel las cifras, los números imprevistos cuyo sentido se me escapa pero con los cuales sueño.
»Así escribo novelas». <<
[9] Anne Chilsom, en su obra Nancy Cunard (Olivier Orba, 1980), afirma en la página 96 que la destinataria es Nancy Cunard. Según ella, las líneas que siguen fueron inspiradas a Aragon por su ruptura con esta. Ahora bien, tal ruptura no se produjo hasta el mes de septiembre de 1928, a partir de la estancia de ambos en Venecia. La publicación de El coño de Irene en la primavera de ese mismo año contradice pues totalmente esta hipótesis.
Mucho más probablemente, la destinataria es la misteriosa Dame des Buttes–Chaumont, a la que reencontraremos bajo el nombre de Blanche en Le Cahier noir. <<
[10] Giverny, donde Aragon residía en abril de 1923, se halla en la confluencia del Epte y el Sena. <<
[11] Este personaje no es producto de la imaginación del autor: ejercía efectivamente la profesión de carretero en Vernon. <<
[12] Dado que su nombre da título a la obra, la personalidad de Irene llama necesariamente la atención del lector.
Es muy azaroso pretenderla identificar con un personaje real. Lo es menos admitir la existencia de un modelo del cual Irene sería el reflejo.
Si se atiende al retrato trazado por el narrador, que en este caso no es el autor sino uno de los personajes de la novela, Irene ha nacido y crecido en una granja, y su madre, Victoria, es la hija del paralítico que «a los veinticinco años se ha sentado para siempre». El dato es desconcertante y nos pone sobre una pista imposible de seguir. Sabemos sin embargo que el narrador ha conocido a Irene en Vernon, en casa de un carretero llamado Gentil–Daniel, y Vernon está a dos pasos de Giverny.
Evocando este período de 1923 en el que huyó de París, Aragon escribió en el prefacio a Le Libertinage (L’Imaginaire/Gallimard, p. 30): «Fue entonces cuando opté por una suerte de soledad en Giverny (más tarde el decorado de una parte de Aurelien), y allí me crucé con la aventura».
Una carta escrita el 12 de mayo de 1923 a Jacques Doucet desde Giverny (JD 7207.73) nos proporciona más información:
«Siempre he estado dominado por las estaciones. Ya te digo que soy un animal cualquiera. Y sin duda lo que se gestaba aquí, entre el Epte, el Sena y las colinas, no podía ser otra cosa que amor, precedido de este calor agobiante del que el otro día te hablaba y al que siguió una tormenta formidable bajo cuyos relámpagos, bajo cuyas gruesas gotas que inauguraban la lluvia, tuve una revelación que parece haber transformado de nuevo mi vida. He aquí un nuevo torbellino. Me dejo arrastrar. ¡Ah!, quienes me conocen no dejarán de reírse. ¿QUÉ ME HA PASADO? No discuto, sufro. Me embargo. ¿Pero qué voy a contarte?».
Retomando esta anécdota en la obra de Daniel Wallard Aragon, un portrait (Cercle d’Art, 1979, p. 87), Aragon revelará la identidad de la mujer que encontró en Giverny. Se trataba de Clotilde Vail, una joven norteamericana cuyo hermano Laurence acababa de casarse con Peggy Guggenheim. Aragon le dedicó la pieza «Au pied du mur», que forma parte de Le Libertinage.
Nada, sin embargo, autoriza a concluir que Clotilde e Irene sean una misma persona. Sin duda lo más adecuado es dar la última palabra al autor cuando, de forma general, declara:
«Ya te digo, si hay una clave no es la de los personajes. ¿Qué importa quién sea Julien Sorel? La novela es la clave de nosotros mismos». («Les Clefs», en Les Letres françaises, n.º 1015, 6 de febrero de 1963). <<
[13] En 1925 Aragon pasó el verano en Salies–de–Béarn, probablemente invitado por Emmanuel Berl, entonces casado con Jacqueline Bordes: «No conozco nada tan muerto como Salies… He pasado mi tiempo en coche por el lado de los Pirineos, atravesando el Béarn para detenerme entre dos travesías en nuestro refugio, la propiedad de Madame Bordes a los alrededores de Sauveterre…». (Carta del 10 de septiembre de 1925 a Jacques Doucet, JD 7207.90.)
Esta propiedad, denominada Château Bétouzet, está situada en Adrein, ciudad de los Pirineos atlánticos bañada por el torrente de Oloron. El palomar del que habla Aragon forma parte de las dependencias del castillo. <<
[14] El párrafo al que pertenecen estas líneas es el único del que podemos fechar la redacción (véase la nota 15). Fue con toda seguridad escrito durante el mes de agosto de 1926, poco después de la condena de La Défense de l’infini por parte de los amigos de Aragon. Se expresa aquí una amargura que todavía no se ha borrado. <<
[15] En el número de Paris–Soir del 28 de agosto de 1926 apareció el reportaje de Bernard Lecache titulado «Train direct pour la Pologne», que lleva el subtítulo: «6000 prisonniers politiques ou l’épuvantail communiste». Bernard Lecache denuncia en él la suerte sufrida por los prisioneros encarcelados bajo el falso pretexto, dice, de adherirse al bolchevismo: «Sujetos a trabajos forzados, alimentados con remolachas, habitando celdas sin ventilación, privados de lectura, de ropa, los prisioneros políticos conocen una suerte peor que la de los malhechores».
El mismo número de Paris–Soir publicaba en la página 2 una carta de protesta firmada por Niño Franck. Este desmentía las informaciones dadas la víspera por el periódico en relación a la publicación de una nueva revista italo–francesa denominada Novecento. Paris–Soir afirmaba: «Hoy podemos decirlo: será el órgano oficial de la propaganda fascista en Francia destinada a combatir a esos escritores ignorantes que todavía tienen la audacia de escribir en francés en lugar de escribir en italiano».
Para apoyar esta afirmación, el diario citaba una entrevista de Curzio Malaparte, cofundador de la revista con Massimo Bontempelli. Malaparte proclamaba en ella la indiscutible preeminencia de la lengua italiana sobre «la lengua francesa o inglesa, reducidas a partir de ahora tanto una como otra al rango de argot internacional».
Niño Franck protestaba el que se pudiera establecer una relación entre dicha entrevista y los fines que se fijaba la revista 900. Y continuaba: «900 cuenta con la colaboración de surrealistas y, en particular, de Bretón, de Aragon, de Desnos, de Éluard».
Aragon le responderá en la revista Clarité (n.º 4, octubre/diciembre de 1926, p. 127) con un artículo titulado «900, revista fascista»:
«Acaba de aparecer bajo el título 900, Cahiers d’Italie et d’Europe una singular revista: fundada por dos italianos, a los que se han sumado un español, Ramón Gómez de la Serna, un inglés, James Joyce, un alemán, Georg Kaiser, y un francés, Mac Orland, aparece en francés en Roma y en Florencia. La prensa literaria francesa se ha congratulado de este éxito de la langue diplomatique universelle.
»Pero ¿qué significa exactamente esta empresa? El primer cahier tiene doscientas páginas. Entre los anuncios que contiene destaco los de los bancos Mercantile dei Maggazzini Generali, Dell’Umbria y Mobiliare, las revistas fascistas L’italiano, Critica fascista, La Conquista dello Stato… Añádese a esto que, al tiempo que solicitaban mi colaboración, escribían a André Bretón y a Robert Desnos ofreciéndoles pagarles hasta 400 francos por artículo, y esperando superar esta cifra.
»No nos cabe ninguna duda de que se trata de una revista alimentada por los fondos del Estado, sostenida por los bancos fascistas con una finalidad pura y simple de propaganda pan–italiana.
»¿Y qué decir de quienes se prestan a esta propaganda? Pese a la tarifa de colaboración, se han vendido a una causa bien sospechosa…».
Los fundadores de 900 cultivaron la más grande confusión asociando a su empresa escritores procedentes de todos los horizontes. A ello contribuyó un poco el acceso al comité de redacción de 900, a partir del número 3 correspondiente a la primavera de 1927, del escritor soviético Ilya Ehrenburg.
900 publicó cinco números entre el otoño de 1926 y el verano de 1927, momento en que la revista dejó de aparecer.
Entre los colaboradores ocasionales cabe citar, además de los ya nombrados, a Philipe Soupault, Max Jacob, Georges Ribemont–Dessaignes, Blaise Cendrars, Léon–Paul Fargue, Joseph Delteil, Alberto Moravia, André Malraux y André Salmón.
»Bontempelli Massimo, nacido en 1878 y fallecido en 1960, ejerció primero el oficio de profesor y más tarde el de periodista entre 1910 y 1922. Poeta, novelista y hombre de teatro, fue nombrado miembro de la Academia italiana en 1920. Fue uno de los intelectuales italianos que de un modo más notorio se adhirieron activamente al fascismo.
»A partir de noviembre de 1938, dada su manifiesta hostilidad al régimen, las autoridades le apartan de toda actividad oficial.
»Después de la segunda guerra mundial, en las elecciones de abril de 1948, fue elegido senador por la lista del Frente Popular, presentada por socialistas y comunistas; su elección sin embargo fue invalidada en razón de su pasado fascista. Ni en esta ni en futuras ocasiones se quiso tener en cuenta la decidida oposición mantenida por él en los últimos años del régimen.
»En 1951, su novela Los ídolos, publicada en L’Unità, marcó el fin de su trabajo como escritor». (Dizzionaccio critico della letteratura italiana, dirigido por Vittore Branca, Unione Tipográfica, Turín). <<
[16] Es el «paysan de Paris» quien se expresa aquí, en esta evocación del parque de Les Buttes–Chaumont en la que se habrá reconocido el pequeño belvedere, reproducción del templo llamado de la Sibila en Tívoli.
Uno de los arroyos artificiales del parque cae en cascada sobre una gruta cuya cúpula tiene una altura de veinte metros. Está asentada al pie del pitón que soporta el belvedere. <<
[17] La aparición del eslogan publicitario: Dubo… Dubon… Dubonnet, infinitamente repetido a lo largo de los túneles de metro, data del período entre las dos guerras. Algunas de estas inscripciones todavía podían leerse hasta una época relativamente reciente. <<
[18] Roret, Nicolás, Edme (1797–1860) fundó en 1821 una editorial conocida por su enciclopedia popular llamada Manuels Roret que trataba fundamentalmente de tecnología. Algunas de estas obras siguieron publicándose hasta los años treinta de este siglo. <<
[19] Aragon aquí se confunde de nombre. El personaje de la mitología griega al que quiere referirse es en realidad Céfalo. Hijo de Hermes y de Herse, fue raptado por la Aurora (Eos). Esta, que tuvo numerosos amantes, solía enamorarse de todo lo que era joven y brillante como ella. La Aurora era designada como la diosa de los brazos y los dedos de rosa. La confusión de Aragon está confirmada por la referencia al «mito de la aurora» de la frase precedente. <<
[20] Erda, o el espíritu de la Tierra, es uno de los personajes de El Oro del Rin de Richard Wagner. <<
[21] Entre 1923 y 1930 numerosos incendios devastaron los bosques de las Landas pero sobre todo los de Provenza. Su amplitud y su repetición provocaron numerosas interpelaciones de los diputados de estas regiones en el Parlamento. En Maures fue en 1923 y en 1927 cuando estas catástrofes revistieron mayor amplitud. La consulta de la prensa nacional así como la de la prensa regional (La République du Var, Le Var y Le Petit Var) no nos ha permitido documentar las referencias de Aragon. <<
[22] Tartarín de Tarascón: personaje del libro así titulado de Alphonse Daudet.
Yvette Bardin: personaje del cuento de Guy de Maupassant titulado Yvette.
Charlus, barón de: personaje de À la recherche du temps perdu de Marcel Proust. <<
[23] Aragon se refiere aquí a los combates que enfrentaron en esta zona de París a los partidarios de Versalles y a los de la Comuna los días 26 y 27 de mayo de 1871, y que se saldaron con la matanza de estos últimos en el mismo recinto del cementerio de Père–Lachaise.
La estación de metro Combat y la plaza del mismo nombre fueron rebautizadas en 1945 con el nombre de Colonel–Fabien. <<
[24] El accidente del metro de Couronnes se produjo en realidad el 10 de agosto de 1903. El suplemento ilustrado del Petit Journal que presenta en la portada un grabado en colores como ilustración del reportaje de este hecho es del 23 de agosto.
Aragon, que entonces tenía seis años, debió de quedar fuertemente impresionado por el dibujo y por la explicación que lo acompaña: «Una horrible catástrofe que recuerda el siniestro del Bazar de la Caridad acaba de desolar y asustar a París llenándolo de luto. Esta vez las víctimas son casi todas modestos trabajadores que volvían alegremente a sus hogares tras una dura jornada de trabajo».
Resumidos, los hechos fueron estos: al incendiarse un vagón, los viajeros bajaron al andén y a las vías. Se apagaron las luces y creyendo haber encontrado la salida, chocaron contra una pared. El humo aumentó el pánico. En total ochenta y cuatro personas perecieron asfixiadas. Desde entonces las señalizaciones de salida están dotadas de una iluminación independiente de la de las vías. <<
[25] El tema de la catástrofe del metro Couronnes vuelve a ser utilizado por Aragon en 1959 en un poema titulado Quéstce qu’il m’arrive (Elsa, Gallimard, p. 100) del que citamos este extracto:
«Qué me pasa. Un accidente de tren o tal vez sea el corazón probablemente el corazón y conozco demasiado bien el uso de las palabras el empleo de las palabras el abuso de las palabras su dosificación y la forma de utilizarlas para no saber aquí de entrada que cometo tanto peor una abominable imprudencia se mira cuando se cruza donde pones los pies y esconderos hostia esconderos mirad las granadas que llueven del cielo. Esto también suena a antiguo estos clichés de las viejas guerras pero qué se le va a hacer están las catástrofes en cuanto a mí la primera fue el metro Couronnes quién sabe hoy lo que ha pasado en el metro Couronnes hasta la estación ha cambiado de nombre. Así pues es el corazón la estación de metro Corazón sin flores ni coronas y la electricidad cortada ha cundido el pánico todo el mundo ha tenido miedo el pánico la oscuridad la oscuridad de las palabras entonces la gente que no estaba acostumbrada era todo hay que decirlo la primera época del metro salió precipitadamente a la aorta a la escalera todos a la vez a la oscuridad de la aorta la multitud nadie se imagina cuán intolerable puede ser la oscuridad para una multitud una asfixia una niebla para los ojos la boca y el espíritu esconderos hostia pero dónde os lo pregunto dónde esconderse de la oscuridad del ahogo negro no hay puerta ya no hay salida ya no se entiende nada de frente o de perfil las mujeres cayéndose a los pies de los hombres guapos la mayoría los niños pisoteados sólo queda la fuerza la fuerza inútil y el espanto la anchura de hombros y la brutalidad de las paredes la asfixiante noche la huida inútil y la violencia de la desesperación la refriega un formidable canguelo oír al menos oír ver aunque sólo sea el horror la papilla o la muerte al menos verla a esta muerte sobre nosotros comprender finalmente el sentido de la palabra muerte Coronas coronas coronas». <<
[26] Esta institución filantrópica fue creada en 1855. Mujeres de la alta sociedad organizaban anualmente unas subastas cuyos beneficios eran destinados a obras de beneficencia. En 1897 el lugar elegido para esta actividad se encontraba en Rué Jean–Goujon y no en Rué Babylone, como dice Aragon en su relato.
El local donde se abrió la subasta el 3 de mayo estaba constituido por barracones de madera. El 4 de mayo, mientras se hallaban reunidas mil quinientas personas, se declaró un incendio en la sala donde debía realizarse una sesión cinematográfica. Rápidamente se extendió a todo el local. Ciento diecisiete personas perecieron en la hoguera, entre ellas la Duquesa de Alengon.
La inmensa mayoría de los asistentes eran mujeres y niños. El escaso número de hombres entre las víctimas escandalizó a algunos, que acusaron a los que estaban presentes de preocuparse únicamente por salvar su propio pellejo.
En 1901 fue erigida una capilla (Notre–Dame–de–Consolation) en el emplazamiento del Bazar de la Caridad. <<
[27] La pastelería Guerbois, en aquella época una de las más famosas de París, se encontraba en el 53–55 de la Rué de Sévres, frente a los almacenes del Bon Marché. <<
[28] Boucicaut, Margueritte (1816–1887): esposa de Boucicaut, Jacques–Aristide (1810–1877), propietario de los almacenes Bon Marché. Ella aportó su ayuda a numerosas obras filantrópicas. Un busto con su efigie fue levantado en la plaza que lleva su nombre en el cruce Sèvres–Babylone. <<
[29] El 4 de julio de 1898 el paquebote La Bourgogne de la Compañía Trasatlántica colisionó con un steamer inglés, el Cromarthyshire, a la altura de Sable Island, cerca de Halifax. La Bourgogne se dirigía hacia el Havre. Se hundió rápidamente. Murieron ciento sesenta pasajeros. Sólo hubo ciento sesenta y tres supervivientes. El Fígaro del 8 de julio de 1898 relata el naufragio, del que extraemos estos párrafos:
«Los hombres se peleaban por ocupar un sitio en los botes salvavidas; repelían con fuerza a las mujeres y a los niños dándoles patadas (…).
»Varios italianos, desde la entrecubierta, blandiendo cuchillos, repelían a las mujeres y a los niños (…).
»Las escenas que se produjeron en el agua se distinguieron por una brutalidad aún más atroz. Enarbolando cuchillos u otras armas se impedía subir a los botes y a las balsas a muchos de los que se esforzaban en refugiarse en ellos». <<
[30] «Titanic: steamer trasatlántico de la White Star Line británica, notable por sus dimensiones (271 metros de longitud, 60 000 toneladas de desplazamiento) y por el lujo de sus instalaciones que, el 14 de abril de 1912, chocó con un iceberg al sur de Terranova y se hundió mientras la orquesta y los pasajeros entonaban el himno religioso ¡Más cerca de ti, Dios mío! Quinientas personas, al menos, murieron en este naufragio». (Larousse du XX siècle).
El reciente descubrimiento de los restos del Titanic, en el mes de agosto de 1985, ha dado lugar en la prensa a distintas evocaciones de las circunstancias de este naufragio. Aragon recordó nuevamente esta catástrofe en Les Cloches de Bâle (Folio/Gallimard, p. 401). <<
[31] Tipo de avión alemán empleado en los bombardeos nocturnos durante la Primera Guerra Mundial. <<
[32] Aragon en esta cita ha sustituido la palabra panther por la de oyster. La traducción aproximada de estos versos es la siguiente:
«Pasando cerca de su jardín, observé de reojo a la ostra y al mochuelo compartiendo un pastel». <<
[33] «Al perezoso, echado en su cama cerrada,
ningún alba jamás lo embriaga,
pues sólo sabe acunar a las crías
padecer, temblar, sudar para vivir». <<
[34] No hemos podido identificar a este personaje como héroe novelesco y tampoco aparece la menor traza de su nombre en las enciclopedias consagradas a la historia de las religiones. <<
[35] Chocarne–Moreau, Paul Charles (1855–1931): alumno de Bouguereau. «Chocarne–Moreau es un humanista que se complace en salpicar de alegría sus telas buscando el lado agradable de las cosas. Ha pintado a chiquillos, pequeños deshollinadores, aprendices. Caballero de la legión de honor. El Estado le compró numerosos lienzos. Entre sus obras: Partida de bolos en la sacristía, Deshollinador y pastelero, Broma de colegiales, Vendedor de estatuillas y El pequeño pastelero». (Extracto del Dictionnaire des peintres, sculpteurs, graveurs, dessinateurs de E. Benézit, 1924). <<
[36] El Hotel Terminus estaba situado en el número 108 de la Rué Saint–Lazare, frente a la estación del mismo nombre. Actualmente sigue existiendo bajo el nombre Hôtel Concorde–Saint–Lazare. <<
[37] Periódico de informaciones financieras fundado en 1825. <<
[38] Dos cafés con nombres muy parecidos y muy próximos uno de otro se encontraban en los bulevares en aquella época. El que menciona Aragon, situado en la esquina del Boulevar Bonne–Nouvelle y de la Rué du Faubourg–Saint–Denis, frente a la puerta del mismo nombre, se llamaba Au Petit Pot. Actualmente lleva el nombre de Au Petit Pot Saint–Denis. El café Au Vrai Petit Pot se encontraba y todavía se encuentra en la Porte Saint–Martin, en la esquina entre el Boulevard Saint–Denis y la Rué du Faubourg–Saint–Martin. <<
[39] En el número 23 de esta calle se encontraba una de las casas de tolerancia de París. Al parecer este lugar sirvió de modelo para la casa Les Hirondelles frecuentada por Pierre Mercadier, el héroe de Voyageurs de l’Imperiale (Folio/Gallimard, pp. 466 y ss.). <<
[40] Pavlova, Ana: bailarina rusa (1855–1931). Debutó en el teatro Marynski en 1901. Pero fue en Londres donde creó La muerte del cisne, que la hizo famosa. Apareció en París por vez primera en 1909 con los ballets rusos. <<
[41] Lilith: demonio femenino de la tradición hebraica. Habría sido la primera mujer de Adán, de quien habría tenido una multitud de demonios. <<
[42] Armida: joven y hermosa hechicera, heroína de la Jerusalén liberada de Tasso. <<
[43] Viviana: hada de la tradición armoricana, que aparece sobre todo en la novela Lancelot du lac. <<
[44] La Papisa Juana: personaje que, según la leyenda, habría sido elegido papa bajo el nombre de Juan VII. <<
[45] Margarita de Borgoña: reina de Navarra (1290–1315), casada con Luis X el Obstinado, que la condenó a muerte por adulterio. <<
[46] Referencia a las poseídas del convento de las Ursulinas de esta ciudad en la que se acusó al párroco Urbain Grandier de haberlas embrujado. Entre las poseídas se encontraba la superiora del convento. Declarado culpable de magia, maleficio y posesión, Grandier fue condenado a ser quemado vivo (1634). <<
[47] Hamilton, Emma Lyon, Lady (1716–1815): hija de un jornalero, sirvienta de bar, tuvo una juventud agitada, lo que no le impidió casarse en 1791 con sir William Hamilton, embajador en Nápoles. Fue amante del almirante Nelson, quien sintió por ella una pasión irresistible. <<
[48] Païva, Thérése Lachman, Marquesa de (1819–1884): nacida en Moscú, debe su nombre a su segundo marido el portugués Aranjo de Paiva. Su tercer marido, el alemán Henckel de Donnesmark, hizo construir para ella un hotel en París, en los Campos Elíseos, donde recibía a numerosos escritores y políticos. Fue un importante agente de informaciones para Bismarck. <<
[49] La Goulue: apodo de Louise Weber (1869–1929), bailarina del Moulin Rouge, inmortalizada por Toulouse–Lautrec. <<
[50] Otero, Carolina, llamada la Bella Otero (1868–1953): actriz de variedades nacida en España. Debió su celebridad a su belleza pero también a su vida tumultuosa. <<
[51] La Brasserie Lorraine, Place des Ternes, es uno de los cafés que Aragon solía frecuentar. Allí hacía una última parada antes de volver a su domicilio de Neully después de las reuniones del grupo surrealista que se desarrollaban en el café Cyrano, Place Blanche. Una descripción bastante extensa de este lugar figura en el relato «Le Mauvais Plaisant» (Le Mentirvraie, Gallimard, p. 102). <<
[52] «Photo–Migdet», retratos artísticos, fotos para el carné de identidad, se encontraba en el número 9 del Boulevard Bonne–Nouvelle. <<
[53] Este monumento regalado a Francia por Polonia fue inaugurado el 29 de abril de 1929. Al principio se encontraba en el centro de la Place de l’Alma. Luego fue trasladado al Cours Albert I. <<
[54] Fumiste tiene en francés una segunda acepción: embaucador, charlatán, dicharachero, bromista. Véase la nota 56. (N. de la T.). <<
[55] La empresa de pompas fúnebres Henri de Borniol, fundada en París en 1820, todavía permanece activa. <<
[56] Sapeck (escrito Sapek en el manuscrito) es el seudónimo de Bataille, Eugène (1853–?). Dentro del círculo de los «Hydropathes» fundado en 1878 por Émile Goudeau, formaba parte con Georges Moynet y Charles Leroi del grupo Fumiste, cuyo jefe era Alphonse Allais. Sapeck fundó su propia revista a la que denominó L’Anti–Concierge, órgano oficial de la defensa de los inquilinos, de la que publicó siete números desde 1881 hasta 1883. Su colaborador en esta empresa fue el cantante y compositor Jales Jouy. Sapeck también editó un monólogo, L’Homme mort (Ollendorf, París, 1887), e ilustró varias obras.
Su amigo Alphonse Allais le consagró tres retratos: «La Derniére de Sapeck» y «La Plus Prochaine de Sapeck» en Le Tintamarre en 1880, y «L’Hydropathe “Illustre Sapeck”» en L’Hydropathe del mismo año (textos reunidos en Alphonse Allais, Oeuvres posthumes, tomo I, La Table Ronde, 1966).
En su último retrato, Alphonse Allais dibuja a Sapeck como el «emperador de los fumistas». Añade: «No disponemos del espacio suficiente para contar aquí algunas de las farsas que este maestro ejecuta con una fantasía y una sangre fría maravillosas. Numerosas revistas, por otra parte, Le Tintamarre, La Lune Rousse, L’Hydropathe, las han publicado a menudo».
Sapeck, que era abogado, se convierte en funcionario gubernativo del departamento del Jura (1883) y de l’Oise (1888). Dos retratos de Sapeck figuraban en la exposición del centenario de Alphonse Allais organizada en la galería La Hume por Anatole Jakovsky (Cahiers du collège de pataphysique, n.º 2 17/18, París, 1957).
En el capítulo que dedica a Alphonse Allais en su Antología del humor negro, André Bretón escribe: «Su amigo Sapeck y él reinan en efecto sobre una forma de actividad hasta entonces casi inédita, la mistificación. Puede decirse que esta se eleva con ellos a la altura de un arte: se trata ni más ni menos que de experimentar una actividad terrorista del espíritu, bajo cualquier pretexto, que pone en evidencia entre los seres el conformismo medio, completamente raído, desenmascara en ellos al animal social extraordinariamente limitado y lo acosa desterrándole del marco de sus intereses sórdidos, poco a poco. Hay ahí una llamada a la razón de ser que equivale a la condena a muerte: “Como sus antepasados en su barca”, dirá Maurice Donnay, “remontaban el curso de los ríos, él remontaba sobre sus historias el curso de los prejuicios”». La sombra de Baudelaire no está lejos y, en efecto, los biógrafos nos recuerdan que cuando el poeta vino a ver a su madre a Honfleur quiso hacer una visita al padre de Alphonse Allais y marca sin duda su impronta sobre el niño (Alphonse Allais vivirá, al final de su vida, en la «casa de Baudelaire»). La existencia de Alphonse Allais está unida al astro, que periclitó enseguida, de esas empresas excéntricas que fueron sucesivamente los Hydropathes, los Hirsutes y el Chat–Noir, en los que se descubre como salido de un sombrero de copa el pensamiento todavía misterioso de este final de siglo XIX. (André Bretón, Antología del humor negro). <<