LA HISTORIA:

Los Hombrecillos Verdes, los Hombrecillos Buenos, los Grenna, los Paire son todos nombres con los que se conoce en los valles al equivalente de los duendes o enanos Garunianos. Aunque los arqueólogos e historiadores como Magon tratan desesperadamente de probar que eran una raza de pigmeos que ocupaban el Viejo Bosque sobre el río Whilem, las frecuentes excavaciones en la zona no han dado ningún resultado. (Ver mi monografía “Habitantes o supuestos habitantes de los bosques: Una investigación en las Excavaciones del Cruce del río Whilem”, Editorial Passapatout, Vol. 19.)

Los estudios de carbón han demostrado sin lugar a dudas que los restos de campamentos hallados en la región eran al menos mil años más antiguos que las Guerras Genéricas. En lugar de estar sepultados en montículos, los pocos huesos humanos se hallan esparcidos, demostrando que las tribus cazadoras eran tan primitivas que no tenían ninguna creencia en la vida después de la muerte. Aquellas tribus debieron de haber desaparecido mucho antes de la época del reinado de Langbrow.

Sin embargo, la persistencia de las leyendas ha hecho que incluso investigadores tan ilustres como Temple y Cowan considerasen esas posibilidades. En los pueblos industriales del valle del río Whilem, existen legiones de leyendas sobre la generosidad de los Hombrecillos Verdes hacia los seguidores de la Diosa Blanca. Sin duda el trabajo de Doyle sobre los nombres del Whilem (“Verde como la hierba: El predominio antinatural de los nombres de color a lo largo del Whilem.”, Hanser College Press), con la sugerencia de que cualquier comunidad del bosque tendría una preponderancia de apodos con referencias al verde, es persuasivo. Magon afirma lo contrario, aunque esto último tiene más sentido que decir que había una pequeña raza protohumana de duendes, viviendo en un esplendor sin cultura escrita, apoyando a su candidata para reina con magias y misterios y efectuando ritos en las inexistentes Colinas Whilem.