IN MEMORIAM

En los últimos años han surgido movimientos de protesta entre los pueblos indígenas de diversas partes del mundo exigiendo que les sean entregados los huesos de sus antepasados que se encuentran en las colecciones de los museos. Los aborígenes australianos han reclamado y obtenido fósiles humanos de hace miles de años para devolverlos a los lugares donde reposaban antes de que los científicos turbaran su sueño. Yo pienso que la mejor manera de honrar a nuestros antepasados es conocerlos mejor, aunque comprendo los sentimientos de los aborígenes. No es fácil convencerlos de que sus ancestros están mejor en una cámara acorazada que en plena naturaleza, aunque confío en que libros como éste contribuyan a que se entienda mejor el valor universal de la ciencia, para toda la humanidad.

Numerosos fósiles humanos han sido desenterrados por investigadores como yo, y otros lo serán en el futuro, pero muchos más descansan para siempre en el seno de la Madre Tierra. A cada uno de ellos les dedico, como un sentido homenaje, la frase con la que cerraban los romanos los epitafios de sus seres más queridos.

Sit tibi terra levis: que la tierra te sea ligera.