Te daré las llaves del Reino de los Cielos,

lo que atares en la tierra,

quedará atado en el Cielo

y lo que desatares en la tierra

quedará desatado en el Cielo.

(Mateo 16,19)

Buscaré la oveja perdida,

traeré a la extraviada,

sanaré a la herida

y fortaleceré a la enferma

y a las gordas y fuertes las guardaré,

Apacentaré con justicia.

(Ezequiel 34,16)

El forastero contempla al final del hemiciclo

de la derecha unas curiosas figuras que

lucen unos atuendos de tejido a rayas de color rojo, amarillo

y azul: son los buenos suizos armados con alabardas,

y vestidos con el uniforme del siglo XV. Antiguamente,

los suizos constituían

la mitad de todos los ejércitos europeos, y eran, de hecho, los

más valientes; de ahí la costumbre de contratar a suizos.

(Stendhal, Paseos por Roma)