DESESPERACIÓN CON ESCAYOLA
Liviandades portuarias
recíprocas caléndulas,
insensatas desnudeces
—suicidios en embrión—.
Eso es todo,
y tal vez
¿Por qué no Dios?
Cuando el «parquet» se hunde
cuando el ¿Por qué? se rompe,
cuando el sirviente se chotea,
cuando te acuerdas de tu origen.
(barro, o costilla de varón)
… menestrales o banqueros,
¡Cornucopias!
Cuando la luna es opio
y quien amas te odia,
ya se acaba la historia
y nace el reactor.
Si las sílabas valen,
si la sibila acierta,
si los atletas pegan,
patadas al balón…
No lo sé. No lo he visto…
Ya sólo creo en Cristo…
en mí,
… y algo en tu voz.