María acompaña al muerto bajo tierra

… Por fin el conde vio aparecer los dos ataúdes, uno tras otro, camino del cementerio, paso a paso.

El enano murmuró entre dientes:

—Esa mujer me pudo…

No vio el canal y se dejó deslizar.

Un ruido sordo perturbó un instante el silencio del agua.

Quedaba el sol.