María se lleva al conde
María lo oyó; miró simplemente al conde.
Él se levantó:
—Jamás —murmuró él—, jamás nadie me ha hablado así.
—Si quieres, puedes irte —dijo ella—. Pero si vienes…
El conde la interrumpió con sequedad:
—La sigo. Usted será mía.
María añadió con violencia:
—Ya es hora —dijo—, ven.