PARROQUIAS LATINAS
(QUE HOY EXISTEN COMO MATRICES)
S. Andrés.—S. Justo y Pastor.—Sta. Maria Magdalena.—Santiago.—S. Juan Bautista.—S. Nicolás.—Sta Leocadia.—S. Martín.—S. Pedro.
I.
Como dejamos dicho en la breve introduccion que precede al anterior capitulo, en el que nos ocupamos de las parroquias muzárabes, arrancada ya Toledo del poder de los infieles, uno de los primeros cuidados del invicto Rey D. Alonso, su conquistador, fué el atender á las necesidades religiosas, asi de sus primitivos moradores cristianos, como de los que de varios puntos de la Península vinieron á fijar su residencia en la antigua córte de los godos.
Si fué grande la munificencia y el celo que desplegó, rehabilitando para Catedral la gran mezquita de los árabes, haciendo nombrar un Arzobispo, creando el Cabildo primado y dotándolo de cuantiosos recursos, no atendió con menos fé y prontitud á la completa y regular organizacion del clero parroquial, acaso el mas importante para la definitiva subdivision y arreglo del numeroso vecindario de la ciudad recientemente conquistada.
A este fin, y con objeto de atender á todas las necesidades y exigencias de los antiguos y nuevos habitadores de la poblacion, dispuso que se creasen un gran número de parroquias á las que desde luego se llamaron latinas para diferenciarlas de las muzárabes, que segun queda espresado en sus monografias, permanecieron abiertas al culto con la misma categoría y feligreses que tuvieron durante la dominacion sarracena.
Estas parroquias latinas, fundadas la mayor parte durante el reinado del mismo D. Alonso y las restantes en los siglos posteriores, llegaron á alcanzar el número de 22, las cuales, esceptuando la de Todos Santos que á fines del siglo XV ya estaba reducida á la categoría de ermita, y la de la Magdalena de Calabazas que despoblado el barrio de su nombre perdió su feligresia confundiéndose en otras, han llegado hasta nuestro siglo con su advocacion particular y templo propio.
Ultimamente en las reformas y variaciones por que han pasado en nuestro pais las instituciones religiosas, las 20 parroquias latinas de Toledo han quedado reducidas á 9 matrices, de cuya historia particular vamos á ocuparnos en este capitulo, y algunas filiales de las que daremos razon al mismo tiempo que de las suprimidas.
Cuánta es la importancia de estos templos, artística y arqueológicamente consideradas, se comprende solo con recordar, que, erigidos en una época tan remota como la de la reconquista, ya de nuevo, ya sobre los ruinosos vestigios de mezquitas musulmanas ó iglesias y palacios godos, cada siglo ha traido despues á sus fábricas una piedra para mantener en pié sus muros, en los que al pasar ha dejado escrito un pensamiento.
II.
SAN ANDRÉS.—La parroquia que se conoce en Toledo bajo la advocacion de este Santo, y que es de las mas dignas de llamar la atencion de los inteligentes y curiosos, fué sin duda una de las que erigió D. Alonso VI. La circunstancia de hallarse en el mismo lugar en que los árabes tenian una de sus mezquitas, segun aserto de algunos respetables escritores, robustece esta opinion.
Al levantarla por primera vez, ya sea que aprovechasen parte del antiguo edificio mahometano, como nosotros creemos, ya que la construyesen conforme á este gusto, entonces muy en boga, debió pertenecer al estilo árabe. Confirman nuestras noticias las dos capillas laterales a la mayor de la Iglesia, cuya fábrica pertenece al mencionado género y á uno de sus primeros periodos, Si se atiende á la forma de su cerramiento superior, que lo constituyen, como en la del Cristo de la Luz, unas bóvedas adornadas con gruesos resaltos de estuco, en vez de los artesonados propios de los últimos.
En el siglo XV sufrió una modificacion notable. El Sr. de Layos y de Mora, D. Francisco de Rojas, embajador de los Reyes Católicos en Roma y cerca del Emperador Maximiliano I, levantó completamente de nuevo y conforme al estilo ojival en su tercer periodo, la suntuosa capilla mayor y el crucero que aun subsiste.
Una leyenda en caractéres góticos, que corre por el friso de los muros de esta parte del templo, esplica el objeto de esta piadosa fundacion de la manera siguiente:
EL MUY NOBLE CABALLERO DON FRANCISCO DE ROJAS MANDÓ FUNDAR Y DOTAR ESTA CAPILLA CON MUY GRANDES INDULGENCIAS, PARA REPOSO DE SUS PADRES É PARIENTES Y SALVACIÓN DE TODOS LOS FIELES CRISTIANOS: ESTANDO EN ROMA POR EMBAJADOR DE LOS MUY CATÓLICOS REYES DON FERNANDO É DOÑA ISABEL, REY É REINA DE LAS ESPAÑAS Y DE NÁPOLES É DE SICILIA NEGOCIANDO ENTRE OTROS MUY ÁRDUOS NEGOCIOS DE SUS MAGESTADES LA EMPRESA É CONQUISTA DEL REINO DE NÁPOLES É JERUSALEN, LA CUAL É TODAS LAS VICTORIAS DE ELLA, PLUGO AL SERVICIO DE LA SANTA TRINIDAD Y DE LA GLORIOSÍSIMA VÍRGEN SANTA MARIA NUESTRA SEÑORA Y DE TODOS LOS SANTOS.
El diligente y escrupuloso escritor D. Ramon Parros, cuyas investigaciones acerca de los monumentos pertenecientes á esta ciudad, mas de una vez nos han servido de guia en el discurso de estos articulos, al trasladar la anterior leyenda en el libro titulado Toledo en la mano, hace advertir muy oportunamente que la obra debió concluirse bastantes años despues de la muerte del fundador, pues en la inscripcion de que se trata, y que es regular se colocase cuando se terminó la capilla, se da á los Reyes Católicos tratamiento de Majestad, siendo asi que no usaron de este título los Monarcas castellanos hasta el advenimiento al Trono de su nieto el Emperador Cárlos V, á partir desde el cual se perpetuó en sus sucesores.
Finalmente, en el siglo pasado se restauró el cuerpo de la Iglesia, respetando no obstante el crucero, la capilla mayor y las dos laterales pertenecientes á la arquitectura musulmana.
Como se ve por las anteriores noticias, tres diversos géneros arquitectónicos, representantes de tres épocas muy distintas, han contribuido á completar el estraño conjunto que ofrece á los ojos del espectador la fábrica de esta antigua parroquia, de la cual, apuntadas ya las ligeras observaciones que preceden, pasaremos á dar una idea.
Consta la Iglesia de tres naves de regulares dimensiones, divididas entre sí por sencillas pilastras. En la cabecera de estas naves se encuentra la capilla mayor y el crucero, que ya hemos dicho pertenecen al estilo ojival florido de su mejor período, y que se compone de esbeltísimos pilares acodillados, que flanquean los muros de cerramiento del ábside y las alas, sosteniendo las recaidas de los arcos apuntados, sobre los que vuelan las atrevidas bóvedas, que cruzadas por nervios que las dividen en multitud de cascos, cubren y coronan esta parte del templo, la mas elegante y lujosa de toda su fábrica.
En el espacio del centro de la capilla se alza el retablo mayor, que es de madera dorada; pertenece á la misma época y contiene algunas tablas, mas dignas de consideracion por su antigüedad, como documento para la historia del arte, que por su mérito propio; corona el retablo una magnífica cruz tallada en la misma piedra del muro, y que recuerda la que ya encontramos en la portada del convento de San Juan de los Reyes.
Los retablos y altares colaterales son contemporáneos del principal, y pertenecen al mismo gusto.
Tambien merecen que se haga particular mencion de ellos los cuatro sepulcros que se encuentran en los frentes del crucero. Su traza y disposicion son elegantísimas, hallándose embellecidos con la esbelta y caprichosa ornamentacion ojival.
En el fondo de la hornacina en que está incluida la urna del primero, perteneciente al costado del Evangelio, se ve un buen Crucifijo de talla con la siguiente plegaria:
SALVATOR MUNDI SALVA NOS.
Da noticias de las personas que en este sepulcro yacen, una lápida que contiene el sendillo epitafio que á continuacion se traslada, y que dice asi:
ALPHONSUS HIC IACEO,
MECUM CONJUX MARINA EST;
FILIUS HOC CLAUSIT LAPIDE FRANCISCUS.
Estos parecen ser los padres del D. Francisco de Rojas que con este fin labró la capilla, segun se deduce de la inscripcion del friso.
El otro sepulcro de este mismo frente tiene en vez del Crucifijo, á la Vírgen Maria con Jesus muerto en sus brazos. Los dos restantes, pertenecientes al lado de la Epístola, contienen el primero un epitafio que indica reposa allí un valiente guerrero llamado Alfonso, y el segundo un escudo de armas careciendo de inscripcion.
La capilla está dedicada á la Epifanía y tuvo en otros tiempos varios capellanes que con un mayor formaban cuerpo, con todo el servicio necesario para la celebracion de sus fiestas aparte de los de la parroquia.
Descrita, aunque someramente, la capilla mayor, poco nos queda que decir del resto de la Iglesia._Su cuerpo ya dejamos consignado que pertenece á la última restauracion verificada en el pasado siglo y nada ofrece digno de mencionarse. Las capillas árabes, escepto la luz que arrojan acerca de la primera construccion del edificio, tampoco contienen cosa alguna que merezca nos detengamos á describirlas; solo si antes de terminar nuestro trabajo diremos algo sobre las pinturas que se conservan en San Andrés.
De estas las mas notables son la Adoracion de los Reyes, lienzo firmado por Antonio Vandepere en 1677 y que se encuentra en la sacristía; un Calvario, obra de Alejandro Sémini, en cuyos ángulos inferiores hay dos retratos, sin duda de los fundadores de la capilla en que está; San Francisco y San Pedro, dos cuadros atribuidos al Greco; Santa Águeda y Santa Cecilia debidas á un artista de Toledo llamado Bernabé Galvez, conocido con el sobrenombre de Jirijaila, y por último, algunas buenas copias de cuadros notables.
SAN JUSTO Y PASTOR.—La fundacion de esta parroquia es muy antigua, de modo que aunque no se sabe precisamente la época en que se verificó puede sospecharse, con gran fundamento, que fué contemporánea á las primeras que se erigieron en esta ciudad, si se atiende á que D. Gonzalo Ruiz de Toledo reedificó su Iglesia á principios del siglo XIV.
Si se esceptúa el artesonado de la sacristía, del que mas adelante hablaremos con alguna detencion, y que en nuestro juicio pertenece á la época del referido Don Gonzalo, nada resta de la fábrica que este mandó construir y que indudablemente perteneceria al estilo ojival, pues las tres capillas del mismo gusto que aun se conservan en una de sus naves, desde_luego se conoce fueron levantadas en tiempos bastante posteriores al siglo en que esto se efectuó.
En 1733, tal vez movidos por el estado ruinoso de este templo, tal vez llevados por el ciego afan de modernizarlo todo conforme al gusto dominante y esclusivo de la época, como se hizo en toda España con otros muchos, restauraron por completo su fábrica que, salvo dos de las tres capillas á que ya nos referimos, nada tiene de notable.
Su arquitectura es greco-romana y consta de tres naves divididas por columnas que sostienen arcos dóricos, por cuya archivolta, y haciendo juego con las que se estienden á la altura de sus claves, por toda la Iglesia, corren algunas molduras sencillas, que sin ofender el buen gusto, les dan cierto aire de elengancia y ligereza.
El altar mayor, que se compone de una gradería sobre la cual se ostenta un pequeño tabernáculo, flanqueado por dos airosos obeliscos, es de madera pintada imitando jaspes, como igualmente el gran marco que le sirve de fondo, y que contiene un lienzo de grandes dimensiones, en el que Gregorio Ferro pintó el año de 1807 la aparicion de los bienaventurados Niños Justo y Pastor, titulares de la parroquia, al Arzobispo de Toledo Asturio. Este cuadro se recomienda por la buena disposicion de las figuras, y por la armónica y dulce combinacion de sus tintas, aun cuando su diseño no es todo lo correcto que pudiera desearse, y en la egecucion hay un poco de amaneramiento.
En los muros laterales que cierran la capilla mayor hay tambien cuatro bajos relieves tallados en madera y pintados de blanco, en los que un artista, cuyo nombre se ignora, ha representado con bastante correccion y franqueza la prision, sentencia, martirio y enterramiento de los Santos Niños, bajo cuya advocacion se conoce la parroquia.
Algunos altares que se encuentran repartidos por el ámbito de la Iglesia nada ofrecen de particular, no sucediendo asi con el que se ve en la capilla de la Vírgen del Pilar, una de las que, perteneciente á la familia de los Benizamas, y una de las respetadas en la última restauracion, en cuyo retablo existen cuatro apreciables tablas que representan á San Gerónimo, San Acacio, San Juan Bautista y Santa Catalina mártir, debidas á un autor desconocido, y egecutadas con bastante correccion en el dibujo, valentia en la manera, y un colorido vigoroso y agradable.
A la derecha de esta capilla, que se halla situada en la nave lateral de la Epístola, se encuentra la de la Vírgen de la Esperanza, fundacion y propiedad de la parentela del por tantos conceptos célebre poeta Batasar Elisio de Medinilla, la que asi como la del Pilar, se ve cubierta por una airosa bóveda subdividida en multitud de cascos, por ligeros nervios, que arrancando de unas reprisiones colocadas en los ángulos de los muros, ostentan lujosos florones dorados en los puntos de interseccion.
La de la Candelaria, hoy conocida por la de la Caridad, que está situada en el mismo costado de la nave y á la izquierda de la de los Benizama, aunque mas reducida, oscura y pobre que esta, es sin duda alguna la mas digna de ser visitada por los amantes de nuestras glorias que al penetrar en su recinto no podrán menos de sentirse hondamente impresionados al escuchar el nombre de su fundador cuyos restos acaso reposan al pié de aquella ara humilde, sobre la que se levanta un retablo en que aun se ve su Imágen.
En efecto, la fundacion de esta capilla se debe al desconocido génio que trazó la_soberbia Iglesia de San Juan de los Reyes, al inspirado intérprete del arte que tan á manos llenas derramó la inspiracion, la riqueza y la poesía en su melancólico claustro, y cuyo nombre tantas veces se ha preguntado con ansiedad por los entusiastas de nuestras glorias pasadas en presencia de aquella magestuosa mole, uno de los últimos y acaso el mas perfecto modelo de la caprichosa y fantástica arquitectura á que pertenece.
Nosotros, en los primeros artículos de esta obra, como todos los escritores que se habian ocupado de las cosas pertenecientes á Toledo, habiamos hecho cuantos esfuerzos caben en lo posible á fin de averiguar algo acerca del autor de la traza del magnífico monasterio; todo fué inútil habiendo perecido, como ya consignamos en su lugar correspondiente, el archivo de esta Iglesia en el incendio de su claustro, ningun dato habia suficiente á esclarecer el misterio en que se hallaba envuelto el nombre de su autor, quedando solo el recurso de atribuirsele á este ó aquel arquitecto contemporáneo, á su edificacion, aunque siempre con vaguedad y apoyados en indicios tan leves que al fin han resultado sin fundamento plausible. Los distinguidos escritores D. Pedro José Pidal, D. José Amador de los Rios y D. Manuel de Asas en sus respectivas observaciones acerca de este edificio, sospechan que tal vez la idea perteneció á Maese Rodrigo ó á Pedro Gumiel. Nosotros, careciendo de documentos que atestiguasen otra cosa, nos limitamos á esponer la opinion mas generalmente admitida, y que hasta cierto punto mas visos de verdad presentaba.
Posteriormente el Sr. D. Ramon Parres, á quien ya hemos tenido ocasion de citar en esta obra, en su libro que lleva por título Toledo en la mano, al ocuparse de la parroquia, ocasion de estas lineas, y describiendo esta capilla, dice que su fundacion se debe al Juan Guas, arquitecto que hizo á San Juan de los Reyes, y cuyo retrato se encuentra en uno de los estremos de retablo que adorna el altar.
Esta noticia nos sorprendió tanto mas, cuanto que en su Toledo Pintoresca el Sr. Amador de los Rios, á quien segun dice el prólogo de dicha obra el Sr. Parres suministró datos importantes acerca de la Imperial ciudad, no da razon de semejante arquitecto.
Como es de presumir, una de nuestras primeras diligencias al volver á Toledo á fin de recorrer los templos que no habiamos podido visitar en nuestra anterior estancia en el mismo punto, fué dirigirnos á la parroquia de San Justo y Pastor en donde se encuentra la capilla.
Efectivamente, casi á los piés de la nave colateral de la Epístola y frente á la puerta de ingreso, vimos su arco peaño, cuya forma, al mismo tiempo que la ornamentacion que lo engalana, recuerda el que en una de las alas del crucero de San Juan de los Reyes daba paso á la sacristía, y que en su lugar hemos descrito.
Compónese este arco, formado de lineas curvas y rectas, de una ancha franja de hojas relevadas y varias molduras que la contienen y corren con ella por la archivolta, siguiendo los caprichosos ángulos del perfil del vano y de una sencilla verja de hierro que defiende la entrada de la capilla.
Esta, que es bastante oscura, contiene un retablo de madera dorada, compartido en recuadros de diferente magnitud, en uno de los cuales, y arrodillado ante la Vírgen que ocupa el central, tallado en medio relieve y pintado y fileteado en oro, se ve un caballero que por su traje y lugar en que se halla, sitio donde comunmente se colocaban estos retratos, puede afirmarse que es del fundador.
Espresa quién sea este, junto con su nombre y calidad, una inscripcion que á la altura del piso rodea los muros, y en la que en caractéres góticos apenas se distingue la siguiente leyenda, que la oscuridad de la capilla hace de difícil lectura:
ESTA CAPILLA MANDÓ FACER EL HONRADO JUAN GUAS, MAETRO MAYOR DE LA SANTA IGLESIA DE TOLEDO É MAESTRO MINOR DE LAS OBRAS DEL REY D. FERNANDO É DE LA REY DOÑA ISABEL, EL CUAL FIZO Á SANT JUAN DE LOS REYES…… ESTA CAPILLA Á DOÑA MARIA DE IBARES SU MUGER, É DEJÓ Á LOS TESTAMENTARIOS………… AÑO DE MIL……… V.
Al trasladar el Sr. Perros esta inscripcion, hace algunas observacíones acerca de ella, que por juzgarlas oportunas y conformes en un todo con nuestra opinion trasladamos aqui, y dicen de esta manera:
Los tres cortos trozos de la inscripcion que señalo con puntos suspensivos, no se pueden leer fácilmente; pero creo que en el primero podrá decir «é dono» esta capilla, etc.; el segundo acaso diga «é falleció ó finó» año de etc.; y el tercero indudablemente espresa la centena y decena de la muerte del fundador, pues la última palabra que se lee es mil», y luego concluye la cifra romana V, que es el cinco: yo creo que debe leerse asi «mil CCCCLXXXV», porque en 1475 se estaba construyendo todavia San Juan de los Reyes, que no se concluyó hasta 1476 (se entiende de la Iglesia y claustro principal, pues el resto del convento tardó algunos años en terminarse) y por consiguiente no dijeran que lo habia hecho Juan Guas si hubiese muerto antes de acabarla; no puede ser, pues, la fecha 1475, porque ya en ese año era maestro mayor de la Catedral Enrique Egas, y por lo tanto no podria la inscripcion suponer al Juan Guas desempeñando esa plaza. Parece, en consecuencia, que la unidad V que vemos espresada debe corresponder á la octava decena del siglo XV, que es la única que queda interpuesta entre 1475, que no puede ser por un concepto, y 1495, que tampoco lo puede ser por otro.»
El resto de la capilla nada ofrece digno de atencion; su bóveda está cruzada por nervios resaltados, y sobre el retablo del altar hay un lienzo que representa la Crucifixion de Nuestro Señor Jesucristo, pero que apenas se distingue entre las sombras que oscurecen esta parte del templo.
A los piés de las naves laterales existen otros dos cuadros, que con el que se ve sobre la puerta de la capilla del Pilar completan el número de los que guarda esta Iglesia, con mérito suficiente para ser recordados. De estos los primeros, que están firmados por Antonio Pizarro, el uno la Vapulacion de San Acasio y compañeros mártires, y el otro la Crucifixion de los mismos, y en el último, que es de grandes dimensiones y digno de estima por mas de un concepto, se contempla la aparicion del Salvador resucitado á sus discípulos en el castillo de Emaus, obra de Mateo Gilarte.
El esterior de la Iglesia carece de mérito, y solo pueden mencionarse de él, aunque de paso, la torre, coronada por un chapitel de plomo, que es muy sencilla, y la portada que sirve de ingreso al templo, la cual es de piedra, pertenece al órden dórico, pero bastante adulterada, y contiene en una hornacina las estátuas de los Niños Justo y Pastor.
No puede decirse otro tanto de la sacristía en la cual se venera una Imágen del Crucificado, escultura de regular mérito, cuyo valor aumenta la tradicion, que asegura haber pertenecido al Sumo Pontifice San Pio V. Pero lo que verdaderamente es digno de recomendarse á los inteligentes es el magnifico artesonado que cubre esta pieza, y del que ofrecemos una exacta reproduccion á nuestros lectores. Este curioso resto del arte arábigo, obra sin duda del siglo XIV, en el que, como queda dicho, D. Gonzalo Ruiz de Toledo, conocido por el Conde de Orgaz, reedificó la parroquia de San Justo, se encuentra, como casi todos los que se conservan en otros templos, muy deteriorado y cubierto de polvo, que contribuye á ocultar los vestigios del oro y los colores que lo embellecian.
Sin embargo, nosotros, que á pesar de la poca luz que goza este departamento, habiamos creido ver alguna huella de estos colores, y como unos confusos contornos de figuras en el cornisamento, tambien de alerce, que sustenta el artesonado, hicimos colocar unas escaleras sobre los guardaropas, y con ayuda de una luz artificial conseguimos ver distintamente, asi las ya apagadas tintas del techo, como los caprichosos guerreros que adornan su friso. No nos pasó lo mismo con las franjas que incluyen las leyendas, y que corren al rededor de los muros por el lugar correspondiente al arquitrave y la cornisa, pues aunque distinguimos, no sin trabajo, el color del fondo y de los caractéres árabes, nos fué imposible el coordinar frase alguna, por lo muy deterioradas que se encuentran.
Por último, y para terminar este articulo, advertiremos que al reproducir este artesonado, notable por la riqueza de su colorido, la estraña combinacion de las figuras geométricas que lo dibujan, y el empleo de figuras humanas, no usado, ni aun despues de la reconquista, en el adorno de este género en ningun otro edificio de esta ciudad, hemos procurado hacerlo con la mayor exactitud, asi en el trazo como en el carácter especial que lo singulariza, aun cuando para dar una idea mas exacta hayamos restituido los colores hoy apenas perceptibles, á su brillantez y pureza primitivas.
SANTA MARIA MAGDALENA.—Lá arquitectura arábiga, el estilo ojival, y la revolucion del arte conocida por el Renacimiento, han dejado una profunda huella de su paso en los muros de este edificio, cuya ereccion se remonta á los tiempos de D. Alonso VI.
Ignórase, sin embargo, la fecha precisa en que se llevaron á término estas modificaciones, aunque se coligen las diferentes épocas á que pertenecen, merced al carácter especial que las distinguen entre sÍ.
Latorre de ladrillo fuertísimo, engalanada con algunas séries de arcos ornamentales y sencillos ajimeces que dan luz á su interior; y un magnífico trozo de artesonado, compuesto de anchas fajas de molduras pintadas de azul y oro, que forman, entrelazándose, multitud de figuras geométricas, en cuyos centros grana se ven florones de oro de diferentes tamaños, son los únicos restos que se conservan de la primitiva construccion de este edificio, en el cual representan dignamente el estilo mahometano, con arreglo al que debió levantarse.
La arquitectura ojival que tan preciados ejemplares dejó en Toledo de su riqueza y gallardía, reedificó mas tarde la capilla mayor en la cual se admira la elegancia y sencillez de su bóveda cruzada en todas direcciones por nervios formados de molduras que arrancan de repisas colocadas en los ángulos y al encontrarse ostentan lujosos llorones de oro en los puntos de interseccion.
El renacimiento predominante aun, trazó por último, conforme al gusto greco—romano, el cuerpo de la Iglesia que consta de tres naves de regulares dimensiones separadas por una arqueria que se sostiene en gruesas columnas de piedra y por cima de la cual corre un sencillo entablamento sobre el que se apea la bóveda. La portada que pertenece á este mismo género y se Construyó á pincipios del siglo pasado, como toda la fábrica moderna poco ó nada ofrece digno de estudio, se compone de un arco redondo apoyado en columnas, sobre cuya clave y en una hornacina, imitacion adulterada del estilo ojival, se ve una estatuita de piedra representando á la Santa titular de la parroquia.
Dada ya una idea de la fábrica y de las diversas restauraciones que ha sufrido diremos algo acerca de los objetos de arte que contiene.
El altar mayor de madera tallada y dorada con gran profusion, pertenece á la escuela de Churriguera y es uno de los mas palpables ejemplos del mal gusto y estravio de sus propagadores.
Los dos colaterales del crucero, dignos de estima por su sencillez y la regular disposicion de sus partes, son tambien de madera imitando mármol de diferentes especies.
Los restantes colocados en las naves colaterales, y trazados los unos conforme al estilo del Renacimiento, los otros segun el capricho de la escuela churrigueresca, carecen de mérito suficiente á hacerlos acreedores de especial mencion.
No pasa otro tanto con alguna de las imágenes que en ellos se veneran, entre las que hemos visto hasta unas seis que aunque repartidas en distintos retablos son á nuestro parecer obra de un mismo artista y representan: San Blas la que se ve en el relablo del mismo nombre, la Vírgen Maria con Jesus en sus brazos la colocada en el estremo de la nave colateral de la Epístola y esta misma Señora con San Juan y otros dos Santos las que se encuentran en los altares del costado opuesto.
Tambien merecen llamar la atencion de las personas entendidas los lienzos que adornan los retablos del crucero debidos, los del colateral de la Epístola, á Bernabé Galvez, pudiendo atribuirse los que con ellos hacen juego en el altar del lado contrario á Pedro de Orrente ó á alguno de sus imitadores.
Cuatro pequeñas tablas que llenan el zócalo del ya mencionado retablo de San Blas, un Crucificado con la Vírgen y el discípulo predilecto á sus plantas, que existe en la sacristía; y el boceto de uno de los mejores cuadros que ejecutó Dominico Teutocopoli, conocido generalmente por el Greco, completan el número de las pinturas notables de esta parroquia, aneja á la cual, y colocada á los piés de la nave del centro, se encuentra una espaciosa capilla dedicada al Nuestra Señora de Consolacion, de la que diremos algo antes de concluir este articulo.
Su arquitectura es greco—romana, no careciendo de riqueza y gallardía, asi el cornisamento que sostiene la bóveda, como la media naranja que cobija el altar en cuyo retablo se halla la imagen que le presta nombre, la que fué traida de Roma en el siglo XVI por un cura propio de la parroquia, llamado Bernardino de Villanueva.
En el año de 1810, y despues del incendio ocurrido en el convento del Cármen Calzado, en donde se encontraba, se trajo á esta capilla y se colocó en un altar, frente al de la Vírgen, la devota efigie del Santo Cristo de las Aguas, la cual pertenece á la antigua cofradia de la Veracruz, de que ya dimos razon al tratar de Santa Eulalia en el capitulo dedicado á las parroquias muzárabes.
Advertiremos por último que el artesonado árabe, del que ofrecemos una exacta copia á nuestros lectores, se halla en el mismo estado de brillantez y frescura en los colores que aparece en la lámina que lo representa.
SANTIAGO (VULGO DEL ARRABAL).—Su fundacion es contemporánea á la de las primeras parroquias de Toledo, aun cuando no faltan escritores que la atribuyen al cuarto Rey de Portugal, D. Sancho II, apellidado Capelo, el cual murió en esta ciudad á mediados del siglo XIII.
Destruye esta última opinion la noticia, que justificada por documentos públicos que aun se conservan en el archivo del hospital de Santiago, asegura haber sido reedificada esta Iglesia en el mismo siglo XIII por dos hermanos, comendadores de esta Orden, los cuales se apellidaban Diosdados, segun las piezas del litigio que con ella sostuvieron á propósito de esta obra.
Su fábrica, sin duda una de las mas antiguas y que mas completamente caracterizan el cuarto periodo de la arquitectura árabe al que pertenece, ha sufrido algunas reparaciones en estos últimos tiempos, siendo la mas sensible de ellas la última, verificada en 1790, en la cual se taparon con cielos rasos los magníficos artesonados de su Iglesia.
Esta, que se compone de tres naves de regulares dimensiones, de las cuales la principal es bastante mas alta que las de los costados, de las que se separa por medio de grandes arcos arábigos, contiene en sus altares varios retablos debidos á una de las mejores épocas del arte español, que indudablemente fué la que abraza el siglo XVI. Entre estos el mas notable es el del altar mayor, el cual consta de cuatro cuerpos, pertenece al gusto del Renacimiento, y aunque afeado por una modificacion, debida á la escuela churrigueresca, que ha destruido alguna de sus comparticiones, conserva aun varias estátuas y bajorelieves dignos de atencion y estudio.
Tambien merece ser mencionado el púlpito que se encuentra en el costado del Evangelio de la nave principal, desde el cual, segun la tradicion lo asegura, dirigia San Vicente Ferrer su voz á los judíos, alcanzando numerosas conversiones. Desde esta remota época, la cátedra á que nos referimos, ha quedado sin uso alguno, conservándose en esta parroquia como un digno monumento de la religion y del arte. Su forma es octógona, remata por la parte inferior apuntándose al muro, en el que una columnita empotrada parece sostenerlo, y lo cobija un doselete ó umbela. Asi las ochavas de que se compone, como el doselete que lo corona, se encuentran prolijamente entallados en el estuco, materia de que está hecho, y son una curiosa muestra de la fusion del ornato árabe y el propio de la arquitectura ojival. Una leyenda latina, casi ilegible, que rodea su borde superior, y cuyo carácter tiene la forma del conocido con el nombre de Monacal, induce á creer, segun el Sr. Amador de los Rios, que se construyó en el siglo XV, época en que efectivamente se usó mucho este carácter de letra.
En el esterior de esta parroquia, del cual ofrecemos una exacta reproduccion á nuestros lectores, son dignos de notarse; el ábside de forma circular, engalanado con cuatro séries de arcos dobles y redondos; la torre de planta cuadrada á la que dan luz varios ajimeces partidos por una columna y ocho arcos redondos de grandes dimensiones, y la puerta, que antiguamente daba paso al templo, la cual está tapiada y consta de un grande arco de herradura y un cuerpo sobrepuesto formado por seis arcos ornamentales estalactiticos, sobre los que arrancan, combinándose con ellos, otros tantos de la misma forma y materia.
SAN JUAN BAUTISTA.—Esta parroquia, que como veremos mas adelante se trasladó en el siglo pasado al templo que hoy ocupa, estuvo colocada desde su fundacion en la plazuela conocida por de los Postes. Llamábanla vulgarmente San Juan de la Leche, porque adjunto á ella existió un corral en que se encerraban varias manadas de cabras, cuya leche se vendia allí al público.
Cuando por disposicion de Cárlos III abandonaron los jesuitas la Península, se dispuso que la parroquia, objeto del presente articulo, pasase al templo fundacion de estos regulares, que es el que hoy ocupa y se conoce con el nombre de San Juan Bautista.
Del antiguo no queda otro vestigio que los postes que dan nombre á la plazuela en donde se encontraba, y señalan el lugar en que estuvo colocado el altar mayor de la destruida Iglesia.
La fábrica, levantada por los jesuitas en el siglo pasado sobre el terreno en que segun la tradicion existieron las casas de Estéban y Lucia, padres de San Ildefonso, pertenece al órden Dórico, aunque asi en su fachada como en su interior se nota aun la huella del mal gusto que Churriguera y sus discípulos entronizaron años antes en toda España.
Segun noticias, parece que sus fundadores tomaron por tipo al erigir esta Iglesia la que posee la misma Compañia de Jesus en Roma; suntuosa fábrica dirigida por Vignola primero, y despues por el no menos entendido arquitecto Giaccono de la Porta.
Aun cuando la pesadez y profusion de algunos de sus adornos le roban la sencilla magestad, propia de este género, no carece su esterior de cierta suntuosidad y armonía que le prestan sus proporciones, que son grandiosas, al par de la disposicion de las lineas que la trazan; las cuales, despejadas de la inútil ornamentacion que las ofusca, son puras euritmicas y severas.
Compónese, pues, la portada, que asienta su zócalo sobre una elegante gradería; de un primer cuerpo en el que á los lados de un arco principal, que sirve de ingreso, se abren otros dos vanos ó puertas laterales, y de algunas columnas y pilastras de grandes proporciones sobre cuyos capiteles corre el cornisamento que sustenta la segunda zona. Esta es un frontispicio colosal con una gran ventana en el centro flanqueada por dos nichos con estátuas de piedra semejantes á las que se ven en el espacio intermedio de las pilastras del primer cuerpo. Completan el trazo,arquitectónico del esterior, una especie de átrio, coronado por una cruz que se eleva sobre el frontispicio, y dos elegantes torres de ladrillo de igual tamaño y forma colocadas en sus estremos.
El cuerpo de la Iglesia, que consta de una nave principal cortada por la del crucero y dos secundarias, pertenece al mismo órden que el esterior, y, salvo algunos pequeños detalles de su ornamentacion un poco churrigueresca, merece el aprecio de las personas entendidas, tanto por las grandiosas proporciones de su bóveda, como por la gallardía de sus pilastras y cornisamento, que aunque no tienen el sello de la pureza clásica afectan sin embargo su disposicion y contornos.
Los altares nada ofrecen de notable; incluso el mayor que lo forma un tabernáculo, de madera pintada imitando mármoles, colocado sobre una gradería en la que apoyan sus rodillas dos ángeles de tamaño natural, tallados en bulto redondo y dorados.
Sirve de fondo á este tabernáculo, y ocupa todo el testero de la Iglesia, un gran fresco debido á un artista ignorado en el que, con gran conocimiento de la perspectiva y una completa falla de armonía y vigor en el colorido se representa un colosal retablo de mármoles y bronces, con estátuas de Santos de la Compañia en los intercolumnios y un cuadro en el centro donde se ve al Santo Arzobispo de Toledo, Ildefonso, en el acto de recibir la casulla de manos de la Vírgen.
La sacristía, que corresponde por su capacidad y ornatos al resto del templo, es la parte de este que se encuentra mas sobrecargada de hojarascas y adornos de mal gusto.
Los objetos de arte que encierra esta parroquia son bien pocos, pues varios cuadros notables de Rivera, el Greco y Blas de Prado que en ella se encontraban hace algunos años, fueron llevados á Madrid, en cuya Academia de Nobles Artes existen algunos.
Consérvanse no obstante en el retablo del altar colateral de la Epístola colocado en el crucero, el cual se trajo de la antigua Iglesia en cuya capilla mayor estuvo, tres lienzos, en el principal de los cuales se contempla el Bautismo de Jesucristo, obra de Alonso del Arco, recomendable por la buena disposicion del asunto, aunque de entonacion débil y dibujo no muy correcto. Representan los otros dos los bustos de tamaño natural de los Apóstoles San Pedro y San Pablo.
Un Apostolado de talla y bulto redondo, colocado sobre repisas en las entrepilastras que adornan la nave principal y alguno que otro lienzo del Greco, pero de su peor época, con otros, tambien medianos y de autores desconocidos, que se hallan colgados en los pilares que dan paso á las capillas, completan el número de las obras dignas de alguna atencion que encierra este templo.
SAN NICOLÁS.—El templo de esta parroquia, que consta de una sola nave con varias capillas en sus costados, se reedificó en la primera mitad del siglo XVIII, y conforme á las reglas de la arquitectura greco-romana; género, que por decirlo asi, habia destronado á los sectarios de Churriguera, y que esclusivamente se usó en la Península durante esta reaccion artística, exagerada, aunque provechosa.
De la primitiva fábrica, contemporánea á la época de su fundacion, nada resta; y ni aun fijamente puede asegurarse el gusto á que perteneceria, pues aunque se sabe que la parroquia fué erigida con posterioridad á una gran parte de las de Toledo, se ignora la época precisa en que esto se verificó.
Esceptuando algunos lienzos apreciables y varias esculturas que se encuentran distribuidas en su ámbito, nada se encuentra en este templo que merezca descripcion detallada.
El altar mayor, compuesto de una gradería sobre la que se eleva un elegante tabernáculo, es de buen gusto, merced á su estremada sencillez y natural disposicion de las partes que lo forman. Sirve de fondo á este altar, y ocupa una gran parte del muro de la cabecera, un gran lienzo, firmado por D. Zacarias Velazquez, y contenido en un marco de estuco imitando mármoles; en él se representa al Santo titular de la parroquia apareciéndose á dos jóvenes que ocupan el primer término de la composicion. Este cuadro, que pertenece al pasado siglo, en el que floreció su autor, adolece, como la mayor parte de los debidos á esta época, de amaneramiento y falta de vigor en el claro oscuro, aun cuando se recomiende por algunas otras dotes apreciables.
Dos cuadros, que se hallan en los costados laterales del presbiterio, y en los que Alonso del Arco trazó con regular acierto dos pasajes de la vida de Santa Maria Magdalena; el altar de Santa Bárbara, en el que se ven algunas pinturas bastante medianas, aunque debidas al Greco; y por último, la imágen del Crucificado con su Santa Madre y el discípulo predilecto á sus plantas, concienzudo grupo de talla en madera, que se encuentra en la capilla de Nuestra Señora de los Dolores, y es obra del escultor tirolés D. Juan Antonio Finacer, es cuanto de notable se encierra en este templo.
SANTA LEOCADIA.—Esta parroquia, que ocupa el mismo lugar en que, segun las mas autorizadas tradiciones, estuvo la casa donde vivió y nació la Santa que la presta nombre, es una de las mas antiguas de Toledo, aunque su Iglesia fuese posterior á las tres, que en diversas épocas se levantaron en esta ciudad á su gloriosa patrona. El primitivo templo debió pertenecer al género árabe; lo testifica asi la forma de su torre, de finísimo ladrillo, engalanada con séries de arcos ornamentales y grandes ajimeces, única parte que de él subsiste. Aseguran algunos escritores que algunos años despues de la reconquista, al practicar las escavacíones necesarias á fin de erigir esta parroquia, se encontraron restos de una antigua ermita ú oratorio, perteneciente á la época goda, y probablemente dedicada esta misma Vírgen. Del mismo tiempo data el descubrimiento de un subterráneo, que aun hoy puede verse, el cual tiene entrada por esta Iglesia, y al que se cree solia retirarse la Santa á orar y ejercitarse en las mas rudas penitencias.
De las moditicaciones por que probablemente debió pasar desde que fué erigida, segun la manera de construir musulmana, hasta el siglo pasado, ninguna noticia queda. La Reina Maria Luisa, esposa de Cárlos IV, que profesaba particular devocion á la patrona de Toledo, mandó reedificarle completamente y á sus espensas, tal como en la actualidad se halla.
El carácter general de la arquitectura es greco-romano, consta de tres naves divididas por gruesas columnas de piedra, que sostienen las recaidas de los arcos, sobre las cuales se estiende por todo el ámbito de la Iglesia un cornisamento dórico. La nave, que cortando á la central forma el crucero y el ábside ó capilla mayor, están separadas del resto del templo por una verja sencillísima, que ha sustituido á la que perfectamente trabajada con la ornamentacion propia del siglo XVI ocupaba antes este sitio, y ahora se ve en el átrio. Los altares nada ofrecen digno de ser examinado detenidamente, si se esceptúa el mayor, cuyo retablo y ara son de preciosos jaspes, que forman un lujosísimo marco, que contiene un gran lienzo, en el que se representa á la Santa Vírgen y Mártir titular, obra con algunas dotes recomendables debida á Eugenio Cajes.
Tampoco debe pasarse en silencio la magnífica custodia que se guarda en la sacristía, llamada vulgarmente el Sol de Oran, título con el que sin duda la conocen por ser la misma que hubo en la Iglesia mayor de esta importante ciudad de Africa desde que la arrancó del poder de los infieles el Cardenal Gimenez de Cisneros, hasta que en 1792, al abandonar este punto, se trajo á la Península con algunas otras alhajas y el Arzobispo Lorenzana la regaló á esta parroquia.
Los Almirantes de Castilla, antigua dignidad que se perpetúa en la casa de los Duques de Noblejas, tienen aquí su panteon de familia.
SAN MARTÍN.—En el primer capitulo de esta parte de la Historia de los Templos de España, y al describir el magnífico monasterio de San Juan de los Reyes, dijimos ya que la parroquia objeto de estas lineas, cuyo primitivo templo existia contiguo á la puerta del Cambron, fué trasladado al que hoy ocupa, el año de 1840.
Su fundacion debió tener lugar en los primeros años de la reconquista, y acaso durante el reinado de D. Alfonso VI. En 1197 el Arzobispo D. Martin Lopez de Pisuerga hizo donacion de ella, con todas sus pertenencias y derechos, al abad y canónigos de la Iglesia colegial de Santa Leocadia, prévia autorizacion del Cabildo Primado, contirmada despues por el Pontífice Honorio III. Mas_tarde el Rey, Felipe 11, despues que hubo terminado el Real Monasterio de San Lorenzo, entre otras muchas prebendas y beneficios con que dotó esta comunidad, le hizo cesion de esta parroquia de San Martin, unida con algunas otras dependencias del dignidad abad de Santa Leocadia. En esta disposicion ha permanecido hasta nuestros tiempos, en que, estinguidas las comunidades religiosas, quedó á disposicion del ordinario, siendo, por último, una de las nueve latinas, que en el postrer arreglo parroquial de Toledo se conservaron como matrices. Como queda dicho, en esta época se trasladó á San Juan de los Reyes, mandándose demoler su antiguo templo, que ninguna cosa ofrecia de notable, por el estado de inminente ruina en que se encontraba.
SAN PEDRO.—Poco diremos en este lugar de la parroquia que se conoce en Toledo con esta advocacion. Erigida dentro de la misma Catedral, desde tiempos muy remotos, en la capilla llamada del Santísimo Sacramento, se trasladó en la primera mitad del siglo XV, á la que con la misma advocacion de San Pedro hizo construir á sus espensas el Arzobispo D. Sancho de Rojas. Teniendo, pues, en cuenta, que la monografia de este templo forma parte de la descripcion de la Iglesia Primada, y á fin de no repetir las especies remitimos á nuestros lectores al trabajo del señor D. Manuel de Asas sobre la Catedral con el que comienza esta historia.
FIN DE LAS PARROQUIAS MATRICES.