INTRODUCCION.
La tradicion religiosa es el eje de diamante sobre que gira nuestro pasado.
Estudiar el templo, manifestacion visible de la primera, para hacer en un solo libro la sintesis del segundo: hé aquí nuestro propósito.
Para conseguirlo, evocaremos de las olvidadas tumbas en que duermen al pié del santuario á esos Titanes del arte que lo erigieron.
Ellos nos dirán cómo la cruz salió de la catacumba para enclavarse sobre el ara de Júpiter, y porqué, no bastando la antigua forma á contener la nueva idea, esta se creó una arquitectura especial que, emigrando de pueblo en pueblo, fué modificada por los siglos.
De sus lábios sabremos qué misteriosas trasformaciones llevaron el gérmen de la ojiva contenido en el semicírculo á concluir en su desarrollo en el arco conopial; en qué vision terrible contemplaron ese mundo silencioso y quimérico que esculpian bajo el follage de piedra de las arcadas; en dónde, en fin, está la clave invisible de esas robustas bóvedas, el firme cimiento de esas agujas aéreas con que coronaron sus edificios.
Seguiremos en su marcha al pintor, desde que comienza iluminando con groseras imágenes los antiguos códices, hasta que despues de cerrar con vidrios de colores brillantes las prolongadas ojivas, dice su última palabra cubriendo el tabernáculo de magníficas telas y los muros de frescos sorprendentes.
Registraremos los archivos, y al consultar los gloriosos anales de nuestra historia, nos remontaremos de fecha en fecha, hasta descubrir las fuentes de la filosofía y del saber en el silencio de los cláustros, y en el origen de estos, el arco de triunfo que elevó á cada una de sus victorias la reconquista.
Por último, cuando nos hayan revelado sus secretos las artes, cuando descifremos el Apocalipsis de granito que escribió el sacerdote en el santuario y aparezcan á nuestros ojos esas generaciones jigantes que duermen bajo las losas de sus sepulcros, arrojaremos sobre el confuso caos de tan diferentes ideas un rayo de la fé que las creára, y este será el FIAT LUX que disipará las sombras de ese pasado desconocido.
Los hombres de reputacion mejor adquirida entre nuestros arqueólogos; lo mas ardiente é instruido de esa juventud que espera con ánsia el instante de saltar al palenque literario para probar sus fuerzas con un asunto grande, han tomado sobre sus hombros, no sin contar antes con el apoyo del Trono, de la Iglesia y de la opinion pública, la colosal empresa de armar el esqueleto de esa era portentosa, que, herida de muerte por la duda, acabó con el último siglo.
Acaso, cuando ya reunidos sus fragmentos, pongamos en pié al coloso de las creencias, sus jigantes proporciones humillen y confundan la raquítica Babel de la impiedad.
GUSTAVO ADOLFO BECQUER.