EPILOGO
-¿No piensa saludar a su prometida señor Beamont? –le dijo coqueta.
Antoni la miraba atónito, no podía creerlo, había regresado... había dejado todo por estar con él. Reaccionó de inmediato y corrió a abrazarla, la levantó en brazos y dio vueltas hasta que estuvieron mareados, la rabia, el dolor y la frustración se fueron como por arte de magia. La colocó sobre el piso y la recibió con un beso apasionado.
–Regresaste, ¿Cómo es que tu…
-Shhhhh….. –le colocó un dedo sobre los labios. –Volví, pero esta vez para quedarme, claro sólo si sigue en pie tu oferta de matrimonio.
-No tienes ni que preguntarlo, te habría esperado toda mi vida. –le dijo feliz.
-Lo sé, lo leí en tu biografía, te llamaron el caballero solitario. –rió cómo quitando importancia a sus comentarios. –Por eso estoy aquí, para cambiar eso, pero esta vez no vengo sola. –dijo señalando el carruaje. En ese momento Steve y Susan bajaron. –Mi hermana Susan y su prometido Steve Bogar, un profesor de universidad en busca de nuevas oportunidades, vienen conmigo. –le guiñó el ojo porque en ese momento Anita y la Sra. Jo habían salido también a recibirla.
Nadie a excepción de Antoni conocía la verdad respecto a ella, Steve y Susan también iban vestidos de acuerdo a la época y todo parecía indicar que se trataba de una ceremonia de pedida de mano tradicional.
Antoni saludó a Susan con cortesía, Susan lo miraba impresionada y cuando tuvo oportunidad mientras Antoni saludaba a Steve le dijo a su hermana al oído. –Ahora entiendo porque no podías olvidarlo, No sólo es un príncipe, ¡Que ejemplar de hooooooombreeeeee!
Melisa se sonrojó, un minuto después ya recuperada de los comentarios de su hermana dijo. –Pero no sólo vengo con ellos. Antes de venir aquí, le seguimos al viaje y hay alguien que muere por verte...
-Lo….. Lorrein…. –Dijo Antoni pasmado, Lorrein bajó del carruaje y corrió a abrazar a su hermano. -No es posible ¿Cómo si tú…… -apenas si pudo pronunciar palabra.
-Melisa me convenció de no hacer lo que tú ya sabes. –dijo apenada. –Me convenció de viajar con ella y tener una segunda oportunidad sin el monstruo.
Lorrein recordó ese día. Ella estaba a la orilla del acantilado mirando las olas estrellarse contra la pared de piedra, decidida a poner fin a su agonía, estaba por saltar cuando escuchó una voz dulce y suplicante.
-Por favor no saltes Lorrein, no lo hagas, te lo suplico. –dijo Melisa.
-¿Quién eres? ¿Cómo es que sabes que yo……….
-Soy tu segunda oportunidad y sé todo sobre ti por qué tú misma me lo has revelado. –hizo una pausa. –Lorrein no puedo resignarme a que termines siendo un pobre fantasma atormentado. –un par de lágrimas rodaron por sus mejillas.
Lorrein la miró pasmada y confundida, Melisa se acercó a ella y le tomó la mano, la miró a los ojos. –Sé que no entiendes nada, pero sólo te pido que me regales unos minutos, si después de escucharme no quedas convencida te dejaré terminar lo que viniste a hacer y respetaré tu decisión aunque no esté de acuerdo.
Melisa contó todo con lujo de detalles, como ayudada por ella la verdad quedo al descubierto y del trágico final de Sebastián. Le habló de su amor por Antoni y le suplicó que viajara con ella.
-¿Ves cómo te sirvo más muerta que viva? Si yo no muero nunca sabrás la verdad. No puedo hacer otra cosa para ayudarte más que esto –dijo Lorrein triste.
-Te equivocas, ya has hecho bastante, tu diario, la nota... antes de venir aquí me colé en la mansión y me encargué de dejar evidencia para mí misma. Confía en mí, la historia será igual, sólo que ahora no tendré a mi fantasma personal asustándome por las noches. –rió.
-¿de verdad te asuste tanto?
-No tienes idea, sobre todo la primera noche, casi me da un infarto. –dijo Melisa sonriendo.
-Entonces ¿Qué quieres que haga? ¿Cuál es el plan? –preguntó Lorrein convencida.
-Por lo pronto todo debe seguir igual, tu madre debe pensar que te suicidaste y continuar todo como debe ser, no podemos arriesgarnos a cambiar demasiado la historia. Cámbiate el vestido por este que traigo aquí y arrojaremos el que traes al mar, Pedro lo encontrará, la nota y esto serán la evidencia de tu muerte.
-¿Qué pasará conmigo?
-Según Steve nada, siempre serás cuatro años más joven, darás un salto de 1813 a 1817 y para ti será como si sólo hubiera pasado un día, te perderás 4 años de la vida de los demás pero es absolutamente necesario.
-Está bien lo haré. –dijo Lorrein decidida.
-¿Pero cómo es esto posible? –Antoni miró confundido a Melisa y luego a Steve.
-No me preguntes, soy científico y me avergüenza decir que en esta ocasión no tengo respuesta. Esta encrucijada en el tiempo es una locura lo sé. –dijo Steve riendo.
Se abrazaron nuevamente. Lorrein lloraba cómo una magdalena y Antoni no pudo contener las lágrimas. Agradeció a Melisa en voz baja quién los miraba conmovida. Todos los presentes lloraban de alegría. Antoní mandó a la Sra. Jo y a Anita a preparar todo para los recién llegados.
-Tendremos que encontrar una explicación convincente sobre el regreso de mi hermana. –Le dijo Antoni a Melisa al oído.
-Lo sé y eso ya lo tenemos resuelto, tu madre y el pueblo entero quedarán convencidos. –Le dijo ella.
-¿Ah, sí? Y ¿Cómo piensas explicar lo del cuerpo que descansa en el cementerio?
-Fácil. ¿Recuerdas el accidente en el cual Pedro casi muere y supuestamente murió Lorrein?.
-Sí. –respondió Antoni pensativo.
-Pues bien, cuando la caseta del carruaje cayó al barranco, Lorrein salió en uno de los llanos del barranco, quedó algo lastimada pero no lo suficiente, pudo caminar pero como perdió la memoria, estuvo caminando por días sin saber quién era y una familia la acogió y cuido de ella hasta ahora. Al momento del accidente una mujer que pasaba por ahí fue lastimada por el carruaje en el que tu hermana viajaba, la mujer cayó al barranco y quedó en tan malas condiciones que creyeron que se trataba de Lorrein, la mujer estaba mal herida y murió. Tu madre la enterró creyendo que se trataba de Lorrein……..lo ves ya lo tengo todo solucionado. –chasqueó los dedos.
-Vaya, veo que pensaron en todo. Y ¿Cómo solucionaron lo de la maquina? No podemos arriesgarnos a que alguien más la encuentre. –Le dijo a Steve.
-Lo sé y ya nos encargamos de eso amigo. –le dijo Steve sonriendo mientras recordaba la odisea que pasaron para lograrlo.
Había instalado la maquina principal en un lugar apartado, donde le costara tiempo al gobierno encontrarlos y sobre todo llegar. Viajaron por Lorrein y mientras la maquina se alineaba nuevamente colocaron explosivos.
Melisa le aplicó un test de embarazo a Lorrein, el resultado salió negativo. Lorrein estaba Feliz.
Cuando hicieron el último viaje de la máquina del tiempo los explosivos estallaron y el fuego consumió todo. Nadie nunca sabría sobre el proyecto de Steve Bogar, no quedaría evidencia de que alguna vez existió.
Melisa contemplaba el atardecer a la orilla del acantilado, admiraba maravillada la inmensidad del mar y el viento sabor a sal chocaba de golpe contra su rostro. Tenía tantos recuerdos y momentos felices en su corazón.
Su boda fue majestuosa e inolvidable, se sentía como una plebeya de cuento de hadas que al final se casa con el guapo príncipe. El reencuentro de Lorrein y Stuart fue muy emotivo. Habian pasado ya dos años, recordó a Antoni jugando con sus gemelas en el jardín, las niñas lo adoraban y él a ellas. Un nuevo ser crecía en su vientre y su instinto le decía que sería un niño. Solo había que esperar que el tiempo le diera la razón ¿o no?
Antoni se colocó tras de ella, envolviéndola con sus brazos, colocó las manos sobre su vientre abultado y le besó el cuello. –Sabía que te encontraría aquí. –le dijo amoroso.
Melisa se giró y lo besó con todo el amor que tenía para darle.
Esa misma mañana recibió carta de Lorrein, Stuart y ella prolongarían su estancia en Texas hasta que él bebe naciera y le médico les diera permiso de regresar.
Lorrein lucía preciosa en su boda y por supuesto ellos fueron los padrinos de honor. A casi un año de la boda, Lorrein estaba a punto de dar a luz a su primogénito.
Susan se había asociado con una excelente costurera y juntas crearon una boutique que fue la sensación y la mejor de su tiempo,
Steve daba clases en la universidad y era feliz siendo sólo eso, un profesor que sabe demasiado pero enseña lo necesario.
La mansión Beamont nunca estuvo más llena de vida con los gritos de pequeños corriendo por sus pasillos. Elionorth era la abuela más consentidora, adoraba a las gemelas y a los pequeños de Susan como si también fueran sus nietos y se cuenta que nunca hubo más felicidad y abundancia en esas tierras.
“Es triste que los seres humanos a veces necesitemos de sufrir una terrible devastación para poder empezar de nuevo. El verdadero valor esta en dar vuelta a la adversidad y convertirla en algo positivo. Cuando la vida me puso un ultimátum estaba asustada, no es fácil aceptar los cambios, pero la vida es sabia y no perdona así que cambiaba y daba la oportunidad a mi verdadero yo de surgir y a lo largo de ese camino descubrir el verdadero amor o me quedaría hundida para siempre en la mediocridad y autocompasión, en un empleo sin futuro y atada al amor de un hombre que pertenecía a otra”.
-Destino.
-No. Casualidad.
-Destino.
-Casualidad.
Antoni y Melisa discutían sentados a la sombra de un árbol a lo alto de la colina que colindaba con las tierras de conde Deibua.
Melisa permaneció en silencio unos segundos meditando.
–Quizá ambas. Porque fue una casualidad que tropezara y cayera en la unidad one y fue el destino el que me trajo a ti, así que podemos decir que se trato de una:
CASUALIDAD DEL DESTINO.