—¡Ha vuelto a ocurrir! —Exclamó Agustín cuando vio entrar por la puerta a Bartolo— Otro caso en Praga.

—¿En serio? —preguntó éste más interesado que nunca.

—Sí. Ocurrió anoche, pero en esta ocasión la chica estaba acompañada por su novio y éste vio como alguien aparecía ante sus ojos y se la llevaba sin más. —Agustín hablaba deprisa, quería contarlo todo a la vez y Bartolo le pidió que se tranquilizara y le explicara con calma lo sucedido.

—Será mejor que veamos la noticia en Internet, seguro que estará mejor contada —dijo Agustín haciendo un guiño—. Ambos hombres se comieron la pantalla con los ojos, leyendo la terrible noticia.

—Es la primera vez que hay un testigo. —Dijo Bartolo— Es un gran paso para que la policía se centre más en el caso y sepa a quién busca.

—Lo quiero todo, Bartolo, todo. Te quedan dos viajes pendientes, el de Transilvania y el de Southport. Quiero que vayas a los dos y luego a Praga, quiero que la noticia esté del todo completa. Hemos subido el número de ejemplares vendidos, esto marcha, Bartolo —fue la contestación del redactor jefe, el cual se veía sumamente exaltado.

—Muy bien, iré a los tres sitios. Haré todo del tirón y desde allí te iré enviando toda la información. Serán unos buenos reportajes.

—De eso estoy seguro. Te felicito por tu trabajo, Bartolo ¡adelante! —dijo esto último dándole una palmada en el hombro—. Prepara los billetes, reserva los hoteles y ponte en marcha.

 

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