Nota de la Autora: La idea de escribir sobre La Alhambra, viene de mi cariño hacia este monumento granadino. Tengo que decir que lo he visitado varias veces y su encanto hace que te sientas en otra época nada más aparecer ante ella. Pero también tengo que decir, que nunca he tenido la oportunidad de visitar sus subterráneos, y que todo lo relativo a los mismos es producto de mi imaginación, así como todo lo que aparece sobre la Facultad de Ciencias, todos los personajes, sus nombres, toda la historia en sí y la leyenda que revelan estas páginas. Como suele decirse, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Por otra parte, las ciudades que aparecen en la historia, existen en la realidad. Todas ellas son lugares muy hermosos, que he escogido para el relato.

También quiero señalar que para mí, ha sido muy entrañable el personaje de Bartolo y que siento un gran cariño por todas aquellas personas que en algún momento puedan haberse sentido mal con alguna parte de su cuerpo, lo que les puede haber hecho en ocasiones, infelices. A todas ellas les deseo que hayan llegado a quererse como son, que todos tenemos algo que nos hace únicos y especiales, y que sepan que los demás necesitamos su felicidad.

Referente a la leyenda que estáis a punto de leer, espero que sea del agrado de todos y nos haga recordar, aunque sólo sea un poquito, al maravilloso Washington Irving y sus cuentos de La Alhambra, a quien le dedico estas palabras de elogio por su trabajo y su obra.