Agradecimientos
A mis padres y a mis hijas, por su apoyo activo e indefectible. Con todo mi amor.
A Christiane, historiadora aficionada pero extremadamente precisa y cuidadosa con los detalles, buscadora infatigable de documentos —¡y de subterráneos!— inencontrables, apasionada por la historia de Nancy y de Lorena. Toda mi gratitud.
A todo el equipo de EAC, Stephen, Anne, Sophie, Julia, Yasmina, Anne-Sophie, y a Virginie Migeotte, por vuestra implicación y energía. ¡Hasta la próxima aventura!
A mi A, a mi ángel, sin quien este libro no sería el mismo.
Y un profundo agradecimiento a mi cafetera, que ha soportado su uso intensivo sin abandonarme nunca.