CAPÍTULO DOS
ALEX
98 Kilómetros
Esto va lento.
En 3 horas, hemos avanzado aproximadamente 13 kilómetros.
El Aeropuerto Internacional de Denver está a más de 95 kilómetros.
Esto va a tomar más de lo que esperaba. Nos tomó 20 minutos tan sólo llegar del estacionamiento del Greenway hacia la Interestatal 25.
Era difícil ver a través de las ventanas debido al plexiglás, que no era transparente como el cristal regular. Es como manejar a través de la niebla.
La autopista está agrietada en algunos sitios. A veces hay aberturas y hoyos en el asfalto. Pero hasta ahora no ha habido nada que el autobús no haya podido superar.
Cada 180 metros, más o menos, hay grandes reflectores con batería. Esos son buenos:
- Dirigen el camino.
- Nos ayudan a ver mejor mientras pasamos.
- Nos dan esperanza de que hay alguien buscándonos.
Hay autos densamente apelmazados en cada lado de la autopista y sólo un carril pasando por el centro. Mi mejor conclusión es que el ejército llegó y se abrió paso a través del camino. En algunos lugares los autos sólo fueron levantados y empujados a los lados para hacer espacio.
Lo autos no son lo que da miedo, por supuesto. Nadie se asustaría por un estacionamiento largo y raro como la I-25.
Son los cuerpos.
Nosotros los vemos, muertos donde se arrastraban para salir de sus autos.
Algunos eran un desastre sangriento —debían ser tipo A, como Niko y Max.
En algunos autos, mientras pasábamos, nuestros faros brillaban en manchas de líquido negro salpicado sobre todo el interior del coche. Es sangre. Creo que esas personas eran tipo A también. O, tal vez esos coches tenían dos personas adentro, un tipo O y otro más, y el O simplemente los desgarró o algo.
La otra cosa que da miedo es el moho blanco.
Hay un tipo de sustancia espumosa creciendo sobre las llantas de los autos y arriba en los cuerpos de los autos.
Casi parecía que las llantas de los coches se habían congelado, con acumulaciones de partículas de hielo cubriéndolos, pero teníamos que conducir a través de ellas en algún punto y no se veía como hielo cuando las pasábamos. Se veían húmedas y densas, como moho.
Creo que es un hongo que come caucho.
Como sea, eso explica por qué no estamos viendo más autos conduciendo.
Sólo los neumáticos que se han mantenido fuera del aire no están cubiertos de moho.
Acabamos de conducir sobre un cuerpo tendido justo en la carretera. Los golpes eran enfermizos y aunque no podíamos escucharlos sobre el motor, los podíamos sentir. El cuerpo cedió pesadamente cuando pasábamos sobre él.
Cedió pesada y carnosamente, si eso siquiera tiene sentido.
Estos son el tipo de cosas en las que me pongo a pensar, Dean, mientras tú estás holgazaneando en el Greenway, comiendo chocolates con Astrid, Chloe y los gemelos.
Max, Ulises y Batista están sentados apretándose en un asiento doble, es un espectáculo divertido para mí —detrás de ellos están todos estos contenedores llenos con comida, cajas con litros de agua —todas esas provisiones apretadas en un gran revoltijo, y en frente de ese desorden están estos tres chicos, todos acolchonados, usando máscaras. Y están jugando con coches Matchbox.
Me imagino que uno de ellos (probablemente Max) escondió los autitos en su mochila, y ahora están teniendo carreras en el respaldo del asiento que está frente a ellos, chocando los autos y haciendo esos sonidos de coches en conducción que hacen los niños pequeños.
Sahalia está con Brayden en el asiento de adelante. Él está en malas condiciones.
Sahalia sigue diciéndonos cosas urgentes a Niko, Josie y a mí sobre Brayden. Probablemente cosas como: está débil. Está gris. Se ve como si fuera a morirse. Pero realmente no la podemos oír.
Eso es por las máscaras de aire. Hacen que sea casi imposible escuchar, sobre el sonido del motor y el sonido de nuestros latidos del corazón amartillándonos los oídos.
Creo que Sahalia está llorando bajo su máscara.
Justo antes de Castle Rock, había un tramo largo de carretera abierta (“abierta” significa que había un carril libre sin obstáculos que sortear).
Aceleramos a 30 kilómetros por hora, que se sintieron como volar.
Me reí y creo que Niko estaba sonriendo bajo su máscara, pero sólo lo podría decir por la esquina de su ojo que podía ver.
Josie estaba sonriendo, se volvió y me dirigió unos grandes pulgares arriba, se veía chistosa —todos lo hacíamos— con sus 5 capas de pantalones de ejercicio y sudaderas, y luego un gran impermeable naranja sobre todo lo que traía puesto. Pero se veía esperanzada y yo le sonreí y le respondí los pulgares arriba.
Cuando Josie estaba feliz, hacia felices a todos. Y esto tenía sentido, porque ella era como la mamá del grupo. Todos dependían de ella por su bondad, su forma fácil de ser.
Max se acercó y le preguntó a Josie si podía hacerle algo de comer.
—¡Tenemos hambre! —gritó.
—¡Tendrás que esperar, cariño! —Josie le respondió gritando.
—¡Pero tenemos hambre!
Josie tomó a Max de la mano y lo guió a la parte de atrás del autobús, estaba tratando de decirle que era demasiado peligroso quitarse la máscara para comer, cuando Sahalia gritó.
Brayden se había desplomado al suelo.
Sahalia estaba gritando su nombre y tirando de su cuerpo, tratando de cargarlo de nuevo hacia el asiento, supongo.
Josie regresó por el pasillo.
—¿Cuánto tiempo ha estado inconsciente? —Josie le preguntó a Sahalia.
Sahalia le respondió algo pero no pude escuchar qué.
—¡Brayden, Brayden! ¡Te tienes que quedar con nosotros! —gritó Josie—. Estamos tratando de llevarte.
—Él sabe todo eso. ¡Le estaba diciendo eso pero entonces se quedó dormido y tienes que ayudarlo! —Sahalia estaba enloqueciendo.
—Sahalia, escúchame —le suplicó Josie.
—¡Tenemos que detenernos y conseguir ayuda! —Sahalia estaba chillando.
—¡Deja de gritar! —gritó Josie. Se estaba enojando.
De repente Josie se quitó su máscara, luego la máscara de ski que tenía sobre ésa.
—No te entiendo, Sahalia —dijo Josie—. Cálmate y habla más despacio.
Ella se estaba aferrando a los brazos de Sahalia, amablemente pero con firmeza, así era como Josie era.
Entonces Sahalia se quitó sus máscaras y la máscara de lana.
Los pequeños empezaron a gritar, creo que estaban gritando algo como “No es justo.” Ellos también querían quitarse sus máscaras.
Yo sabía que Sahalia era tipo B, como yo, los tipo B, sufrían del menos grave de los 4 efectos —pérdida de la función sexual.
Y Josie era tipo AB —así que a menos que se pusiera su máscara pronto, empezaría a alucinar y a acusarnos a todos de tratar de matarla o algo.
—¡Él está muriendo. ¡Está muriendo y ustedes dos van demasiado lento! —gritó Sahalia.
Sus ojos estaban rojos por llorar y se veía de rostro delgado.
Estaba actuando como loca, pero me he dado cuenta de que Sahalia suele comportarse como loca, incluso si siente otra cosa. Como estar asustada o incluso feliz.
Niko gritó algo ahogado desde el asiento del conductor, seguramente algo como “¿qué está pasando ahí atrás?”
No dejó de conducir, ésa era la decisión correcta dadas las circunstancias, es posible que Brayden haya recibido un disparo y podría estar muriendo, pero si no seguíamos moviéndonos para llevarlo a Denver, Brayden moriría, seguro, junto con todos nosotros.
—¡Brayden! —dijo Josie. Resopló un poco—. ¿Puedes oírme?
Yo estaba observando y lo vi pasar.
Josie sacudió la cabeza, parecía como si tuviera un mosquito zumbando alrededor de ella. Sacudió la cabeza y se tambaleó hacia atrás sobre sus talones, Josie se llevó las manos a la cabeza y se echó a reír. Una risa cruel.
—Ew —lanzó Sahalia—. ¿Qué sucede contigo?
Entonces Josie se abalanzó sobre Sahalia, las dos se cayeron en el pasillo y Sahalia empezó a gritar.
Niko detuvo el autobús. —¿Qué está sucediendo allá atrás? —gritó. Niko vino corriendo y agarró a Josie, tratando de separarla de Sahalia.
¡Josie no era AB, ella era O!
Por qué había pensado… ¿por qué había estado seguro de que ella era AB? Era tipo O, y estaba intentando matar a Sahalia.
—¡Consigan una cuerda! —gritó Niko, pero no podía recordar dónde estaba la cuerda.
Las cajas no estaban ordenadas. La comida estaba en los suministros médicos y las baterías estaban con las lonas y yo no podía encontrar la cuerda.
Y todo el tiempo que estuve buscando, los niños pequeños estaban gritando, se agarraban unos a otros y sollozaban, y Niko estaba tratando de arrastrar a Josie de Sahalia y yo seguía sin encontrar la cuerda.
Entonces la encontré. (Debajo del asiento en frente a los pequeños)
Rasgué la abertura del empaque y liberé el final, y para ese momento, Josie lo había golpeado a través de la cara y su máscara estaba hacia un lado.
—¡Tu máscara! —grité.
Niko tenía a Josie boca abajo en el pasillo, su cara estaba presionada sobre la alfombra y ella estaba gruñendo y oponiéndose.
Levantó el brazo y empujó la máscara de nuevo sobre su cara, Josie le dio un codazo en el costado de la cabeza y trató de sacárselo de encima.
Yo no sabía qué hacer con la cuerda, así que sólo se lo entregué a Niko.
—¡ATA. SUS.PIES! —gritó.
Josie me pateó en la cabeza pero conseguí atar sus pies.
Niko tenía una de las manos de ella en las suyas y la otra estaba sujeta bajo ella.
Él sacó de un tirón su mano y de cierta forma consiguió atar las dos manos juntas, ahora no podía hacer mucho daño.
No importaba cuanto se retorciera y agitara, no podía liberarse.
Niko no tuvo que decirme, yo sabía lo que necesitábamos: las pastillas para dormir. Me tomó muchísimo tiempo encontrarlas, pero encontré un paquete nuevo de pastillas para dormir y saqué una de su empaque y se la di a Niko.
Él la introdujo a su boca y me hizo un gesto para que le diera otra. Lo hice, unos momentos más tarde, ella se quedó inmóvil.
Sahalia todavía no tenía su máscara puesta, estaba tendida el piso entre el segundo y tercer asiento, llorando.
Niko fue y la ayudó a pararse.
—Pensé que era tipo B, como yo —dijo Sahalia.
Niko dijo algo que sonó como: —No sabíamos.
—Yo pensé que era tipo AB —dije.
—Ella dijo que sabía cuál era su tipo —nos dijo Niko—. Estaba segura de que era B.
¿Cómo no lo habíamos sabido a ciencia cierta? Traté de recordar. Supongo que cuando todos habíamos estado expuestos a los compuestos químicos, Josie no había estado allí.
Niko tosió y Sahalia se inclinó hacia adelante, preocupada.
Había sangre dentro de su máscara de aire.