Capítulo 18
Algunos remedios para nuestro problema
En este capítulo
Tratamientos naturales
Medicamentos para el insomnio
Conseguir dormir sin fármacos
“Menos es más” o “demasiado de algo acaba por hacernos sentir insatisfechos” no son frases ajenas al buen dormir. Muchos de nosotros abrimos el cajón de las píldoras y los jarabes cuando nos vence la ansiedad de no poder pegar ojo. El problema es que el organismo se habitúa a la dosis y cada vez necesita más para relajarse, hasta llegar a un punto en que la pastilla para dormir no funciona. Nadie mejor que el médico para orientarnos en la terapia farmacológica que resuelva nuestro problema (ya existen compuestos con menos efectos secundarios y muy efectivos). Y, cómo no, bienvenidas sean también las terapias naturales, con la música y la relajación a la cabeza.
Tratamientos naturales y con medicamentos
Parece que cada vez circula más gente por el mundo convencida de que, si puede evitar la medicación para corregir un problema de salud, es mejor hacerlo.
Pero aún quedan muchas otras personas que se tomarían un camión de pastillas cada semana, si su farmacéutico no les llamara la atención.
No hay ni buenas ni malas pastillas, sólo
medicamentos bien o mal empleados. Es básico no automedicarte. Si
eres insomne, no caigas en la rutina de tomar pastillas sin visitar
antes a un médico.
Desde tiempos remotos el hombre ha buscado la sustancia ideal que le proporcione un sueño agradable; una de las primeras que utilizó fueron las bebidas alcohólicas. Los romanos creían que el alcohol les adentraba en un sueño reparador, pero hoy sabemos que produce sopor y no promueve el descanso.
Los primeros medicamentos bastante eficaces contra el insomnio fueron los barbitúricos, aunque tampoco produzcan una sensación de descanso al día siguiente y, en caso de sobredosis, provoquen intoxicación e incluso la muerte.
Lo ideal de un hipnótico o fármaco para dormir es que actúe rápidamente, que sus efectos se mantengan durante la noche y que, al día siguiente, la persona se despierte fresca.
Los hipnóticos
Llamamos hipnóticos a todos aquellos medicamentos que nos ayudan a iniciar y mantener el sueño. En la actualidad no existe ninguna duda de que los mejores y más seguros son las benzodiacepinas y los fármacos de última generación, llamados ciclopirrolonas (indicados específicamente como hipnóticos), con menos efectos secundarios, más facilidad de absorción y antídoto en caso de sobredosis.
Benzodiacepinas
Sus efectos son distintos según el tipo:
Cada compuesto tiene indicaciones y
contraindicaciones y debe ser recetado por un médico. El uso
crónico, sin control médico, puede llevar a casos de abuso o
dependencia, con el agravante de tener que aumentar la dosis para
conseguir el mismo efecto. En cambio, utilizados correctamente, los
fármacos son de gran utilidad para el paciente con insomnio.
Todos los efectos secundarios de estos medicamentos están relacionados con: dosis excesivas, dejar de tomarlos de un día para otro, combinarlos con otros o usarlos mal, tanto por parte médica como en lo que respecta al insomne. Entre los efectos por sobredosis contamos:
Cada persona y caso requieren de un
medicamento adaptado a sus necesidades. Casi todos los hipnóticos
existentes en el mercado pueden ser útiles si los usamos en circunstancias
individuales correctas y con las dosis y el tiempo de tratamiento
indicados.
Las benzodiacepinas, imidazopiridinas y ciclopirrolonas de vida corta-media han supuesto que podamos reducir dos de los efectos secundarios más conocidos de los medicamentos hipnóticos: el sopor del día después y el peligro de acumulación. No obstante, si tomas dosis excesivas y no retiras el fármaco de manera progresiva, puedes acusar efectos colaterales, como amnesia anterógrada (no almacenas en la memoria los eventos más nuevos), ansiedad o insomnio de rebote.
Para los insomnes transitorios se recomiendan los fármacos hipnóticos durante un máximo de 21 días consecutivos, con una posterior retirada progresiva. El médico decide la duración del tratamiento. Por supuesto, en caso de insomnio crónico o transitorio, el uso de medicamentos supone también la reeducación de nuestros hábitos del sueño.
Antihistamínicos
También en las farmacias disponemos de una serie de medicamentos que se utilizan como inductores del sueño y que, como principio activo básico, emplean un antihistamínico. Los antihistamínicos son fármacos indicados sobre todo para los procesos alérgicos. Dos de sus efectos secundarios son la somnolencia y el aumento del apetito. Aprovechando este efecto colateral, mucha gente los toma para dormir, algo que el médico debe calcular.
Sin fármacos
¿Quién no se ha tomado una tila antes de acostarse durante una crisis de insomnio? A otros, la valeriana o simplemente un buen vaso de leche tibia les resulta un recurso mucho más efectivo.
Técnicas de tipo psicológico, determinadas
medidas de higiene, yoga o terapias con plantas medicinales son
algunos de los métodos empleados para vencer el insomnio sin
necesidad de ingerir fármacos. Sin embargo, según el tipo de
insomnio o su causa, lo idóneo es combinar todas las posibilidades
de tratamiento que estén en manos del médico. Ahí incluimos, cómo
no, las rutinas previas al sueño, la postura en la cama y el
entorno (o lo que es lo mismo, la higiene del sueño).
En algunos casos, tomar algún fármaco nos da la tranquilidad necesaria para ir cumpliendo con otras estrategias no farmacológicas que mejoren nuestro buen dormir. Será, en cierto modo, como labrar el terreno donde luego sembraremos unos correctos hábitos del sueño.
Buenas técnicas de relajación, concentración, autocontrol y terapias familiares, de pareja o individuales (psicoterapia convencional) servirán para desenredar los conflictos latentes que pudieran causarnos insomnio.
Técnicas cognitivo-conductuales
Aunque requieren una gran perseverancia, porque funcionan a largo plazo, estas técnicas son las más recurrentes en el tratamiento no farmacológico del insomnio. Regulan el ciclo vigilia-sueño, recuperan los estímulos evocadores del sueño e inducen un estado previo favorable al sueño.
La musicoterapia
Si la música amansa a las fieras, será porque hay algo entre nota y nota que produce un efecto relajante en el cerebro de los seres vivos. La terapia musical está muy indicada para acrecentar, mantener y restaurar el bienestar, porque la combinación de las notas musicales en melodías estimula el funcionamiento físico, cognitivo, emocional y social.
Plantas medicinales
La terapia con plantas está especialmente indicada en casos de insomnio por ansiedad. Todos sabemos que algunas hierbas tienen cierto poder tranquilizante. La manzanilla, el hinojo, el cáñamo indio, la mejorana, el espino en flor, el gordolobo, la semilla de amapola, el romero y la valeriana son algunas de ellas. Pero según estudios científicos, sólo la valeriana muestra una mejora subjetiva en la calidad del sueño.
Con todo, si es media noche y no puedes dormir, no te servirá de mucho levantarte a tomar una valeriana. Para que surja un verdadero efecto relajante, deberás tomar varias tazas durante el día. Una sola taza de noche, después de este tratamiento, será suficiente para que pongas la cabeza en la almohada, libre de angustias.