Economía de esfuerzos

Aprendió a hojear los libros

concentrándose sólo

en los de su real interés.

En la oficina pulió el timing

de ofrecerse cuando no se necesitaba,

esquivando también

las opciones avanzadas

de los programas informáticos.

Gradualmente fue afinando

un camino exquisito

hacia la sencillez

y la economía de esfuerzos.

Con eltiempo,

las suscripciones especializadas

ya no necesitaban

siquiera ser hojeadas

e iban a parar organizadamente

a su biblioteca.

Difícil que el pulso se le alterara

por cuestiones triviales

o el tiempo le faltara

para su propio interés.

Por el contrario,

toda esa sabiduría de lo mínimo

fue ensanchando progresivamente

su tiempo libre para pensar.

Eso sí,

el esfuerzo era ya

un intruso intolerable.

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