Bien feo
Se podría pensar en una fealdad testaruda
observando la cómica fealdad del padre
tan parecida a la suya.
Una genética excluyente del azar generoso.
Pero así es él,
llamando la atención desde pequeño.
Probó asociarse con los nerds disponibles,
constatando con decepción
que sólo aportaba el lado externo
de la excentricidad.
Su pasión por las motos también
sufrió un duro revés,
al exponer su flacucha figura
en los bares de Harleys
lleno de tatuajes musculosos.
Difícil que lo tomaran en serio
con semejante presentación,
enterrando desde temprano
vocaciones circunspectas.
Su autoestima con los años
ninguna terapia lograba apuntalar,
hasta que el azar por fin le tendió la mano
cuando lo arrojaron volando al escenario
de un concurso de feos.
Sobra decir que fue declarado
fuera de concurso
y las bromas y popularidad
se le quedaron pegadas desde entonces.
Conoció por fin su verdadera fuerza.