El estafador

Una sonrisa encantadora

se filtra por las defensas ajenas

cautivando cándidos de profesión.

Magnetismo para atraer

las codicias inocentes,

con graduación cum laude

en atrapar esperanzas

sin la menor intención de confirmarse.

Fino estafador con la calidez

para consolarlas víctimas

del estremecimiento menor

y prepararlas desamparadas al asalto final.

Estafador de raza, de pura sangre.

Desde la cuna los timbres hogareños

sonaban en clave de inquietud recelosa,

con pasadizo trasero para la huida del padre,

también estafador.

Desde pequeño leyendo

el libro de las debilidades

y practicando el ilusionismo

de las metamorfosis convenientes.

Semejante potencial no se desperdiga

en asuntos profesionales solamente.

Actor insuperable en la comedia del amor,

ejercita su arte a título gratuito

en la sinuosa senda del corazón femenino.

Y ha dejado una estela amorosa

interminable,

cruzando distingos y edades

que a su paso le entregan

por casi nada,

todo ese amor inexplorado.

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