Cómo podéis ayudamos a continuar nuestra acción de solidaridad con hombres, mujeres y niños que se encuentran entre los más desheredados del mundo

Falta de recursos suficientes, la asociación «Acción para los hijos de los leprosos de Calcuta» que fundamos en 1982 no consigue, hoy, financiar todas nuestras acciones prioritarias y urgentes.

Si no encontramos rápidamente nuevos apoyos nos veremos obligados a cerrar centros, dispensarios y escuelas que están a cargo de equipos admirables dedicados al servicio de los más desheredados.

Por otra parte no deja de atormentamos una gran inquietud. ¿Qué sucedería si mañana fuésemos víctimas de un accidente, o si la enfermedad nos impidiese atender a las necesidades de los distintos centros que financiamos?

No hay más que una manera de conjurar este peligro: transformar nuestra asociación en una fundación.

El capital de esta fundación deberá poder retirar cada año una renta capaz de financiar los diversos proyectos de las siete organizaciones humanitarias que sostenemos. Para generar los dos millones de francos necesarios anualmente se precisa un capital inicial de cincuenta millones de francos como mínimo.[35]

¿Cómo reunir semejante capital, si no es gracias a multitud de aportaciones individuales?

Cincuenta millones quiere decir cinco mil veces diez mil francos. Para algunos, hacer un donativo de diez mil francos para una causa prioritaria es relativamente fácil. Otros pocos pueden incluso dar más.

Pero es una suma demasiado importante para la gran mayoría de los amigos que ya nos han ayudado espontáneamente después de haber leído La Ciudad de la Alegría o de haber escuchado una de mis conferencias, y que a menudo renuevan fielmente su ayuda generosa.

Sin embargo, diez mil francos son también dos veces cinco mil francos, o cuatro veces dos mil quinientos francos, o cinco veces dos mil francos, o incluso cien veces cien francos.

Una suma tal puede ser reunida por la iniciativa de una sola persona que se dirija a otras. Fotocopiando este mensaje, hablando de él entre sus conocidos, agrupándose con miembros de su familia, de amigos o de colegas, estableciendo una cadena de compasión y de participación, cada uno puede contribuir a mantener viva esta obra que aporta un poco de justicia y de amor a los más pobres entre los pobres. Uno solo nada puede, pero juntos se puede todo.

Los donativos más modestos cuentan tanto como los más importantes. ¿No es la suma de gotas de agua lo que forma los océanos?

P.S. Recordamos que la asociación «Acción para los hijos de los leprosos de Calcuta» no tiene gastos de administración. La totalidad de los donativos recibidos se envía a los centros que se benefician de ellos.