Sabes bien que las palabras mienten

 

 

¿Por qué ese mensaje?, ¿por qué un te quiero?, ¿por qué se marchaba? Pensando esto comencé a llorar desconsoladamente, lo que despertó Angy.

—Ey, ¿qué te pasa? —no pude responderle porque la congoja no me dejaba, le pasé el móvil, ella leyó el mensaje de su hermano y sin esperar un segundo cogió su móvil y lo llamó pero no le respondía.

—Angy, ¿es verdad que tu hermano me quiere? Pero si me quiere, ¿por qué me dejó?, ¿por qué no me lo dijo?, ¿por qué se ha marchado y a dónde?

—Mi niña, ahora solo hay una persona que puede ayudarte a responder todas esas preguntas y sabes que no soy yo.

Dicho esto me vestí con lo primero que pillé en el armario. Mientras bajaba las escaleras, me hice una coleta improvisada y salí de casa, mi cara era un poema, tenía los ojos hinchados de haber estado toda la noche llorando, pero no me importaba, daba gracias de que mis padres no se encontraran en casa. Por suerte aunque fuera fiesta, en la galería se estrenaba hoy la exposición de fotografía de una joven promesa, por lo que mi madre debía estar allí desde bien temprano y mi padre decidió acompañarla.

Llamé a la puerta de la casa de Chris y me abrió Matteo.

—¿Qué haces aquí a estas horas y con esas pintas? —ni el tono de burla de Matteo me alegró.

—¿Dónde está tu hermano, necesito hablar con él?

—Está en la piscina haciendo sus ejercicios, pasa.

Matteo me acompañó hasta donde estaba Chris.

—Os dejo solos.

Chris se sorprendió mucho al verme allí.

—Cariño, ¿qué te ha pasado?, ¿por qué tienes esas pintas?

Salió de la piscina para darme un beso pero giré mi cara para evitarlo.

—¿Qué pasa?, ¿por qué no quieres que te de un beso?

—¿Qué es lo que pasó ayer?

—Solo que ese tío, te tiró a la piscina.

—Solo eso, ¿no?, pues por las voces que distes, yo creo que pasó algo más. ¿A qué venía lo que le dijiste a Alex, eso de que ibas a contarle a todo el mundo quien era?

—Eso es una tontería Cloe, no le des más vueltas —intentó besarme de nuevo.

—¿Tú de qué vas Chris, te piensas que porque seas mi novio, tienes el derecho a tratar a mis amigos, como trataste ayer a Alex? —su cara cambió por completo. Se acercó a mí, me miró a los ojos y me agarró del brazo.

—Nunca vuelvas a hablarme de esta manera, ¿te queda claro? —pero quién era ese, ese no era el Chris dulce y tímido del que yo me había enamorado. Me estaba dando miedo y además, su agarre me hacía daño.

—¡Suéltala Chris! —sonó una voz a mi espalda.

—¿Qué haces tú aquí?, esta ya no es tu casa desde que te fuiste a vivir con esa…

—Ni te atrevas a insultarla.

Esto cada vez se ponía peor, la voz que nos había interrumpido era la de Bruno. Chris me había soltado, pero ahora estaba peleándose con su propio hermano.

—Ya que mi hermano no tiene el coraje de contarte la verdad, te lo voy a contar yo —esto lo dijo Bruno mirándome.

—No te atrevas Bruno.

—¿Qué es lo que está pasando aquí?, ahora no solo me gritas a mí sino que también le hablas mal a tu hermano ¿no? Sabes Chris, pensé que eras diferente, pero me equivoqué, no quiero volver a verte en mi vida —salí corriendo, lo único que quería era salir de aquella casa, pero un brazo me detuvo, mi cara estaba llena de lágrimas. Cuando me giré era Bruno el que sostenía.

Tengo que hablar contigo, vamos mejor a tu casa —yo asentí, y el que hasta entonces era mi cuñado, me acompañó a casa.

Entramos, mis padres no habían llegado aún, en la puerta encontré una nota de Angy diciéndome que se había marchado para ver si podía convencer a Alex de que no se fuera, pero que nos veríamos por la tarde.

Me senté en el sofá junto a Bruno y este comenzó a hablar.

—La verdad Cloe es, que Alex te quiere con locura, pero a Chris le gustaste desde el primer momento en que te vio pero en vez de luchar por ti, como un hombre, lo hizo como un cobarde, se enteró de un secreto de Alex, que lo perjudicaría de por vida si se descubriese, y lo amenazó. Le dijo que si no te abandonaba lo contaría todo. Él no quería ponerte en peligro, por lo que decidió alejarse de ti e intentarlo de nuevo con Carla.

—¿Pero cuál es ese secreto que ha hecho que Alex se aleje de mí?

—Eso no puedo contártelo yo, eso debe contártelo Alex.

Comencé a llorar de nuevo, estuvimos toda la tarde hablando. Angy llegó sobre las ocho, pero me dijo que cuando ella había llegado a su casa, Alex ya se había marchado, que solo se había llevado unas pocas cosas, pero que no había dejado ninguna dirección en la que poder localizarlo.

             

 

Pasó el tiempo, ya estábamos casi en verano y no sabía nada de Alex, en este tiempo me había dado cuenta de lo que realmente sentía por él. Chris había dejado de molestarme, quizás porque sabía que Alex estaba lejos y que no podía estar con él. Le había entregado parte de mi ser, ahora me arrepentía y de qué manera.

Yo había perdido peso, no salía más que para ir a la escuela, Angy venía todas las tardes para hacerme compañía. Matteo, me había dejado un poco de lado, porque había empezado a salir con Sebas, cosa que nos sorprendió a todos y mucho más a Angy.  Bruno se había mudado a Galicia, a un pequeño pueblo de Ourense con Eva, por lo visto a ella le había salido un trabajo allí, y como él no quería estar cerca de Chris se marchó con ella. Yo había dejado mi trabajo en la clínica de rehabilitación, no quería ver a Chris cada día y como sus padres, estaban enterados de lo sucedido, no me pusieron ningún problema.

Angy se había mudado en mi casa, habíamos hecho el papeleo necesario para que ella terminase viviendo con nosotros ya que su hermano se había marchado. Sus padres no pusieron problemas, a mi parecer Angy para ellos no era más que un estorbo. Cuando no estábamos juntas, me limitaba a escuchar música y a pensar en Alex.

Tenía que estudiar mucho para sacar el curso, ya que tras la marcha de Alex, mis notas se habían resentido un poco. Por suerte lo aprobé todo.

El día que nos daban las vacaciones de verano lo quería pasar con Angy para empezar nuestro verano de piscina. Cuando llegamos a mi casa mi madre estaba en la cocina.

—Hola mamá, ya estamos aquí —mi madre ya sabía nuestras notas, por lo que se limitó a mirarlas y a besarnos en la cabeza. Ambas habíamos estudiado mucho y habíamos sacado muy buenas notas, pero yo al contrario de estar exultante, solo quería relajarme y que los días pasaran para ver si de esta forma el dolor se hacía cada vez más pequeño.

—Por cierto Cloe, ahí en la mesa de la cocina, tienes un paquete que te ha llegado hoy.

Cogí el pequeño paquete, era de Bruno y traía una nota.

 

“Hola pequeñaja, aquí tengo un pequeño regalito por tus notas, que sé que serán maravillosas, tráete a Angy contigo.”

 

No sabía muy bien que era lo que significaba aquella nota. Cuando abrí el sobre vi, dos billetes de avión para Galicia. Seguía sin comprender nada. Ya sé, saco muy buenas notas, pero a veces me cuesta coger las cosas más sencillas

—Por tu cara veo, que no tienes ni idea de porqué Bruno te ha enviado esos billetes ¿no? —preguntó mi madre.

—Pues no.

—Hace unas semanas Bruno me llamó para ver cómo estabas y cómo ibas en el instituto, yo le dije que estabas estudiando mucho, que Angy se había venido a vivir con nosotros. Él me dijo que si no me importaba que pasarais el verano allí con ellos. Yo se lo comenté a tu padre y a los padres de Angy, y todos estuvimos de acuerdo en que os lo merecíais, por el gran esfuerzo. Así que chicas subir a preparar las maletas porque mañana por la mañana os vais de viaje. Si queréis, claro —mi madre sabía que no lo estaba pasando bien con la marcha de Alex y pensó que con ese viaje mi humor cambiaría, pero no tenía ni idea de lo que cambiaría mi vida aquel maravilloso verano.

Angy y yo empezamos a pegar saltos de alegría, nos íbamos de viaje juntas todo el verano. Me alegró mucho que Bruno y Eva se acordaran de nosotras. Nos íbamos al día siguiente, teníamos que preparar mil cosas, estaba súper nerviosa, sabía que nada sería comparado a pasar un verano junto a Alex, pero al menos así cambiaría de aires.

Lo que yo no sabía era lo importante que ese viaje iba a ser para mí.