Todo lo bueno se acaba

 

 

Toda mi vida era perfecta, me iba muy bien en el instituto, tenía un novio maravilloso. Angy y yo habíamos arreglado las cosas, a mi madre le iba genial en la galería. En fin, todo era perfecto. Yo sabía que algo tenía que salir mal, ya que todo lo bueno de esta vida se acaba, pero sinceramente pensé que se me rompería mi mejor par de zapatos o suspendería alguna asignatura… jamás imaginé que pudiera llevarme aquella desilusión.

Pasaron los meses, mi vida era un sueño junto a Chris, cada día se levantaba y aguantaba un poco más. Angy había dejado a Sebas, porque decía que tenía a otra, aunque yo sabía que no era verdad por mis conversaciones con Matteo. Sebas se le había confesado, decía que sentía algo por él pero que no estaba seguro de qué era realmente. Había salido con Angy porque le gustaba pero que no se sentía igual con ella como cuando estaba con Matteo. Sebas no le había contado la verdad a Angy por miedo a que confesara su secreto, dijo que algún día se lo diría cuando tuviese claro sus sentimientos.

Angy y yo habíamos vuelto a ser inseparables, ella estaba muy contenta por mí, porque decía que nunca me había visto tan feliz, y realmente me sentía como si estuviera viviendo un sueño, y eso era lo que no me gustaba porque todo bueno en esta vida no puede ser, y sinceramente me daba miedo descubrir que era lo malo que tenía que pasar para equilibrar la balanza.

Alex, solo hablaba conmigo lo justo, por Angy me había enterado que había roto definitivamente con Carla, que realmente no estaba enamorado de ella. La verdad es que una parte de mí se alegró al conocer la noticia.

Una tarde de domingo, mis padres me habían dejado sola en casa porque tenían una comida de empresa, yo había invitado a unos amigos para hacer una pequeña barbacoa y así pasar el día en la piscina. Aunque estábamos en primavera, ese día hacía mucho calor. En un momento de debilidad había invitado a Alex, cosa que no sabía cómo iba a sentarle a Chris, pero me supuse que no muy bien, pero ya era tarde para cancelar la invitación. Lo que no sabía es lo que iba a conocer de ambos al terminar el día.

Angy y Matteo habían ido antes para ayudarme a prepararlo todo, habíamos puesto una mesa en el centro del jardín bajo el toldo, para que todos tuviésemos sombra. Matteo, que tenía muy buena mano para la cocina, era el destinado a preparar la barbacoa. Llegaron los invitados y subí a cambiarme de ropa ya que me había manchado un poco y no quería que Chris me viese con esas pintas, por aquel entonces Chris andaba un poco con ayuda de un par de muletas, cosa que aprovechó ya que por el césped iba a ser muy complicado manejarse con la silla de ruedas. Él vino acompañado por Bruno y la novia de este, Eva. Todo estaba perfecto, me había puesto un short vaquero clarito, con una camiseta amarilla clara de tirantes, y por supuesto un bikini debajo, no sabía porqué pero presentía que iba a terminar en la piscina, así que les había advertido a las chicas que viniesen preparadas por si caían al agua.

Me acerqué a mi chico para darle un beso, pero fue un beso posesivo, frío, sin sentimiento. Me fijé tras separarme de él, que Chris estaba mirando a Alex. Chris lo miraba con una sonrisa sarcástica en los labios y su mirada era como si se sintiera superior. Sin embargo la mirada de Alex reflejaba todo lo contrario, reflejaba pena y resignación.

No le di mucha importancia, solo pensé que Chris estaba celoso de que hubiese invitado a Alex, pero una cosa tenía muy clara, no iba a dejar de invitar a Alex cada vez que quisiera por el simple hecho de que Chris se pusiese celoso, ya que no tenía ningún motivo, mi relación con Alex se había acabado por completo o eso quería pensar.

Pasamos un día maravilloso, comentando como nos iban los estudios, trabajos y rehabilitación. Matteo ya había hecho varios intentos de tirarme a la piscina pero yo había logrado evitarlo, pero me descuidé y en este caso fue Alex el que se acercó a mí con cara de bueno y sin poder evitarlo me empujó a la piscina, por suerte puede agarrarme a él, lo que hizo que cayese conmigo. Ambos reíamos cuando de repente, Chris se levantó de la silla y empezó a gritarnos, más bien era a Alex al que le gritaba.

—Se puede saber qué coño haces, aléjate de ella, ni la toques, o prefieres que todo el mundo se entere quien eres en realidad, que todo el mundo sepa que no eres aquel profesor de primaria al que adoran todo los padres, crees que si la gente se entera de lo que eres…

Chris no pudo terminar la frase, no sé cómo ni cuándo Alex, había salido de la piscina y había golpeado a Chris tirándolo al suelo. No sé si me sorprendió más que le pegara o que su hermano Bruno no hiciera nada por evitarlo. Después de esto Alex se marchó sin decir palabra.

—Te lo mereces —esa frase me dejó más helada aún si cabía. Bruno se había acercado a su hermano Chris, pensaba que iba a socorrerlo, pero simplemente se agachó y le dijo esto. Acto después Bruno se marchó con Eva.

Allí estábamos, Matteo, Angy y yo en la piscina, con cara de tontos, sin saber qué demonios había pasado.

—Matteo, ¿puedes ayudarme y acompañarme a casa?

Matteo salió de la piscina, se vistió, ayudó a su hermano a levantarse y se marcharon los dos. Mi amigo se despidió de nosotras con un lo siento y nos vemos, pero Chris no tuvo la decencia de decir ni siquiera adiós.

Angy y yo salimos de la piscina y nos pusimos a recogerlo todo, llevamos los platos sucios a la cocina, fregamos y lo recogimos sin que quedase ninguna evidencia de que habíamos hecho alguna barbacoa. Esa noche Angy se quedaría en mi casa, ya que al día siguiente era fiesta y la verdad no quería estar sola.

Cuando terminamos de cenar y nos pusimos los pijamas, bajamos al jardín, nos sentamos en un columpio que tenía y le pregunté a Angy:

—¿Qué es lo que ha pasado esta tarde? ¿Qué es lo que quería decir Chris con “o quieres que le cuente a todo el mundo quien eres”? ¿Por qué le ha pegado tu hermano a mi novio?

—Yo puedo contestarte a todas esas preguntas, pero creo que no soy la indicada para ello, creo que les debes preguntar a ellos para que te cuenten la verdad.

Yo no sabía porqué, pero imaginaba que Angy tenía razón. Al día siguiente iría a casa de Chris para pedirle explicaciones y también hablaría con Alex.

Nos acostamos las dos en mi cama. La verdad es que esa noche no dormí mucho y menos cuando recibí de madrugada un mensaje de Alex:

 

“Siento lo de esta tarde, me marcho, no me busques. Me alejo de ti para que seas feliz, te quiero y nunca he dejado de hacerlo.”

 

Al leer aquel mensaje las lágrimas inundaron mis ojos, presentía que había perdido al gran amor de mi vida, para siempre.