Aclarando las cosas
El domingo recibí una llamada de Alex, me dijo que no podría venir a mi casa, porque un hermano de su padre había llegado de visita con su mujer, así que pasé la mañana del domingo terminando mi tarea para el instituto y ayudando a mi madre en casa. Y ya por la tarde me di un baño en la piscina.
Al día siguiente empezaría mi trabajo en la clínica y estaba súper nerviosa. Mi madre trató durante todo el día que me relajase, pero no lo conseguía.
Por la noche antes de acostarme recibí un sms de Alex:
“Buenas noches princesa, siento no haber podido hablar contigo en todo el día pero es que mis tíos acaban de irse. No te llamo porque ya es muy tarde, te recojo mañana a la misma hora de siempre. Te quiero.”
Que lindo era, pero yo necesitaba escuchar su voz, pero ¿y si estaba acostado? No podía ser, acababa de mandarme el mensaje, así que lo llamé. Marqué su número y esperé respuesta, estaba a punto de colgar, cuando alguien cogió el teléfono.
—Cloe, soy Angy, mi hermano está en la ducha, ahora mismo sale.
—Vale Angy, gracias —oí como mi amiga avisaba a su hermano de que yo estaba al teléfono y fue cuestión de segundos cuando volví a escucharla.
—Ya está aquí.
Y a la vez dijimos las dos:
—Buenas noches cuñadita.
—Hola princesa, pensé que ya estabas dormida, por eso no te he llamado.
—Me estaba poniendo el pijama cuando he recibido tu sms.
—Yo acabo de salir de la ducha, me tienes en toalla, no me ha dado tiempo a vestirme.
Imaginármelo solo con la toalla me ponía malísima.
—Cloe sigues ahí.
—Sí, pero mejor no me des más detalles de cómo estás, ¿vale?
—¿Por qué?, ¿qué te pasa Cloe? —yo sentía su risita picarona que tanto me gustaba.
—Nada Alex. Buenas noches.
Yo estaba colorada como un tomate, estaba en mi cama con el pantalón del pijama y el sujetador, a pesar de estar sola en mi dormitorio sentí la necesidad de cubrirme. Tenía casi diecisiete años, era virgen, nunca me había sentido de aquella manera, pero con Alex todo era distinto. Cada vez necesitaba que estuviese más cerca de mí, que me besara más, que me acariciara, que…
—Cloe, deja de suspirar así, no sé en lo que estarás pensando pero como no pares voy a tener que ir a tu casa a hacerte el amor. ¿De acuerdo?
—Perdón… Alex yo… lo siento…
—Tranquila pequeña.
Tenía que decírselo, no quería que hubiera malos entendidos, además por teléfono mucho mejor, así no tendría que ver su cara.
—Alex… yo… nunca he estado… nunca he estado con ningún chico. Además eres el primer chico al que he besado.
Y se hizo el silencio. Yo no me atrevía a preguntar nada, prefería no saber lo que estaba pensando.
—Bueno Alex tengo que dejarte, nos vemos mañana.
Al poco tiempo de colgar con Alex, recibí un sms de Angy.
“Guapa, mañana mi hermano tiene que estar antes en el colegio porque tiene una reunión, va a dejarme antes en tu casa para que nos vayamos juntas más tarde a clase. Nos vemos mañana. Besitos.”
¿Era verdad la reunión o Alex no quería verme después de lo que le había dicho?