1946

 

 

Ante el mundo que no nos comprende hay que proclamar la voz de la Cruzada.

 

CARDENAL Pla y Deniel

 

 

 

El año 1946 planteó «el caso español» ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El delegado polaco, Lange, sostuvo que el régimen español era «un peligro para la paz», aduciendo que en nuestro país más de un centenar de científicos alemanes refugiados tras la derrota del Reich estaban fabricando bombas atómicas. La patraña no podía ser más flagrante. España, casi sin comida, sin materias primas y con unas restricciones eléctricas que paralizaban las industrias, no podía poner en peligro paz alguna. Una reacción popular hizo apiñarse en torno a Franco, revelándose contra la injerencia extranjera. El temor a que pudiera producirse la caída del Caudillo hizo exclamar a Foxá: «El día que se vaya Franco, ¡menuda patada le van a dar en nuestro culo!»

El debate sobre España se planteó el día 2 de octubre en la sesión plenaria de las Naciones Unidas, de la que salió la condena al régimen español y «la recomendación de retirar, las potencias miembros de la ONU, los embajadores acreditados en Madrid». La reacción fue la multitudinaria manifestación de adhesión a Franco del día 8 de diciembre, en Madrid y otras ciudades de España.

 

A vueltas con el surrealista racionamiento

 

Al cabo de seis años, sometidos a un insuficiente racionamiento, el problema de la alimentación se había hecho gravísimo. En gran número de semanas, el aporte de los abastecimientos oficiales era imposible que sirviera de sustento, dado que las entregas podían componerse de aceite, bacalao y jabón; aceite, chocolate y azúcar; pasta para sopa, azúcar y un huevo; garbanzos, tocino y carne de membrillo... Un excepcional cronista de la época, Néstor Luján, analizaba el problema en un artículo publicado en Destino, titulado: «Si no existiera el estraperlo.» Escribía Luján: «En las dos últimas semanas, la Comisaría de Abastecimientos ha repartido lo siguiente: en la semana penúltima repartió un racionamiento compuesto de: aceite refinado, ignoramos de qué producto y, desde entonces, nuestra imaginación está intentando representarse cómo debe ser el aceite en bruto, a razón de un octavo de litro por persona; café, a razón de cincuenta gramos, y alubias, éstas de excelente calidad, a razón de doscientos gramos. La última semana nos vimos favorecidos por azúcar blanco, bacalao, pasta para sopa y manteca vegetal. Ahora bien, considerando los precios de la carne, de los huevos, de la leche y demás comestibles, inasequibles a la mayoría de los bolsillos modestos, desearíamos que estos racionamientos fueran acompañados de un folletito explicativo de qué platos pueden cocinarse con bacalao, pasta para sopa y azúcar blanco, que es lo que pueden comprar las clases humildes, o bien qué menús pueden construirse, en una larga semana, con aceite, café y alubias...» El cronista finalizaba sentenciando que, «de no existir el estraperlo, nos veríamos obligados a comer bazofias como café con alubias y bacalao con azúcar».

 

Ardides de los estraperlistas en el reino de la picaresca

 

La alusión al estraperlo, hecha en el artículo de Luján, nos lleva a observar de qué modo el ingenio de los estraperlistas permitía la circulación de unos artículos de primera necesidad, sin cuya adquisición el país hubiera perecido de hambre. Un reportaje, aparecido en la revista Semana, nos descubre las estratagemas usadas por los traficantes, a los que debíamos nuestra supervivencia. El texto era el siguiente: «Los estraperlistas aprovechan los descuidos de los servidores de las máquinas de los trenes, y esconden sacos de treinta, cuarenta o cincuenta kilos de género en la parte trasera del ténder; en las máquinas eléctricas los ocultan en el "capot", con grave riesgo de quedar electrocutados. En una ocasión, un tren rendía viaje en una estación de Madrid, y alguien advirtió que las briquetas de carbón para alimentar la máquina, en vez de disminuir por el consumo del trayecto, habían aumentado. Entonces se vio que buena parte de las briquetas eran cajitas de cartón pintadas de negro, llenas de judías... En el correo-expreso descendente de Santander, al observar un agente cómo una viajera, que llevaba un niño pequeño tapado con un mantón, daba muestras de inquietud, procedió a la inspección del equipaje infructuosamente. Como continuara el malestar de la señora, en contraste con la tranquilidad del niño, que en todo el viaje no había hecho el menor ruido, el agente descubrió que el presunto niño no era más que una gran vejiga llena de aceite. El truco de la embarazada ha hecho entrar en sospechas a más de un agente quien, con todos los respetos debidos al sexo, ha conseguido descubrir que el falso embarazo ocultaba grandes tiras de longaniza enrolladas... Los simuladores de joroba, se ha descubierto que esconden en la chepa saquitos de arroz o de judías... Otras falsas embarazadas están grávidas de cantimploras llenas de aceite, citándose éstos como los casos más ingeniosos usados por la muchedumbre dedicada al pequeño tráfico de mercancías intervenidas. Pero los ardides no se agotan con los trucos descritos. Los instrumentos musicales han resultado utilísimos a los estraperlistas. De noche y con poca luz en el vagón, una bandurria puede pasar, en su caja de resonancia, un par de kilos de lentejas, y como en estos grupos musicales que animan las fiestas locales van laúdes, bandurrias y guitarras, pues la cosa puede resultar provechosa. Y no hablemos de las judías que caben en el interior de un contrabajo... También se utilizan el chaleco-bidón, las novelas huecas...»

Los riesgos de una incautación eran muchos, sobre todo al llegar a las estaciones, como lo muestra esta noticia: «Madrid. La guardia civil de servicio en la estación de Atocha llevó a cabo una inspección en el Correo de Andalucía, procediendo a la incautación de los siguientes géneros: 20 litros de aceite, 50 kilos de arroz, 100 kilos de azúcar, 200 kilos de harina y un quintal de salvado. Todos estos géneros se hallaban en poder de viajeros procedentes de Andalucía, quienes habían escondido la mercancía utilizando ardides como vasijas de doble fondo, cuadros iluminados de la Virgen y falsas garrafas de vino. A un viajero se le ocuparon 10 kilos de longanizas que llevaba colgadas en el exterior del vagón, ocultándolas al llegar a las estaciones.»

 

Sin gasolina: vuelven los coches de caballos, como en 1900

 

«Los coches de caballos han vuelto a verse con cierta profusión estos días por las calles de Madrid, en ocasión de la reducción de los cupos de gasolina. Landós tirados por magníficos ejemplares, asistidos por cocheros y lacayos, que recordaban los buenos tiempos de los carruajes de principios de siglo, han sido puestos en servicio por numerosos vecinos. También han aparecido simones, tirados por jacos famélicos que más parecen caballos de pica para los ruedos, que se presentan como sucedáneos de unos taxis escasísimos. Tilburys, charrets, calesas y tartanas son conducidos por sus propios dueños, que así resuelven el problema del transporte. También en algún centro militar se ha restablecido el tiro caballar.» (Agencia Cifra.)

 

Un gran invento español: el Talgo

 

El nuevo modelo de tren Talgo (Tren Articulado Ligero Goicoechea-Oriol) ha realizado el recorrido entre Madrid y Ávila alcanzando una velocidad de 125 kilómetros por hora, pese a las numerosas curvas del trayecto y al deficiente estado de la vía.

 

Normas de censura para el género teatral de revistas frívolas

 

«Madrid. La alarmante frecuencia con que los empresarios y artistas del género teatral de revistas intentan montar sus obras sin el requisito previo de la censura, exige la publicación de una nota que haga recordar, a todos los elementos interesados, las obligaciones que les afectan sobre el particular. A partir de su publicación será ineficaz toda advertencia que los empresarios y directores de este género de espectáculos hagan, sobre los perjuicios económicos, alegando ignorancia de las normas que rigen en la censura de revistas, operetas y comedias musicales, sistema este que viene empleándose con inusitada frecuencia.

»Son requisitos imprescindibles, para la censura de una obra del género mencionado, los siguientes:

«Primero. Presentación por duplicado del libreto de la obra.

«Segundo. Presentación por duplicado de los figurines de la misma, en un tamaño no inferior a 18 por 22 centímetros y, precisamente, en los colores de las telas en que hayan de confeccionarse.

«Tercero. Diseño, por duplicado, de los decorados de la obra.

«Cuarto. Relación de los artistas, de ambos sexos, que hayan de intervenir en la representación.

«Quinto. Hoja de ruta de las localidades donde vaya a representarse la obra, quedando prohibida la representación en villas de menos de 40.000 habitantes.

«Presentados tales documentos, la Sección de Cinematografía y Teatro de la Vicesecretaría de Educación Popular contará con un plazo mínimo de quince días para ejercer la censura previa de las obras proyectadas.

«Autorizada en su totalidad o con las correcciones que se establezcan, la representación de la misma será sometida, previamente, al visado del ensayo general dos días antes del estreno.» (Agencia Cifra.)

 

Generoso gesto del Caudillo de ayuda a los pobres en apuros

 

«En febrero de 1946, el conde de Marsal, presidente del Patronato Nacional de Presos y Penados, hizo público un donativo de S. E. el Jefe del Estado que, en cuanto a materia penitenciaria, no tiene precedentes en ningún país. Para dar cumplimiento al deseo del Caudillo, el Patronato, por medio de unos impresos que repartió por toda España, ha venido en conocimiento de la necesidad o, mejor aún, del agobio que pesaba sobre cada familia. Así, en cada caso, en cada familia, se ha aliviado aquel apuro, que por ser el más sentido, ha motivado la petición.

«Se han recibido en el Patronato más de 60.000 peticiones de otras tantas familias, procedentes de 2.000 localidades, con las demandas más variopintas que se puede imaginar.

»Por encargo del Jefe del Estado, el Patronato entregará unas 100.000 prendas de abrigo; abonará por recibos de alquileres atrasados cerca de 1.000.000 de pesetas; se devolverán prendas y enseres por valor de 500.000 pesetas; liquidará en tiendas de comestibles por cuenta de estas familias otro 1.000.000 de pesetas; adquirirá herramientas y útiles de trabajo para todos los que los hayan pedido y posean el oficio correspondiente, y ello representará algo más de 1.000.000 de pesetas, y por último, lo necesario para el pago de gafas, aparatos ortopédicos y para la asistencia médica solicitada rebasará las 700.000 pesetas. El Patronato Nacional tiene el criterio de no entregar cantidad alguna en metálico; por ello, después de comprobar la necesidad, efectúa la compra de lo preciso y lo entrega, en propia mano, al beneficiario.

«Precisa dar cuenta de estos hechos —añadió el conde de Marsal— porque su realización es la misma verdad de España, hoy tan ignorada con ignorancia culpable; así como es preciso decir también que todo ha sido y es posible gracias a la iniciativa de Su Excelencia el Jefe del Estado, y a la confianza plena con que el ministro de Justicia distingue al Patronato, y a la cooperación que le prestan todos los organismos del Estado. Esta gigantesca labor es tan sólo otro exponente de la maravillosa política penitenciaria llevada a cabo por el Ministerio de Justicia.

«También es preciso destacar que esta vasta labor de asistencia se lleva a cabo tan sólo con donativos, los cuales se reciben sin publicidad, pues por su índole y por las necesidades que remedian, se huye de la propaganda que mermaría el mérito de su espontaneidad. Es así, en el anónimo, como las aportaciones de entidades y particulares llegan a Su Excelencia el Jefe del Estado, y por ello el mínimo necesario que precisa de 8.000.000 de pesetas llegará, está llegando ya, seguros como estábamos de que la generosidad del Jefe del Estado tendría muchos seguidores.» (La Vanguardia.)

 

Gran red de falsificadores descubierta. Y van...

 

«Madrid. Funcionarios de la Brigada de Investigación Criminal han descubierto una red de falsificadores, con ramificaciones en toda España, de tíquets de gasolina, vales para aceite y lubricantes, tarjetas de fumador, hojas de los cupones de abastecimiento y otros efectos. La organización estaba compuesta por siete individuos, los cuales, por medio de enlaces, daban salida a los documentos falsificados.

»Estos sujetos disponían de dos imprentas clandestinas, una en Madrid y la otra en Murcia, y de dos laboratorios-talleres de fotograbado, siendo los delincuentes sorprendidos en pleno trabajo en la calle de Jaime el Conquistador, donde se procedió a la incautación de una máquina impresora, sellos de metal de la Compañía Arrendataria de Tabacos, de CAMPSA y de la Comisaría General de Abastecimientos y Transportes. Han sido detenidos José Escobar (a) el Pepe, jefe de la banda, comisionista; Mariano Rodrigues (a) el Fotograbador, fotógrafo y delineante; Carlos Andueza (a) el Cojo, impresor; Jesús Chamorro, vendedor ambulante; Felipe Cardeñosa, y Gumersindo Díaz (a) el Cura, chófer. Otros individuos, en número de ocho, han vendido unos 40.000 cupones de tarjetas de fumador.

«Según propia confesión de los detenidos, han falsificado 50.000 tarjetas de fumador, tíquets de gasolina por valor de varios millones de litros, 20.000 cupones de aceite de las cartillas de abastecimientos. (Arriba.)

 

El régimen cierra filas y aprieta cinturones

 

Ante la campaña internacional que quería presentar al régimen español como un peligro para la paz, Franco, en la sesión plenaria de las Cortes celebrada en el mes de mayo de 1946, hizo estas consideraciones sobre su régimen: «... Intentan presentarnos al mundo como nazifascistas y antidemócratas. Si un día pudo no importarnos la confusión por el prestigio de que gozaban las naciones de esta clase de régimen ante el mundo, hoy, cuando se han arrojado sobre los vencidos tantos baldones de ignominia y de crueldad, es de justicia destacar las muy distintas características de nuestro Estado...»

Decretada la condena del régimen español y la recomendación de la retirada de embajadores en la reunión de las Naciones Unidas del 2 de octubre, la reacción tuvo dos consignas precisas: «La ONU contra el 18 de julio» y «España contra la conjura internacional», ambas aglutinadas en el plebiscito contra la injerencia extranjera.

Una enorme muchedumbre se congregó en Madrid, enarbolando un bosque de pancartas que ponían la nota castiza y retrechera, como reacción ante el forastero entrometido. He aquí algunas de las más ingeniosas: «Hacemos lo que nos da la real gana», «Franco, con pan o sin pan, a tus órdenes», «Aquí no somos ni rojos ni blancos. Todos españoles», «Pepe Botella. Pepe Giral. Pepe Stalin. Nosotros preferimos el tío Pepe», «Los de Móstoles. ¡Aquí estamos!», «Para los Thorez, ¡Manolete!», «Hoz y Martillo, 1; España, 2», «Si ellos tienen UNO, nosotros tenemos DOS», «Somos descendientes de Agustina de Aragón», «Sólo los cobardes y los traidores se apartan de su deber», «En España manda Franco porque nos da la real gana».

Otros carteles pintaban horcas de donde colgaban Giral, Stalin y otros personajes indeseables.

La jornada quedó como un hito en la historia de la España de Franco. Según un comentarista, «los ecos del Bruch, de Bailén y de Arapiles sonaron en un día memorable en el que la bandera de la libertad ondeaba en toda España». En Barcelona, Valencia, Sevilla y otras capitales se registraron iguales manifestaciones de adhesión.

Ante el clamor de los gritos de ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco!, el Caudillo hizo su aparición en el balcón del palacio de Oriente, desde donde hizo uso de la palabra, terminando su arenga de este modo: «Y volvemos en la Historia a polarizar la atención del mundo. Millones de cartas de españoles, esparcidos por el Universo, lo acusan con frecuencia. Por vosotros y por vuestros sacrificios se sienten de nuevo "hijos de algo". Prueba de nuestro resurgimiento es llevar el mundo colgado de los pies. Señal inequívoca de que en España empieza a amanecer...»

 

Sentencias del Tribunal de Represión de la Masonería

 

De tiempo en tiempo aparecían en la prensa las sentencias contra los masones que se habían significado, ostentando importantes cargos públicos durante la República. Véase una de ellas: «Se condena a Diego Martínez Barrios, alias Vergniaud, venerable maestro, soberano, inspector, comendador, gran maestro nacional, a la pena de 30 años de reclusión mayor con inhabilitación absoluta; a Luis Jiménez de Asúa, alias Carrara, maestro masón de la logia "Dantón", a la pena de 20 años de reclusión mayor con inha-bilitación absoluta; a Augusto Barcia Tréllez, alias Lassalle, gran maestro, a la pena de 20 años de reclusión mayor con inhabilitación absoluta; a Santiago Casares Quiroga, alias Saint Just, maestro masón de la logia "Sueba", a 20 años de reclusión mayor con inhabilitación absoluta...» (Agencia Cifra.)

 

El brazo en alto de san Francisco Javier y el humor de Foxá

 

Algún tiempo después de terminada la segunda guerra mundial con la derrota de los países totalitarios, con toda su parafernalia de uniformes y brazos en alto, como inconfundible saludo, prodújose la iniciativa de unos cofrades filipinos de viajar a Europa en peregrinación, portadores de una reliquia de san Francisco Javier, evangelizador de las islas, consistente en un brazo incorrupto del santo. Cuando aparecieron por España, Agustín de Foxá acertó a definir lo abnegado del gesto de esta forma: «Son dignos de toda nuestra admiración. ¡Hay que ver lo que representa venir desde Filipinas, en estos tiempos, con el brazo en alto!»

 

Cumplimiento de sentencia contra atracadores, entre ellos Cristino García

 

«Madrid. En el día de ayer fue cumplida la sentencia de pena capital contra los autores de varios robos a mano armada, atentados terroristas y agresión a la fuerza pública. Entre estos crímenes se destacan los siguientes:

»La muerte alevosa del dueño de un bar de Canillejas... La agresión, en el pueblo de Peguerinos, a la Guardia Civil, ocasionando la muerte del sargento don Ildefonso Navas, y heridas a dos guardias; nueva agresión a la Guardia Civil, de la que resultaron dos guardias muertos, cayendo también en la lucha cinco malhechores. Atraco a las oficinas de Ferrocarriles del Paseo Imperial, en las que robaron 21.000 pesetas; otro atraco, con armas, a la sucursal del Banco Central en el Paseo de las Delicias, del que se llevaron 142.000 pesetas; eliminación (empleando su terminología) o asesinato de los comunistas Gabriel León Trillas, conocido por Julio Torres Alarcón, y Alberto Pérez de Ayala, dando muerte al primero de una puñalada y al segundo a tiros, por considerarlos traidores a su causa.

«Dirigentes y organizadores de estos actos vandálicos eran Cristino García Granda, de 32 años, natural de Ferrero (Asturias), marinero fogonero, y Manuel Castro Rodríguez, de 30 años, vaciador, natural de Castrocaldelas (Orense). Ambos, huidos a Francia, permanecieron allí hasta el mes de abril de 1945, en que pasaron clandestinamente la frontera con otros grupos armados.

»La diligencia de la policía al detenerlos evitó que se llevasen a cabo otros atentados. Los secuaces colaboradores materiales de estos crímenes han sido también condenados a la última pena, si bien, para los menos perversos, S. E. el Jefe del Estado ha hecho uso de la prerrogativa de gracia. Los indultos son siete.» (Agencia Logos.)