Nota del autor
En octubre de 2012, la Operación Emperador sacó a la luz varias piezas desordenadas de un puzzle mucho más amplio, el de la vida y negocios de la comunidad china. Este libro no se centra en dichas piezas, sino que trata de explicar el puzzle en toda su complejidad, aunque en el camino aparezcan retratados los escenarios y protagonistas de lo que la policía describió como «la mayor operación contra la delincuencia económica lanzada nunca en España». Desde el «club social» con chicas ligeras de ropa donde se reunían algunos imputados hasta el despacho del único político español arrestado, pasando por los puertos por los que entraba la mercancía, el polígono industrial desde el que se distribuía o el pueblo natal del presunto líder de la trama, Gao Ping… Acudí a estos lugares entre febrero de 2011 y septiembre de 2012 intentando entender, entre otras cosas, el enriquecimiento de algunos empresarios chinos. Tras el empacho mediático, espero que mi trabajo ayude a contextualizar y explicar cuáles son las dimensiones de un fenómeno que se ha contado con grandes dosis de desconocimiento y sensacionalismo, como casi todo lo relacionado con la comunidad china.
Todas las personas mencionadas en el libro son reales y los diálogos reproducciones de entrevistas o conversaciones que mantuvieron conmigo o con alguno de mis colaboradores. Muchas veces los coloquios transcurrieron en mandarín o en dialectos como el qingtianés y fueron traducidos por profesionales o nativos bilingües. En otras ocasiones hablamos en español, idioma que muchos inmigrantes chinos manejan con dificultad. Por una cuestión de estilo, para no confundir al lector y evitar que se perdiera el valor de los testimonios, varias frases han sido pulidas o corregidas del original, evitando sobre todo errores de gramática y sintaxis.
Un número significativo de las personas que ofrecieron su testimonio o su opinión durante la fase documental de este libro, tanto chinos como españoles, lo hicieron bajo condición de anonimato o escogiendo seudónimos. Respetando su deseo, solo cito los nombres y apellidos reales de quienes no plantearon ninguna de estas condiciones antes de empezar a hablar.
Los chinos, conscientes de la dificultad que implica para un occidental memorizar los sonidos de su lengua, suelen adoptar un nombre local cuando se instalan en otro país o aprenden otro idioma. Al citar a los protagonistas del libro, he optado por respetar la forma en la que ellos se presenten en público. Por este motivo algunas personas aparecen con un nombre español mientras que otras son mencionadas con su nombre chino.
En el libro se utilizan tanto yuanes (moneda china) como euros para hablar de dinero. El motivo radica en que el cambio yuan/euro ha sufrido importantes altibajos en los últimos años y me resultó imposible establecer una correlación estable. El 29 de octubre de 2012, cuando se entregó el borrador definitivo a la editorial, un euro se cambiaba a 8,0651 yuanes en el mercado de divisas. En los casos en que, con el fin de facilitar la comprensión de los hechos descritos, se detalla el valor en ambas monedas, el tipo de cambio utilizado se ajusta al vigente en el momento de la entrevista.