Agradecimientos

La investigación se habría resentido mucho sin la ayuda de dos enormes periodistas que se implicaron a fondo en diferentes fases del proyecto. El primero, Javier de Vega, participó desinteresadamente durante semanas en el trabajo de campo. Contribuyó con sus acertadas preguntas e inteligentes observaciones, ayudándome a ver todo en perspectiva y brindándome apoyo emocional. La segunda, Kang Kang, obtuvo desde Pekín toneladas de información y varias pistas clave. Les estaré eternamente agradecido a ambos.

Además de ellos, decenas de personas colaboraron para documentar el libro. No sería justo olvidar la aportación de Yan Yan y Ana Villarino en Madrid, Toledo y Guadalajara; Pam y Xiao Ming en Qingtian (China); Chay en Manila (Filipinas); Manolo y Prudenci en Barcelona y alrededores; Javier y Lucía en Alicante; Carlos en Elche; el señor Gao en Yiwu (China) y Tako en Fuenlabrada.

Por sus gestiones, contactos, correcciones, consejos y comentarios, merecen una mención especial Daniel Méndez, Marcos Miján, Xiao Zheng, Mario Saavedra, Gladys Nieto, Ana Fuentes, Jesús Tébar, Alfredo Semprún, Miguel Aguilar, David Jiménez, Marga Zambrano, José Antonio Alonso, Manuel Calderón, Ángel Villarino Vivas, Estrella Pérez, Juan Pablo Cardenal, Heriberto Aráujo, Antonio Pérez-Henares, Antonio García-Abásolo, Juan José Montijano, Ana Pérez, Marta Mesonero, Alejandro Molins, Ivana Mezulic, Sergi Vicente, Ángel Fang, Yolanda Martínez, Rosana Peiró, Rita Álvarez-Tudela, Adrián Murga, Daniel Iriarte, Jesús Prieto, Daniel Luna, Íñigo Domínguez, Íñigo Moré, Nando Zanoguera, Gaspar Canela y Alberto Lebrón.

Finalmente, tengo que dar las gracias a las cerca de trescientas personas, al menos dos tercios de nacionalidad china, que tuvieron la amabilidad de concederme horas y horas de su valioso tiempo para responder todo tipo de preguntas, a menudo incómodas.