Tras los rigores del sol, la mordedura del frío. En la batalla de Teruel se combatió a 20 grados bajo cero. Tropas republicanas combaten dentro de la ciudad el día de Nochebuena de 1937.
Un combatiente de las Brigadas Internacionales.
Indalecio Prieto (tercero por la derecha) y otros dirigentes republicanos se informan de la situación en el frente.
El general Varela (con pasamontañas) y su estado mayor tras la toma de Teruel.
Campesinos de Teruel huyen con todo lo que han podido cargar.
La aviación desempeñó un papel determinante en la guerra civil: un piloto ruso junto a su Chato.
La nueva «arma secreta» de la Legión Cóndor: un Junker 87 «Stuka».
El 15 de abril de 1938, los nacionales cortaron la zona republicana en dos. Ya están en la playa de Vinaròs.
Tropas regulares se dirigen a Castellón el 15 de junio de 1938.
El último, crucial pero inútil, gran esfuerzo bélico de la República, fue la terrible batalla del Ebro que duro desde el 25 de julio hasta el 16 de noviembre de 1938: aviones nacionales bombardean los puentes sobre el Ebro.
El miedo se refleja en el rostro de este combatiente republicano.
El general Franco y su ayudante, el general Dávila, en su observatorio del Coll del Moro, durante la batalla del Ebro.
Los certeros cañones antiaéreos de 88 mm de la Legión Cóndor.
En octubre de 1938, un acuerdo internacional selló la retirada de voluntarios extranjeros de España: el doctor Juan Negrín y el general Vicente Rojo (a su derecha), presiden el acto de homenaje a las BI en Poblet (Tarragona), el 25 de octubre.
Un veterano de las BI se despide de su compañero, más joven.
La ofensiva de Cataluña significó, prácticamente, el final de la guerra. Tropas del Cuerpo de Ejército de Urgel descansan en Vilanova de Meià, antes de proseguir su marcha hacia Tremp.
Barcelona, muy dañada por los bombardeos y abandonada por gran parte de sus habitantes, recibió, casi en silencio, a las tropas nacionales en su entrada triunfal.