Agradecimientos

Primero quisiera dar las gracias a los sospechosos habituales —nuestras fantásticas familias—, por su amor y sus palabras de aliento. También me gustaría agradecer a nuestros maravillosos amigos de la iglesia y escuela luterana de Wetchester su entusiasmo y apoyo, en especial al pastor y a su esposa, a Fred y Sandra Master, a mis hermosas hermanas del Rebekah Circle, a mis colegas del PSO, y al culto profesorado (¿quién se dará por aludido?). Gracias también a Judith Meyer, y a las demás aficionadas a Molly, de la iglesia luterana Príncipe de la Paz. Mi gratitud y afecto a Doug Clegg por creer en mí desde el jardín de infancia hasta hoy, y por darme consejos a lo largo del camino. Mis agradecimientos y abrazos para Joel y Mary Barkow por su amistad, sus consejos legales y artísticos, y sus estupendas pizzas. Una copa especial de mi coctelera para Ann y John Abraham, Heidi Amundson y Rick Pearson, Sherry y Bill Portier, Diane y Chris Maeder, Allison y Bart Montgomery, y Cindy y Tony Widmer.

Asimismo, quiero mostrar mi agradecimiento a nuestros vendedores favoritos de libros, el gran grupo de The Mistery Bookstore en Westwood, California, y a la magnífica gente de Pulp Fiction en Brisbane, Australia. Y como siempre, nuestro agradecimiento a nuestro maravilloso editor, Kelley Ragland, a su asistente, Ryan Quinn, y a toda la gente estupenda de St. Martin's Press; y a nuestro fantástico agente, Andy Zack.