19

No te oigo bien, mamá, estoy en la sierra y apenas hay cobertura... Sí, en la sierra, he cogido el coche con un amigo y... ¿Gay? No, mamá, por supuesto que no es gay, tienes unas cosas que... Sí, hablé con Luisa y está bien... Entonces, si ya has hablado tú con ella, ¿para qué me lo preguntas?... No, no me pongo borde, pero... Sí, supongo que iré a verla, o mejor quedaré en algún sitio, ya miraré... No tenía intención de hacerles una visita de cortesía a mis cuñadas... Oye, te oigo bastante mal... ¿Vamos a discutir por lo mismo? Además, no me han invitado... ¿Que Montse te ha dicho que sí? Pero tú, ¿desde cuándo hablas con esa chusma?... Lo que oyes, chusma, joder, mamá, ya sabes lo que... Está bien, perdona, tampoco será para que te desesperes por un taco... Deja a mi padre en paz, él no los soltaba delante de ti, pero no era ninguna monja... ¿Mamá? ¿Estás llorando? No me vengas con esas, mamá, sabes de sobra que no soporto esos numeritos... Precisamente tú... Sí, ya sé que soy un descastado, qué me vas a contar... pero mira, ahora me voy a la sierra con un amigo gay y a lo mejor apaño otro tipo de casta. Con la jodienda nunca se sabe... Que modere su lenguaje la Biblia y yo moderaré el mío... Es una cita de Chesterton, un tipo religioso, como tú... ¿Que no me oyes? Mejor. Voy a colgar, mamá, vamos a entrar en un túnel. ¿Hasta cuándo me quedo? Pues... ¿Me oyes? ¿No? Es igual. Adiós, mamá. Me quedaré hasta que me salga de los cojones.

Iván, que acaba de salir del túnel, me mira con cara de asombro.