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—Sí, mamá, hemos llegado esta tarde... Pues bien, hace bastante bueno... ¿Gota fría? No sé nada de eso... Ayer lo pasamos entero allí y fuimos al teatro... Sí, hacía bastante calor... ¿Cómo voy a dejar que Luisa se deshidrate? Joder es que... Perdona... Ya estamos alojados y todo, sin problemas... ¿El hotel? Ya sabes, mucha gente, habitaciones pequeñas, pero mirando al mar... ¿Cucarachas? ¿Qué dices? Sí, ya sé que con el calor; pero no, no hay cucarachas... No, no he llamado a nadie... Sí, supongo que nos invitarán a verlos... No sé, yo no pienso llamarlas... Porque no... Ya sé que siempre te llevaste bien con su familia, pero yo no... El bicho raro no va a aceptar su hospitalidad y punto... Déjalo... ¿Tú, qué tal?... Aha... ¿No pensabas ir a un establecimiento termal de Galicia?... Hace años ibas siempre... Claro que hablan gallego, qué van a hablar... Está bien, sólo era una pregunta... De momento, descansar del viaje y los próximos días playa, ya sabes... Sí, le he traído la protección... ¿El bikini que le regalaste? Imagino que sí... Ya es mayorcita, mamá... Hago lo que puedo. ¿Por qué me tratas como si fuera idiota?... No, no estoy enfadado, pero es que, joder... Perdona, perdona... Escucha, estamos bien y estos días, ya verás, nos van a venir bien a los dos... A ti y a mí no, a Luisa y a mí... No he querido decir eso... No hablo con segundas, eres tú la que me malinterpretas... Sí, yo también tengo las cosas claras... Sí, te lo digo, aunque no me creas... Mamá, tengo que colgar... Es que ni siquiera he deshecho las maletas... Tienen servicio de plancha... ¿Un dispendio? Estoy de vacaciones, me lo puedo permitir... Seguro... ¿A qué viene eso? No le debo dinero a Al Capone, sólo son unas letras... ¡Ya sé que se habla de una crisis bestial! Mira, vamos a dejarlo... El viernes te vuelvo a llamar... Mándale un sms... Un mensaje... Por Dios, mamá, pues que lo haga Sonia... Está bien, le diré algo... Adiós... ¿Cómo?
Que tenga cuidado con las cucarachas.