«Eulogio Marcelino Camacho Abad, mayor de edad, de pésima conducta social, con numerosos antecedentes policiacos, uno de los dirigentes máximos, organizador y promotor de las Comisiones Obreras…».
Así se refería el fiscal del Sumario 1001 a uno de los más destacados combatientes por la libertad sindical y la democracia en España durante los años del franquismo.
Natural de Osma-La Rasa, provincia de Soria, hijo de ferroviario y curtido desde sus primeros años en la lucha por los derechos de los trabajadores, Marcelino Camacho es un ejemplo vivo de esa clase de hombres que ha protagonizado las más brillantes páginas de la historia del movimiento obrero en nuestro país.
Siempre en constante actividad, el septuagenario presidente de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras disfruta hoy de una más intensa vida familiar junto a Josefina, su inseparable y fiel compañera en tantas batallas, sus hijos Yenia y Marcel y sus cuatro nietos.