Superbe! —exclama Champignon.

Después de ese partido tan divertido, los Cebolletas se zambullen en el agua para refrescarse y quitarse la arena de encima. Cuando Fidu vuelve a su toalla, se encuentra con una sorpresa: una hojita de papel.

—Pasquino ha atacado de nuevo… —anuncia el portero.

Los compañeros se reúnen a su alrededor. Fidu lee en voz alta:

—«Benja parece Maradona y mete goles de rabona. Fidu, si tienes los ojos rojos, ¡prueba a ponerte anteojos!».

Los Cebolletas sueltan una carcajada.

El portero mira a su alrededor y comenta:

—No hay duda: Pasquino es uno de nosotros y está aquí, en la playa. Me encantaría pillar a ese gracioso…

Tras volver al hotel después del espléndido día en la playa, Tino se encuentra también una sorpresa: Ubaldo se levanta de un sillón del vestíbulo y se acerca a él.

—¡Hola, Tino! —exclama el periodista de las gafitas—. Pasaba por aquí y se me ha ocurrido acercarme a saludarte. A lo mejor te has acordado de algo especial sobre Totti…

Tino habla a Ubaldo de su pasión por el periodismo y aclara que, en realidad, Francesco le ha confesado algo importante, pero que ha prometido no revelarlo.

—Entiendo —comenta Ubaldo—, pero es una auténtica lástima. Te habría podido dejar que escribieras el artículo, y al final del texto aparecería tu firma.

El pequeño periodista pone los ojos como platos.

—¿Un artículo de verdad en un periódico de verdad firmado por mí?

—Claro —confirma Ubaldo—. Yo podría contar cómo fue vuestro encuentro y tú reproducir la entrevista a Totti. Te la corregiría y adaptaría un poco, pero al final del artículo solo saldría tu firma.

Tino se queda sin palabras, con la cabeza hecha un lío por el montón de ideas que le bullen dentro.

—Bueno, si cambias de opinión, llámame —concluye Ubaldo—. Ya tienes mi número de teléfono. Me tengo que ir corriendo al periódico. ¡Hasta la vista!

Tino se mete en el ascensor, se mira en el espejo y sonríe.

—¡Mi primer artículo en un periódico de verdad! ¡Una entrevista exclusiva al gran Totti!

Está seguro de que la imagen del espejo le está diciendo: «Sí, Tino, tienes que escribir ese artículo».