[9] Las huellas de Glen Rose han sido citadas por los creacionistas como prue¬ba de que el hombre existía en los tiempos de los dinosaurios y, consecuente¬mente, de que la Tierra no podía tener más de diez mil años de antigüedad, una revisión de última hora de la fecha establecida por Ussher. Equipos de excava¬ciones de los creacionistas proclamaron haber descubierto docenas de «huellas humanas» cerca de las huellas de los dinosaurios. Tras examinar esas series de huellas, Steven Schafersman, del Consejo de Texas para las Ciencias de Educa¬ción, cuestionó la interpretación creacionista. En una carta dirigida a Geotimes (octubre 1983) escribió: «Algunas de las series de huellas son huellas de dino¬saurios pobremente conservadas, otras son de la parte trasera del talón de un único dinosaurio. Otras son huellas de dinosaurios hechas en un fango muy flui¬do que volvía a cerrarse cuando el animal volvía a sacar su pata; otras consistían en depresiones marginales sobre la superficie de la piedra arcillosa con moldes fósiles que fueron erróneamente interpretados como pliegues entre los dedos de los pies, y también hay algunas que fueron artísticamente mejoradas para hacer¬las parecer “huellas humanas” mostrando dedos superficiales moldeados en sua¬ves lechos de arcilla. Los moldes de las huellas y las fotografías que me fueron mostradas por los creacionistas tenían lustros de antigüedad y eran obviamente huellas esculpidas.»
James Gorman informó en Discover (octubre de 1981) que diecisiete científi¬cos creacionistas visitaron las excavaciones de Home en 1981. Eran compañeros de estudios dirigidos por un «profesor de Génesis». Homer, según escribió Gor¬man, «decidió no discutir con ellos los valores de la evolución y se limitó a mos¬trarles las excavaciones. A cambio ellos le ayudaron a descubrir un nido».<<