Carta nº XIV:

 

 

 

Querida Helena:

 

Hace un mes se celebró la boda de Valeria y Drasster. Gracias a los dioses todo ha terminado por fin pero he de reconocer que la felicidad invade hoy las calles de Hibernia.

 

Asistió todo el mundo y Valeria estaba preciosa. Si la hubieran visto nuestros padres. Es curioso, en esos momentos los eché de menos y mucho pero imagino que es lo que debe ser, echar de menos a la gente que quieres y no está a tu lado…

 

Las celebraciones duraron dos días en los que el vino de la zona y los platos que todas las mujeres de la aldea se afanaron en cocinar fueron regando las horas y haciendo que los cuerpos se fueran resistiendo al sueño y el descanso hasta acabar agotados…

 

Apenas hace una semana han vuelto del viaje que les llevó a conocer al resto de la familia de Drasster y Valeria debe ser por el tiempo que no la veo ha regresado espléndida, se la ve recuperada del ajetreo de la boda e incluso creo que ha ganado peso lo cual me alegra porque en los últimos días antes del evento se la veía famélica y sus ojos habían perdido parte de su vida…

 

Me han traído un regalo que según Valeria eligió  Drasster para mí. Es una pulsera de hilo rojo para el tobillo, según él en la cultura oriental, simboliza la unión que existe entre dos personas que están destinadas a encontrarse y que podría estirarse y contraerse pero nunca romperse. La llevo puesta desde entonces como símbolo de mi amor por ti…

 

Hoy ya vuelta a la normalidad acompañé bien temprano a Valeria al muelle a despedir a Drasster que partía para uno de sus viajes por el Norte de África y que entre otras ha prometido traerme la piel de un león para que me abrigue el próximo invierno…

 

Mientras veíamos el pequeño barco lanzar la vela y comenzar a escaparse poco a poco por la bahía, un malestar molestó el cuerpo de Valeria hasta hacerla vomitar, enseguida Rebeca su criada se apresuró a atenderla pero ella la apartó con alegría mientras le esbozaba una sonrisa, terminaron ambas riendo mientras yo iniciaba el camino de vuelta a casa…