Prólogo
He trabajado con muchos escritores, pero ninguno tan especial como Jo. Ella conoce como nadie a sus personajes y su universo, es una de las personas con la mente más dinámica que jamás he conocido y, a pesar de su tremendo éxito, sigue teniendo los pies en la tierra. Aunque, como escritora, su trabajo es muy personal, como productora y guionista enfoca el proceso cinematográfico con auténtico espíritu de equipo.
Leí Animales fantásticos: los crímenes de Grindelwald por primera vez en la primavera de 2016, un año y dos meses antes de que empezáramos a filmar la película. El guión era rico en capas, emotivo y, sobre todo, tenía una característica esencial: era profundamente original. Como cineasta, me ofrecía un montón de regalos y un gran arenero donde jugar. Me enfrentaba al reto de recrear el París de finales de los años veinte, de integrar una serie de nuevas bestias maravillosas y de explorar una historia emotiva y con diversos hilos argumentales, con temas y personajes fascinantes; y no hubo ni un solo día, durante la preparación y la producción, que no resultara emocionante y divertido.
Por encima de todo, sin embargo, fueron los personajes los que me cautivaron y me sedujeron ya en la primera lectura: son atemporales, encantadores e intrigantes. A todos ellos se los pone a prueba, se los lleva al límite en un mundo que cada vez se vuelve más complejo y peligroso; un mundo que, pese a su carácter mágico y elevado, en algunos aspectos es un reflejo del nuestro a lo largo de los tiempos.
David Yates
9 de septiembre de 2018