Agradecimientos

Francesca Main, Megan Lynch y Jennifer Lambert,

que hicieron posible este libro.

Juliet Mushens,

que me acompañó hasta el final.

Sasha Raskin y Sarah Manning,

que cubrieron la retaguardia.

Profesora Mary Chamberlain,

que ofreció su tiempo y me abrió un poco más los ojos.

Colin McKenzie,

que me prestó su erudición en materia de arte.

Profesora Patricia Mohammed,

de la Universidad de las Indias Occidentales, Trinidad,

que generosamente me asesoró acerca de la manera

de hablar de Odelle y de Cynthia.

Gail Bradley,

que diligentemente revisó el manuscrito; toda inexactitud

al respecto es, por supuesto, culpa mía.

También:

Alice O’Reilly, Teasel Scott y mi familia;

de forma menos obvia pero igual de importante,

me ayudaron a escribir esta novela.

Y

a Pip Carter, por todo.