Capítulo 18

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Viajar con tu gato

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En este capítulo

• Decidir si tu gato debe viajar

• Escoger una residencia o a una persona que cuide a tu mascota

• Viajar en avión o en coche

• Cómo hacer más llevadera una mudanza

• Saber si tu gato es un ejemplar de exposición

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Si del gato dependiera, lo más probable es que ninguno de los dos saldríais a ningún lado. Ni a trabajar, ni a un fin de semana romántico con el otro amor de tu vida ni, por supuesto, tampoco al veterinario. Los gatos adoran la rutina, el territorio y, sobre todo, la rutina en su territorio. Si por él fuera, estarías todo el día en casa, complaciendo cualquier capricho de comida, juegos y caricias, y admirando su belleza mientras se acomodan en el pedacito cálido y soleado del sillón de la sala para tomar la primera, cuarta o décima siesta tan esencial del día.

Para el gato, los placeres de vivir en un hogar bien organizado, con la comida en su punto, lugares cálidos para dormir y la atención de un ser cariñoso son el paraíso.

Sin embargo, para la gente, una vida así es aburrida. Somos un grupo mucho más nómada que nuestros gatos y a muchos nos encanta la idea de un cambio de escenario de vez en cuando, tanto como apreciamos las comodidades de nuestra casa. En ocasiones la decisión de viajar no es nuestra; la familia, los amigos y el trabajo se encargan de mantenernos en movimiento. Desde una reunión de negocios a medio día de vuelo hasta la boda de un amigo o el entierro de un familiar.

recuerda.jpgNo importa adónde vayas o por qué lo hagas, debes planear con detalle el cuidado de tu gato para que esté lo más feliz que pueda en esas circunstancias. Tu gato se quedará en casa durante la mayoría de tus viajes, pero si decides llevarlo contigo, haz que el viaje sea lo más seguro y cómodo posible para él. Si no puedes llevarlo, asegúrate de que alguien atienda sus necesidades para que no tengas nada de qué preocuparte.

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Figura 18-1: La mayoría de los gatos prefieren descansar en casa que viajar, y este veterano, sin duda, es uno de ellos

Desde luego, no queremos que te preocupes, decidas llevar a tu gato contigo o no. Por eso te explicamos todo lo que necesitas saber para que puedas tomar la decisión correcta para tu mascota, ya sea si te vas un fin de semana o te cambias de casa, con gato incluido, por supuesto, al otro lado del país. Quieres que tu gato esté feliz, y nosotros también.

miau.jpgAunque la mayoría de los gatos prefieren no viajar, algunos pueden controlar los desafíos bastante bien. En esta categoría entran no sólo los gatos de concurso, sino también los gatos del mundo del espectáculo que viajan con sus entrenadores para trabajar en televisión, cine y publicidad.

¿Tu gato es capaz de viajar?

A diferencia de los perros, a muchos gatos no les gusta viajar y, si quieres que el tuyo intente disfrutarlo, es probable que debas acostumbrarlo desde que es un gatito. Es más difícil introducir a un gato adulto a personas y lugares nuevos, y tal vez nunca se acostumbre lo suficiente para gozar de la experiencia.

Algunos viajes son inevitables, sobre todo si te cambias de casa. (Lee la sección “Trasladar a tu gato a un nuevo hogar,” más adelante en este capítulo.) La cantidad de viajes que intentes con tu gato en el fondo dependen de él y se reducen a dos preguntas: ¿Tu mascota está lo suficientemente sana para viajar? ¿Tiene el carácter adecuado para adaptarse al viaje?

Debes contestar a estas preguntas con la ayuda de tu veterinario y, obviamente, la de tu gato. Quizá puedas experimentar un poco haciendo viajes de placer cortos para aseguraros que los dos los disfrutéis. Algunos gatos nacen para comer nata a lenguaradas de un café francés, y otros gozan en una caravana bien equipada. ¡A lo mejor tu gato es uno de estos viajeros!

sigue_las_huellas.jpgEl viaje que casi ningún gato disfruta es al centro veterinario. En el capítulo 11 puedes encontrar sugerencias para hacer más sencillo este traslado para ti, tu gato y tu veterinario.

Aspectos de salud

Antes de emprender algo más complejo que un viaje por la ciudad con tu gato, llévalo al veterinario para asegurarte de que esté sano y al corriente de todos los cuidados preventivos que recomiende tu veterinario. Un gato con problemas de salud no es un buen compañero de viaje.

Habla con tu veterinario acerca del viaje y de las preocupaciones que tienes respecto a tu gato. Si vas a viajar en avión, necesitas un certificado veterinario. (Puedes encontrar más información acerca de viajar en avión en la sección “Llevar a tu gato contigo” más adelante en este capítulo.) Si viajas en coche o avión, pide una copia de la cartilla de vacunación de tu gato, sobre todo de la de la rabia. La idea de que tu gato pueda morder a alguien o pelearse con un animal salvaje es horrible, pero si lo hace, debes tener pruebas de sus vacunas contra la rabia.

Si crees que a tu gato le conviene estar sedado durante el viaje, habla con tu veterinario sobre esta opción.

gato_advertencia.jpgSi tu gato es un persa o un exótico de pelo corto, o cualquier mezcla que tenga el hocico chato, viajar puede ser muy peligroso porque a estas mascotas chatas les cuesta más respirar. Es probable que se deba descartar la posibilidad de viajar en el compartimento de carga de un avión. Pregúntale a tu veterinario cómo puedes garantizar la seguridad de tu gato cuando tengas que viajar con él.

Aspectos de temperamento

Conoces a tu gato mejor que nadie. ¿Es tímido y nervioso o relajado y extrovertido? ¿Se adapta bien al cambio? ¿Y al ruido? ¿A cambios en los horarios o lugares de la comida? Si tu gato tarda dos días en tranquilizarse después de un viaje corto en coche, quizá decidas limitar sus viajes en el futuro.

Sin embargo, si tu gato lo permite, dale una oportunidad. Quizá los dos disfrutéis del tiempo juntos, independientemente de adónde vayáis.

Dejar a tu gato

Necesitas saber qué hacer si no puedes llevar a tu gato contigo, situación que se dará la mayoría de las veces que vayas a viajar. Tu gato quizá no sea uno de esos raros que disfrutan de los retos de viajar y aunque lo sea, no siempre lo podrás llevar contigo. Los viajes de negocios son necesarios, igual que ese viaje de emergencia hasta el otro lado del país para recibir la herencia de un pariente. Otro lugar al que quizá tengas que ir y al que no te puede acompañar tu gato es el hospital.

Pregunta a tus amigos, vecinos y compañeros de trabajo qué hacen con sus gatos cuando salen. Pide también a tu veterinario que te recomiende cuidadores de gatos o residencias, si es que él no tiene la suya propia.

Si tienes un servicio en mente, ya sea una residencia o un cuidador, llama y pide referencias, y después ve a conocerlo; es un paso que pocas personas dan. También deberás averiguar si está en alguna asociación protectora de animales, pues eso puede garantizar un mejor cuidado.

consejo.jpgNo importa qué tipo de cuidado escojas para tu mascota, asegúrate de anticipar los preparativos, si puedes. Los cuidadores para mascotas y las residencias están reservados con semanas e incluso meses de anticipación en las temporadas altas de viajes, como las vacaciones de verano y fin de año.

Estar preparado para las emergencias

Uno de los olvidos más comunes al dejar a tu gato, ya sea con un amigo, un cuidador o en una residencia, es decir qué quieres que se haga en caso de enfermedad. Habla con tu veterinario acerca de las opciones de cuidado, y después informa a la persona que va a cuidar de tu gato.

Organizar los preparativos de cuidados en caso de emergencia funciona mejor si tienes una buena relación con tu veterinario y, pensándolo bien, sucede lo mismo con todo lo demás respecto a la salud de tu mascota. El veterinario de Gina sabe qué tipo de cuidados espera y ella confía en su decisión en caso de que no la pueda localizar. En el historial de su mascota hay una nota del veterinario que dice que, sin importar quién se presente con sus animales, el hospital debe cuidar de ellos, y tiene el número de su tarjeta de crédito para pagar los gastos.

recuerda.jpgRecomendamos que crees una relación similar a la que tiene Gina con su veterinario para que no tengas que preocuparte por el cuidado de tu gato cuando estés fuera. Habla con él sobre este punto en la revisión de tu gato o antes de que hagas un viaje para asegurarte de que no haya ningún malentendido.

Personas que cuidan mascotas

Existe una gran variedad de servicios agrupados bajo el título general de “cuidador de mascotas”, que lo abarca todo, desde un acuerdo recíproco entre amigos de cuidar a las mascotas del otro, pagar a un niño del vecindario para que cuide de tu gato e incluso contratar el servicio de un profesional para que cuide a la tuya en tu propia casa.

La ventaja de dejar a tu mascota en casa es que está familiarizada con el entorno, un factor muy importante para los gatos. Además, los cuidadores de mascotas pueden hacer más cosas además de visitar a tu gato; pueden encargarse de recoger la correspondencia y el periódico, regar las plantas y encender y apagar las luces.

recuerda.jpgHabla de antemano con estas personas acerca de los servicios y precios, y si decides contratar un servicio profesional, asegúrate de que estas personas tengan responsabilidad legal y estén aseguradas.

El mayor inconveniente de los cuidadores es que tu mascota se queda sola durante largos períodos porque la mayoría no puede pasar mucho tiempo brindándole atención individual. (Un trato con un adolescente, o un cuidador de casas para que viva en la tuya mientras no estás, quizá proporcione a tu gato más oportunidades de que lo acaricien o jueguen con él.) Si tu gato enferma o se escapa, un cuidador de mascotas quizá no se dé cuenta rápido. Y por último, algunas personas sencillamente no se sienten cómodas con la idea de que haya gente en sus casas mientras no están.

gato_advertencia.jpgLos acuerdos informales con los cuidadores de casas, alguien que viva en tu casa mientras no estás, o con los cuidadores de mascotas, alguien que pase por tu casa una o dos veces al día para echar un ojo a tu gato, pueden traerte más problemas que contratar un servicio profesional. Pregúntale a la amiga de Gina, que dejó su casa y sus mascotas al cuidado de la hija adolescente de una amiga, y después se enteró de que había sido de todo menos una inquilina tranquila. Había recibido visitas e incluso había organizado fiestas. La casa estaba un poco destrozada, ¡pero al menos las mascotas estaban bien! Si decides contratar a un adolescente, y muchas personas lo hacen, sin arrepentirse, asegúrate de que la supervisión de los padres forme parte del acuerdo.

consejo.jpgUna de las mejores soluciones es intercambiar servicios de cuidados de mascotas. La mayoría de la gente que tiene animales tiene amigos que también tienen mascotas y hacer un trato con uno de ellos para ocuparse de las mascotas del otro cuando no esté puede funcionar muy bien. Intercambiar cuidados es una solución reconfortante, si tienes amigos que adoran a los animales tanto como tú, y además es económica. Lo único que se necesita es tu propio tiempo a cambio.

Residencias

Las residencias son otra opción, ideal para gatos amistosos que se adaptan con facilidad. Sin embargo, pese a todas las recomendaciones del mundo, no dejes a tu mascota en un lugar que no hayas inspeccionado tú mismo. Debes asegurarte de que las instalaciones son limpias, cómodas y bien cuidadas, y si no, buscar otro sitio.

Pregunta dónde se quedaría tu gato y pide ver las instalaciones. Asegúrate de que tu gato se alojará totalmente apartado de los perros y separado de otros gatos. Aunque tus gatos se pueden alojar juntos, nunca se debe mezclar a gatos que no se conocen.

Los encargados del establecimiento deben parecer sinceros e interesados por adaptar sus instalaciones para que la estancia de tu gato sea más cómoda. Deben estar dispuestos a alimentar a tu gato como tú lo haces, sobre todo si sigue una dieta especial, y deben permitir que dejes juguetes o artículos que tengan tu olor (un calcetín usado, por ejemplo) para hacer que tu gato se sienta más tranquilo.

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Figura 18-2: Muchos gatos se sienten más cómodos quedándose en casa cuando estás fuera y dejando que un conocido se encargue de su cuidado

Llevar a tu gato a una residencia tiene varias ventajas frente a contratar un servicio de cuidado de mascotas. Las residencias por lo general son muy seguras y las mejores siempre tienen a alguien que cuida de tu gato en todo momento.

consejo.jpgSi todavía no encuentras una casa en la ciudad a la que te mudarás, una residencia acreditada puede recoger a tu mascota en el aeropuerto antes de tu llegada y cuidarla hasta tu venida. Asimismo, a menudo puedes dejar a tu mascota mientras buscas casa y acordar que la residencia la entregue cuando encuentres un alojamiento adecuado. (Lee la sección “Viajar en avión”, más adelante en este capítulo.) Por lo general, preferimos recomendar los viajes en avión acompañados, pero tu situación quizá no lo permita. Si es el caso, en una residencia de renombre pueden ayudar.

Muchos veterinarios también tienen residencias y, si el tuyo es uno de ellos, tal vez sea la mejor opción para tu mascota. La mayor ventaja es que el personal ya conoce a tu mascota y sus antecedentes clínicos.

gato_advertencia.jpgNo acudas a una residencia que no te pide la cartilla de vacunación de tu gato. Si no exigen que tu mascota esté sana y bien protegida de enfermedades, tampoco lo hacen con otros huéspedes, y no hacerlo pone en peligro a tu gato.

Espectáculo gatuno: ¿tu gato tiene lo necesario para ser una estrella?

Las personas que se ocupan de la crianza y exposición de gatos tienen distintos orígenes y provienen de todas partes del mundo, y sólo comparten la firme creencia de que el gato es la criatura más hermosa de todas. Para algunos, estas actividades son tanto una obsesión como una afición.

Si tu gato goza de buena salud y puede controlar el estrés de viajar y ser visto y manipulado por extraños, puedes inscribirlo en la exposición felina que se presente en tu zona. Sin embargo, antes de que lo hagas, lee las revistas de gatos para ver qué tipos de exposiciones son frecuentes en tu región. Además, ponte en contacto con los encargados del registro para asegurarte de que tu gato reúna los requisitos de las reglas de la exposición. En algunas exposiciones, por ejemplo, no se permiten gatos a los que se les hayan amputado las garras con cirugía y, en otras, quizá no pueda competir la raza de tu gato.

Después de que leas las reglas, asiste a una exposición como espectador y recaba toda la información que puedas. Busca folletos sobre próximas exposiciones y cómo exhibir, y habla con todos los expositores amables que encuentres.

Tu gato no tiene que ser un animal de pedigrí registrado para competir en la mayoría de las exposiciones. Muchas personas exhiben a sus gatos en los concursos de mascotas domésticas pero, para otras, este tipo de exposición es sólo el principio. A la larga escogen una raza (o más de una) para competir por otros premios y desarrollar un programa de crianza.

Una forma de determinar si tu gato tiene lo que se necesita para las exposiciones es considerar cómo se comporta al ir al veterinario. Si es relativamente fácil de coger y es amistoso, es factible que pueda participar. Si se aterroriza, bufa y araña, lo mejor es que desestimes la idea y asistas a las exposiciones como espectador. Incluimos más información sobre cómo disfrutar de una exposición como espectador en el capítulo 2.

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Llevar a tu gato contigo

No importa si lo haces en coche o avión: resulta más sencillo viajar con tu gato si lo planificas con antelación y llevas el equipo necesario para facilitar el viaje. Si vas en avión, tienes que viajar un poco más ligero; si vas en coche, ¡llévatelo!

recuerda.jpgSólo incluimos transporte aéreo y terrestre porque, para la mayoría de las personas, son las únicas opciones si desean que les acompañe su gato. En la mayoría de los cruceros no se aceptan animales, ni tampoco en la mayor parte de autobuses.

La siguiente lista describe algunos artículos básicos para viajar con tu gato. Revisa el capítulo 8 para encontrar más información sobre cómo escoger productos para mascotas.

Portagatos: Un portagatos autorizado por la aerolínea, también llamado transportín, puede ser útil para cualquier situación con tu gato. Busca uno de buen precio, pero no escatimes en la calidad. Compra un portagatos seguro, hecho de plástico con alta resistencia a los impactos, lo suficientemente grande para que tu gato pueda pararse y girar en su interior. Este portagatos puede servir para llevar a tu gato al veterinario o a cualquier otra parte del mundo con seguridad. Es un artículo esencial para viajar con un gato.

Si vas a hacer un viaje largo en automóvil, quizá quieras comprar un portagatos más grande, como para un perro mediano, para que puedas poner un arenero adentro. Otra opción de transporte es una bolsa portagatos con forro suave, que quizá sea más cómoda para ti y para tu mascota si viajas en avión, pero sólo si va contigo en la cabina de pasajeros. Si va a viajar en el compartimiento de carga necesitas un portagatos de plástico resistente autorizado por la aerolínea.

Arnés, identificación y correa: Es más difícil detener a un gato asustado o sobresaltado que sostener un sartén caliente. Asegúrate de que no irá más allá que el final de la correa si logra soltarse. Ponle un arnés para gatos con una identificación y colócale una correa al arnés siempre que no esté en el portagatos. Una correa muy buena para viajar es una ligera que proporcione unos 3 m de libertad.

Arenero y piedrecillas: Aunque por lo general recomendamos que uses la marca acostumbrada, en un viaje quizá consideres que el relleno aglutinante es más fácil de usar. No olvides llevarte una palita arenera y bolsas de plástico herméticas para guardar los desechos hasta que los puedas poner en un cubo de basura. Quizá te parezcan mejores los areneros de cartón desechables, sobre todo si no usas piedrecillas aglutinantes; sólo tienes que tirar las piedrecillas y el arenero cuando sea necesario, incluso todos los días. Otra posibilidad es comprar una caja de plástico con tapa. Aunque no quepa en un portagatos, una caja así puede almacenar las piedrecillas aglutinantes de todo un viaje; lo único que tienes que hacer es mantener la tapa puesta, salvo cuando ofrezcas a tu mascota una oportunidad para que haga sus necesidades, y retirar luego los terrones.

Comida, agua y platos: Empaqueta las raciones normales de tu mascota y si eso incluye comida enlatada, no olvides llevar un tenedor y un abrelatas (o compra latas con abrefácil). Guarda una botella de agua en el coche y ofrece a tu gato tragos refrescantes con frecuencia. Otra posibilidad es utilizar una botella colgada en el portagatos. Vienen en tamaños adecuados para animales, desde un ratón hasta un gran danés. Por último, no olvides algunas golosinas de recompensa.

Primeros auxilios y productos de aseo: Llévate un botiquín básico de primeros auxilios, un peine y cepillo. Además, no olvides llevar cualquier medicamento que necesite tu gato. Puedes comprar un botiquín ya preparado.

Toallitas de papel y un atomizador con un producto de limpieza para usos múltiples: Los vas a necesitar, te lo prometemos. Además, añade un par de toallas viejas. Sirven como cama y para controlar a tu gato en caso de una emergencia (consulta el capítulo 12 para más información sobre las emergencias) y para cualquier tipo de limpieza. Además, conviene llevar un aromatizante en aerosol.

Algunos de los juguetes favoritos de tu gato, incluyendo alguno interactivo, como una caña de pescar para gatos o un juguete atado al extremo de una cuerda: ¿Qué otra cosa vas a hacer en un cuarto de hotel, además de entretener a tu gato?

Guías de viaje: Aunque es más fácil que un hotel, motel o posada acepte a un gato que a un perro (y cien veces más fácil meterlo a escondidas en un instante, pero nosotros no te lo hemos dicho), de todos modos tienes que saber en qué lugares aceptan mascotas. Hay guías de viaje especializadas exclusivamente en este tema.

Es obvio que vas a adaptar esta lista a tu tipo de viaje. No vas a empaquetarlo todo para un viaje corto en avión, pero lo necesitarás todo si vas a viajar cientos de kilómetros en coche.

Viajar en avión

Aunque en las noticias salgan algunos cuentos de miedo, la verdad es que viajar en avión es bastante seguro para la mayoría de las mascotas. Tu mascota estará bien si sigues las reglas y planificas todo bien.

Los animales viajan por avión en dos formas: como equipaje documentado o de mano. Le irá mejor si viajas con él para que puedas asegurar que esté bien cuidado.

recuerda.jpgAlgunas líneas aéreas permiten que viajen animales en la cabina de pasajeros si las cajas transportadoras caben debajo del asiento, lo cual es aplicable a la mayoría de los gatos. Viajar en la cabina de pasajeros es la mejor opción para tu gato porque no se aparta de tu cuidado durante el transcurso del viaje. Sin embargo, no todas las aerolíneas permiten que viajen animales en la cabina de pasajeros y otras ponen un límite en el número de animales en la cabina, así que planificar con antelacióntiene sus recompensas.

Si no permiten que tu gato viaje en la cabina de pasajeros, lo hará abajo, en un compartimiento de carga presurizado. Esta situación no es ideal, pero a muchos gatos les va bien.

Para garantizar que tu mascota no tenga problemas, presta mucha atención a las siguientes sugerencias:

Habla con la aerolínea. Algunas aerolíneas, sobre todo las nuevas, más económicas, no permiten el transporte de animales. Incluso las que sí lo hacen, tienen límites en cuanto al número de animales que debe haber en el vuelo, tanto en la cabina de pasajeros como en el compartimiento de carga. Además, tienes que saber dónde y cuándo debes presentar a tu mascota y qué papeles debes llevar contigo, como el certificado médico, entre otros.

Asegúrate de que tu gato goza de buena salud y de que no es una raza de cara chata. A estos gatos les cuesta respirar en cualquier circunstancia y el estrés de viajar en avión quizá sea demasiado para ellos. Habla con tu veterinario.

Utiliza un portagatos autorizado con etiquetas que contengan los teléfonos de contacto donde te puedan localizar durante el viaje. (El teléfono de tu casa no ayuda si no estás allí.) Tanto si subes a tu mascota a la cabina de pasajeros o lo documentas como equipaje, incluye una identificación en el portagatos. Por ley, el portagatos tiene que ser lo suficientemente grande como para que tu gato pueda pararse y girarse en su interior.

Asegúrate de que todos los cerrojos que aseguran las partes del portagatos estén fijos y apretados antes de documentar a tu mascota. No olvides ponerle un arnés de seguridad y una identificación. Además, quizá quieras considerar la idea de implantarle un microchip de identificación antes de viajar. (Consulta el capítulo 8 para más información acerca de los microchips.)

No te lleves a tu gato si hace mal tiempo o cuando el tráfico aéreo sea denso. Evita los días de temporada alta, como los de las fiestas de Navidad. Escoge vuelos que despeguen y aterricen a temperaturas ni muy frías ni muy calientes. Piensa no sólo en los aeropuertos de salida y de llegada, sino también en los que se hagan las escalas. Aunque la temperatura no es un factor importante si el gato va contigo, es primordial si viaja abajo. Los compartimentos de carga no tienen calefacción ni aire acondicionado. Durante el verano es probable que prefiráis un vuelo nocturno, mientras que en invierno sea mejor diurno. Existen normas respecto al rango de temperaturas en las que puede viajar una mascota. Si la temperatura en las ciudades de salida, escala y llegada se aleja de estos límites, los planes de viaje de tu mascota quizá se enfrenten a cancelaciones o retrasos inesperados. Planifícalo con tiempo.

Escoge un vuelo directo; si no es posible, busca una ruta con una escala corta. Gran parte de los problemas con las mascotas se producen en tierra, cuando se dejan a los animales en las cajas transportadoras sobre el asfalto caliente o en los sofocantes compartimentos de carga. Los vuelos directos eliminan las escalas y, si son cortas, reducen el tiempo en tierra.

Recuerda que la vida de tu gato depende de la atención del personal de la aerolínea si no está bajo tu cuidado en la cabina de pasajeros. La mayoría de estos empleados son excelentes y considerados, pero siempre pueden producirse errores. Debes estar preparado para preguntar al personal de la aerolínea si han subido a tu mascota y si ha hecho las mismas conexiones que tú. Si tu mascota va a viajar sola, habla con el personal encargado del equipaje de todos los aeropuertos que visites. Sé cortés pero insistente; no aceptes un “Estoy seguro de que está bien, tenga un paquetito de pipas” como respuesta por parte de la tripulación. Haz que lo revisen y vuelvan con una respuesta.

En contra de la creencia popular, por lo general es mejor no sedar a los gatos antes de viajar. La combinación de la altitud y el oxígeno limitado es un reto que el cuerpo del animal puede soportar mejor si no está sedado. Aun así, tu mascota puede ser una excepción. Al final, tu veterinario y tú debéis decidir qué hacer.

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Figura 18-3: La mejor manera de viajar para tu gato es en la parte posterior del coche, dentro de un portagatos adecuado

Viajar en coche

Sabemos que adoras la compañía de tu gato. Sabemos que te encanta su carita perfecta. También sabemos que, por cuestiones de seguridad, tu gato debe estar debidamente guardado en su portagatos cuando el coche está en movimiento. Un gato suelto en un coche es un riesgo que no se debe correr; aunque no se ponga bajo tus pies, se puede esconder debajo del asiento y te costará mucho sacarlo cuando te pares.

consejo.jpgTu gato puede ir más cómodo, y sin duda más tranquilo, si cubres el portagatos con una toalla mientras el coche esté en movimiento. Experimenta para ver qué método prefiere. Si no deja de maullar pase lo que pase, lleva contigo una botella de agua y tírale un chorrito cada vez que empiece. Lleva también muchas aspirinas porque, cuando lleves unos minutos escuchándolo, las vas a necesitar.

Tu gato aguanta el mismo tiempo que tú sin estirar las piernas. Cuando te detengas, ponle la correa por seguridad antes de dejarlo salir del coche. Ofrécele agua y un descanso para que haga sus necesidades, a menos que pueda hacerlo en su portagatos. Los alimentos se deben dejar para la mañana y noche en tu habitación de hotel.

gato_advertencia.jpgNunca dejes a tu gato solo en el coche. Si no le hace daño el calor, tal vez se lo haga un ladrón. Si te ves obligado a salir del coche, para ir al baño por ejemplo, aparca en la sombra, baja un poco las ventanas y no tardes. Aún mejor, llévate al gato y su portagatos contigo al baño. Ya te ha visto antes, no se va a asustar.

consejo.jpgSi quieres dar una vuelta, ir de compras o hacer visitas turísticas, busca un centro veterinario cercano en la guía telefónica y averigua si puedes dejarlo durante unas horas. Gina lo ha hecho durante años: la mayoría de los veterinarios han estado dispuestos a ayudarla y por lo general tienen precios muy razonables. También puedes dejar a tu gato en tu habitación de hotel, pero siempre dentro de un portagatos, por seguridad.

Trasladar a tu gato a un nuevo hogar

Para muchos gatos, uno de los momentos más estresantes es también uno que distrae mucho a sus dueños: cambiarse de casa. Combina el problema de viajar con el hecho de estar de pronto en un entorno desconocido, que quizás incluso huela a antiguos inquilinos animales, y podrás comprender con facilidad por qué bastantes gatos pasan mucho tiempo escondidos bajo una cama después de una mudanza.

Tu gato cree que su casa actual es perfecta, pero como en realidad no tiene voto al respecto, trata de hacer que la mudanza sea lo más placentera posible para él. La clave para el éxito es mantener a tu gato seguro antes, durante y después de la mudanza. Anticipa problemas que se pudieran presentar y haz que tu mascota se sienta lo más cómoda posible a lo largo de todo el proceso.

consejo.jpgUna medida adicional de seguridad es hacer una placa de identificación con el nuevo domicilio y número de teléfono tan pronto como los sepas y añadírsela al collar de tu gato junto con la antigua identificación. De esta forma asegurarás que la información esté en el collar de tu gato antes de que empieces a hacer las maletas. Si vas a recorrer una distancia muy larga hasta tu nueva casa, utiliza llaveros con etiquetas de papel como identificación temporal. Escribe en la etiqueta la información del día, como tu nombre, teléfono y el número de tu habitación de hotel, y cuelga el llavero del collar de tu gato. (En el capítulo 8 encontrarás más información acerca de los collares y de las identificaciones.)

Utilizar un cuarto seguro para la mudanza

La mejor manera de trasladar a tu gato es mantenerlo encerrado en un cuarto seguro antes y después de la mudanza. El ambiente ideal es una habitación donde tu gato no vaya a ser molestado, un baño que no se use mucho es perfecto, equipado con comida y agua, un arenero, un poste de rascar, una cama y juguetes. (No te sientas mal por encerrar a tu mascota; está más cómoda en un espacio pequeño y no se somete al estrés de ver gente entrar y salir de la casa.)

sigue_las_huellas.jpgUn cuarto seguro también es útil cuando llevas por primera vez a un gato a tu casa y para readiestrar a cualquier gato que destroza muebles o no usa el arenero. En el capítulo 6 hay más información acerca de cómo utilizar un cuarto seguro para llevar a un gato a tu hogar. Los capítulos 14 y 15 pueden ayudarte con los problemas de conducta felina.

Encerrar a tu gato también previene que se escape, lo cual es peligroso tanto en la casa vieja como en la nueva. Tu gato se puede asustar, fugarse y extraviarse con mucha facilidad, incluso en su vecindario. Si tu gato de pronto aparece en tu casa vieja, va a ser difícil recogerlo, sobre todo si te has mudado a otra ciudad.

Debes encerrar a tu gato en ese cuarto seguro un día antes de empezar a empaquetarlo todo, llevarlo en el portagatos a la nueva casa y volver a encerrarlo en el nuevo cuarto seguro hasta que termine la mudanza, se coloquen los muebles y se calmen las cosas.

Cuando todo esté colocado, abre la puerta del cuarto seguro y deja que tu gato salga a explorar a su ritmo, pero dentro de los límites de la casa. Debes mantenerlo en el interior durante un par de semanas, aunque también sea un gato de exterior. Este período de encierro domiciliario ayuda a que empiece a crear un vínculo con el nuevo entorno.

gato_advertencia.jpgIntentar obligar a un gato asustado y estresado a hacer cualquier cosa que no quiera hacer es peligroso para tu salud. Cuando llegues a tu casa nueva, no lo saques del portagatos. Lo mejor es que lo pongas en el cuarto seguro, abras la puerta del portagatos y dejes que salga cuando él quiera, aunque esto tarde más de una hora. Cuando esté un poco más tranquilo, puedes invitarlo a salir con un poco de comida fresca o recompensas, si lo prefieres, pero no le metas prisas ni lo saques a la fuerza, o quizá te muerda o te arañe.

Deja el portagatos con la puerta abierta en el cuarto seguro. Para tu gato es el lugar más familiar de tu nueva casa, y probablemente sea su lugar favorito durante algún tiempo hasta que la casa le resulte familiar.

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Figura 18-4: Mantener a tu gato encerrado antes y después de la mudanza hace más sencilla y segura la transición, aunque en este caso el gato de la foto no parece muy contento

miau.jpgCambiarse de casa es un momento perfecto para convertir a tu gato en una mascota únicamente de interior. En tu antigua casa se quejaba si no le dejabas salir al exterior (es decir, hasta que se acostumbró al hecho de que no le ibas a dejar). Sin embargo, en una casa nueva, su territorio es el que le permitas que sea.

Adelantarse a los problemas

Dejar a tu gato en un cuarto seguro después de una mudanza ofrece otra ventaja: te da la oportunidad de refrescar su entrenamiento acerca de las reglas de la casa, sobre todo en cuanto a arañazos destructivos, marcas de orina y rechazo al arenero; todos estos problemas de conducta pueden surgir si tu gato se siente estresado o desorientado.

Al limitar las opciones a un arenero y un poste de rascar en su cuarto seguro, tu gato pronto volverá a desarrollar los buenos hábitos que tenía antes de la mudanza. Después, cuando lo dejes salir a explorar el resto de la casa, coloca otro arenero o dos en distintos lugares para facilitar la transición. Reduce la cantidad de areneros gradualmente, cuando estés seguro de que tu mascota va a ir adonde tú quieres que vaya.

sigue_las_huellas.jpgAunque es probable que tu gato vuelva a sus buenos hábitos anteriores en un par de semanas si lo mantienes encerrado y dejas que se relaje, habla con tu veterinario sobre cualquier problema que persista. Tu gato puede estar enfermo o quizá necesite medicación para la ansiedad que le ayude a adaptarse. No olvides revisar nuestras sugerencias sobre los problemas de comportamiento en los capítulos 14 y 15.

Dar tiempo para la readaptación

Es probable que tu gato necesite un par de semanas para acostumbrarse a su nueva rutina: salir del cuarto seguro, familiarizarse con la casa y volver a utilizar su poste de rascar y arenero con normalidad. No le metas prisas. Debes estar atento a las señales que demuestren que se siente menos inseguro y más confiado en sus exploraciones y, sobre todo, no debes permitir que salga de la casa hasta que esté cómodo en el interior.

Perdido... y encontrado, esperamos

Aunque un gato se puede perder en cualquier momento, durante una mudanza tienes que estar especialmente atento para protegerlo.

Impedir que se pierda un gato es mucho más fácil que tratar de encontrarlo, por lo que la reclusión es la mejor forma de evitar que se pierda tu gato. Si lo haces de forma permanente, sería lo ideal.

Incluso los gatos de interior pueden escaparse, razón por la cual todas las mascotas deben llevar su identificación en el collar o incluso tener un microchip implantado. (En el capítulo 8 para encontrarás más información sobre ambas opciones.) Otra medida de seguridad: ten siempre a mano fotografías de buena calidad de tu gato, por si necesitas hacer un cartel de “gato perdido”.

Si un día tu gato no llega a cenar, no te limites a asumir que aparecerá en unos días: ¡haz algo! Pon un anuncio en el periódico local y distribuye carteles con la foto de tu gato, una descripción y una recompensa (te recomendamos que la ofrezcas).

Cuelga carteles en el vecindario y lleva algunos a refugios para animales y veterinarios de la zona y sobre todo a clínicas de urgencias. Revisa la sección del periódico “Se busca dueño” y acude personalmente a los refugios para animales cada dos días.

No te des por vencido demasiado pronto; hay mascotas que han aparecido después de semanas de su desaparición, así que sigue con la búsqueda... y ten esperanza.

El gato que vuelve a casa

Como los gatos crean un vínculo con los lugares, igual que con las personas, algunas personas descubren que sus mascotas a menudo vuelven a sus casas viejas después de una mudanza, sobre todo si la casa nueva sólo está a unos kilómetros de la vieja.

Si tu gato es uno de ésos, lo mejor que podemos sugerirte es que lo conviertas en una mascota de interior, porque cruzar las calles para llegar a “casa” aumenta bastante su factor de riesgo, el cual ya es mucho mayor que el de un gato de interior. (Consulta los capítulos 8 y 21 para leer acerca de los productos que necesitas para mantener feliz a tu gato en casa.)

Si la reclusión permanente no es posible, mantén a tu gato en casa un par de semanas más; quizá lo has dejado salir demasiado pronto. Dedica más tiempo a jugar con él, sobre todo juegos interactivos como una caña de pescar para gatos o un juguete atado al extremo de un cordel. Este tiempo adicional ayuda a aliviar su estrés o exceso de ansiedad y permite que forme un nuevo vínculo con su casa nueva y contigo en ella. En vista de que los machos con todos sus atributos suelen vagar más, también es una buena idea, si no lo has hecho ya, esterilizar a tu gato.

Cuando dejes salir a tu gato de nuevo, asegúrate de que los nuevos inquilinos de tu vieja casa no lo animen a quedarse. Pídeles que no le den de comer ni lo acaricien y que le disparen chorros de agua o usen otro elemento de disuasión cuando lo vean.

Gina conoce un caso interesante de un gato que va por su casa porque cree que todavía es la de él. Por fortuna, su casa nueva está justo al lado. George, un gato atigrado naranja, antes pertenecía a los antiguos dueños de la casa de Gina, quienes lo dejaron con los vecinos de al lado cuando se cambiaron de casa. Aunque George y el perro de Gina, Andy, son enemigos a muerte, el gato siempre sabe cuándo no están los perros y Gina sí, y a menudo se mete por la puerta para mascotas para saludar. Andy después se vuelve loco cuando percibe el olor de George en la casa, lo cual sin duda deleita al sociable gato atigrado.

sigue_las_huellas.jpgEl lenguaje corporal de los gatos puede ser muy sutil. Consulta el capítulo 7 para saber si tu gato está relajado, alegre o triste.

Si planeas dejar que tu gato ande por el exterior, primero sácalo con arnés y correa y síguelo mientras se familiariza con la nueva zona. Al volver a la casa, invítalo a entrar con elogios y recompensas y, si puedes, deja que entre él solo, en lugar de cogerlo. Recompensa cada salida con juegos especiales o caricias para que desarrolle una asociación positiva con tu nueva casa y, por lo tanto, la reconozca como su hogar.

¿Cuándo es el momento adecuado para dejarlo suelto? Para ser sinceros, siempre es un riesgo. Haz lo posible para dar a tu gato todo el tiempo que necesita para adaptarse y después deja que explore el exterior con tu supervisión durante otra semana o más. Si al final te empeñas en dejar que pasee fuera de tu casa, debes jugártela y esperar lo mejor. Si le ofreces el tiempo que necesite para adaptarse, lo más probable es que se quede.