Diario de él día 15
Me despierto tranquilo despues de nuestra última conversación de anoche, abrazado a ti, incluso con un punto de melancolía, sonriendo levemente, abro los ojos pero sigo soñando, sigo recordando, sigo sintiendo ese sueño. Siempre me sorprendió mi capacidad para soñar, tanto despierto como dormido, sé que sueño demasiado, incluso a veces mis sueños se mezclan con mi realidad, con mis recuerdos, incluso hubo una época que me daba miedo, hoy simplemente disfruto, si pienso que tengo cierto poder en el control del universo, en los sueños se incrementa, puedo controlarlo casi todo, y soy tan feliz, creo que ha habido momentos en mi vida que prefería dormir para seguir soñando, para no huir de ese sueño. Parece una locura, no afrontar tu vida, y quedarte entre las sabanas, entre historias ficticias, pero por dentro las sientes tan reales, y hasta tus sentidos y sentimientos se ven afectados horas después de despertarte, incluso a veces, imagino que ciertas personas que han perdido su capacidad racional, viven así, soñando, y si no entendí mal el fin del juego de la vida, es ser feliz, y ellos lo son, yo incluso lo he sido más en sueños que en la vida real.
Me miras inquieta, todo lo relacionado con imaginación y sueños te trastoca, yo te lo afirmo, hay veces que he deseado quedarme soñando siempre, y ¿de verdad desde mi interior crees que notaria la diferencia?, me preguntas clara, tajante, firme, que si estoy loco, que quien querría estar soñando durante una vida entera, mi conclusión es sencilla, depende del sueño…
Diario de ella día 15
Como siempre me he despertado después tuya, a veces es una situación que me aterra, sé que tú me miras, me observas, me esperas, y siempre con esos mismos ojos, hace tiempo que deje de pensar si era ilusión, amor o pena.
La verdad no se hace cuánto tiempo fue eso, el tiempo para mí ya es algo efímero, hace tiempo que vivo aquí encerrada, y no me refiero a estas cuatro paredes, hace tiempo que deje de mirar el reloj. En eso me parezco un poco a ti, el señor del día a día, del momento a momento, pero mi conclusión como siempre es bastante más racional que la tuya o al menos así lo creo yo. Aun así, no deja de asustarme el que a veces, tan diferentes, nos parezcamos tanto, supongo que después de tanto tiempo aquí, algo se nos debió de pegar, aunque me alegra ser consciente de ello y poder algún día ponerle remedio.
La verdad es que siempre me pregunte porqué el tiempo avanzaba y yo no podía detenerlo, me pregunto si soy yo la que avanza, si simplemente la vida está pasando y somos nosotros los que nos dedicamos a observar, como pasajeros de aquel tren que un día elegimos coger, si poder bajarme, caminar y quedarme parada para verlo todo con otra perspectiva.
Lo que tengo muy claro es que nunca se puede dar marcha atrás, ni acelerar el ritmo, pues conducimos nuestra vida, pero no este tren. Hoy por hoy, me pregunto si cuando empiece a caminar, cuando sea yo la que realmente avance, si alguien podrá detenerme, si tú intentarás impedírmelo, si caminarás de mi mano, o el tiempo nos hará realmente libres.
Diario de él día 16
No albergo muchos remordimientos en mí, ¿por qué debería? No puedo tener cargos de conciencia por algo que me encanta, no se juzgar, es algo que no me sale, tampoco me importa mucho que lo hagan, para eso ya tengo mi traicionera conciencia a la que intento no hacerle mucho caso, puede ser que la poca parte de humano que me quede, intente pasear su idea por mi cabeza, pero es más por los recuerdos. Hoy te cuento esto porque quería que sintieras que estoy tranquilo, y que por lo tanto tú también lo estés, confió en mí, y sé que tengo límites, por eso tengo incluso más confianza, porque sé hasta dónde puedo llegar, me encantaba vivir mi vida, no la de los demás, nunca me negué a hacer aquello que me hacía feliz, sé que para ti es difícil, pero quiero tranquilizarte, que sientas que cada detalle, cada paso que di, fue porque quise, nunca me sentí obligado, y que el estar encerrados aquí, juntos, producto del azar, también es porque quise, porque en ningún lado estaría mejor que contigo, aunque fuera, o sea, el fin del mundo, de nuestro mundo.
Diario de ella día 16
Te disculpas como si todo esto fuera culpa tuya, como si tú mismo hubieras elegido el que estuviéramos aquí, me agradeces que yo también lo este, me miras con ojos distintos, las caricias han aumentado estos últimos días. Noto como me observas cuando me duermo, cuando te despiertas, como tocas mi pelo, como lo apartas suavemente para mirarme a la cara, ¿qué estás haciendo?, ¿por qué te estas confundiendo?, ¿por qué intentas confundirnos? Esto no es una historia de esas románticas que tu cuentas, esto no es nada, simplemente tenemos que salir de aquí, ayudarnos y sobrevivir, nada más.
Diario de él día 17
Odio al ser humano, odio la guerra, no entiendo porqué la gente tiene que enfrentarse, con lo fácil que es apartarse y seguir tu camino si algo no te gusta, con lo fácil que es vivir tu vida y no meterse en la de la gente, pienso que es nuestra propia cultura la que nos enseña que para lograr algo debemos pisar a los demás, y la odio tanto, y odio tanto a aquellos que la transmiten.
De verdad que no os entiendo, que no entiendo que podáis hacer dolor y no sentirlo, que para vosotros sean insignificantes tantas muertes, tanto llanto, tanto daño, no entiendo como no se os contagia la pena que tan alegremente regaláis, no comprendo como al apretar un gatillo no sentís como se os escapa vuestra vida misma, como os creéis con tanto derecho como para quitar una vida, algo tan precioso, tan único, no os comprendo de verdad, os odio tanto, y me odio tanto a mí, por pertenecer a vuestra misma especie.
Diario de ella día 17
Por favor, deja de hablarme ya de odio, te lo suplico, es un sentimiento tan abstracto y tan estúpido como ese que llamas amor.
Diario de ella día 18
Te toco en el hombro mientras escribes a saber qué, me apartas con tu mirada, me pides que no vuelva a hacer eso cuando estas escribiendo, que debo respetar esos momentos de intimidad que no quieres compartir conmigo, que son tus momentos.
Dices que eres especial, lo dices tan convencido, que eres distinto, no sé si conoces el alcance de tus palabras, creo que no es tan bueno como tú piensas.
Diario de él día 18
Ha interrumpirme has vuelto, que problema tienes con mi pensamiento, de él te has adueñado y no tienes derecho, y yo me he dejado, otra vez, no tengo remedio.
Diario de ella día 19
Y así seguimos nuestros días, nos concedemos más momentos oscuros que lúcidos, se perpetraban muchas más miradas cuando no nos vemos que cuando la luz de nuestros ojos nos ilumina, nos regalamos más caricias cuando menos las sentimos y nos dedicamos más palabras cuando menos importan, y así somos, somos dos, pero no podemos ser uno.
Como unir tanto cuando no ves el camino, como pretender que un barco llegue a puerto cuando más oscuro está el faro, como pretender ilusos, sentirnos en cada caricia cuando inhibimos todos los receptores, como llegar al entendimiento dos seres que hablan diferentes idiomas, como vas a callar las voces y escuchar las miradas cuando todo es albedrío, como pedirle al azar que brinde con la seguridad.
Diario de él día 19
¿Qué es esto? Llevo desde el día de ayer pensándolo, ya me atormentaba desde hace unos días, ¿qué está creciendo aquí?, entre tanto desconocimiento, entre tanto dolor, entre tanta soledad…
Y de verdad que el norte no lo conozco, ni siquiera me atrevería a decir que lo quiero conocer.
No es mentira que conocí chicas de esos lares, y no es mentira decir que de verdad quise conocer el amor que allí se profesa.
Pero no estaba allí, no conocí tus pies descalzos cuando el frio era tu único abrigo, ni conocí las pieles cuando el frio te acosaba, ni si quiera conocí esas telas que hacían del frio una bruma cálida, no te conocí a ti, ni a ellos, ni su castigo en mi nuca.
Diario de ella día 20
Me preguntas porqué a veces me siento sola, porque a ti no te mata la soledad, tú has aprendido a disfrutar de ella, yo estoy aprendiendo a desprenderme totalmente de ella. Ahora creo que la inadaptación personal autoimpuesta es quizás la única manera de disfrutar de una plena soledad sana y ajustada a los tiempos que cada individuo requiere. La problemática de la dependencia de otros, no es más que un legado cultural por ser animales “sociales”, pero por ser seres racionales podemos comprender esa conexión con otros seres de nuestra especie, por eso es importante comprender que la satisfacción que recibimos en ciertos estados viene dada por procesos bioquímicos internos y que por esa naturaleza no dependen de otros, si no de uno mismo.
Cuanto mayor sea el grado de comprensión de esta máxima, más entenderemos que todo lo que necesitamos para ser felices está dentro de nosotros mismos. Termino mi explicación y te sonríes, —entonces es cierto que podemos ser felices, solo con nosotros mismos, disfrutando del momento, sintiendo todo esto, siendo felices porque queremos serlo—dices, como siempre no estabas escuchando, alteras nuestra conversación y nuestra realidad a tu antojo, pero bueno al fin y al cabo, hay momento en los que parece que con eso eres realmente feliz.
Diario de él día 20
Hoy he visto en ti un poco de mí, no sé si estoy consiguiendo lo que me propuse o si realmente tú también eres así y solo te escondes tras un muro, no sé lo que es, pero me gusta tanto verte así.
Diario de él día 21
Hoy te he intentado hablar de todo esto, de lo que está pasando de por qué me alegro de estar aquí contigo, porque ni si quiera sé si eres lo más bonito que he visto, y lo siento si no eres una historia entre tantas y lo siento si ni si quiera eres una historia entre las mías, pero agradezco desde hace un tiempo que seas una chica entre tantas, ni si quiera sé si eres tantas o si eres una, hace mucho que no se de ti, hace mucho que no sé quién eres, y te escucho, y aun así no se de quien hablamos, y te aprecio sin saber qué opinas y te valoro sin saber que sientes.
Simplemente sé que tú no eres lo que quieren que seas o quiero creerlo, simplemente sé que no eres otro caso más, o quiero pensarlo, y ahí estás viéndome, creyéndome o quizás no, simplemente ahí estas, y te valoro, y simplemente quisiera que estés aquí, a mi lado, te hagas eco de esto, lo valores o no.
Diario de ella día 21
Lo que aún no comprendemos es que la elección de lo que llamamos amor es subconsciente, por eso muchas veces llamamos amor a algo que no lo es, es como si eligiéramos un coche cuando en realidad queremos una moto, no es un proceso cognitivo, ninguno de nosotros lo elije, y aunque sea difícil entender esto, sobre todo para ti que ahora mismo crees disfrutar de él, el pasado, nos marca tanto, que es posible que hoy en día estés siendo la razón por la que me case el día de mañana, muestra de la mayor expresión de amor que nos ha cedido nuestra cultura.
Porque el amor, al igual que nosotros mismos está condicionado, seguimos patrones, mapas cognitivos y otros muchos resquicios que hacen que nuestra elección más íntima, al final este siendo un compendio de elecciones pasadas y de rastros del tiempo, por eso, como siempre dices, disfruta, siente, vive y no te preocupes tanto de las elecciones en estos ámbitos, porque no hay culpables, no hay errores, hay vida y hay aprendizaje, porque al final ni siquiera esas elecciones son tan nuestras.