CAPÍTULO XVII “Tu color de pelo te condena”

Bruno bebe champagne en el hall del teatro, mientras conversa con un grupo de personas, ellos lo escuchan en silencio y se ríen ante los comentarios que hace, una mujer le toca la espalda.

-Hola

Bruno se da vuelta y se encuentra con una mujer de unos cuarenta años, rubia y metida en un asombroso vestido, que deja poco a la imaginación, él al verla le sonríe y le besa la mano.

-Estela, que bueno que pudiste venir.

-Como todos los años -dice la mujer.

Bruno se ríe al recordar que sucede todos los años, luego de la fiesta ellos se van juntos y disfrutan de una noche de amor desenfrenado, una vez al año... Luego, no se escriben, no hay reclamos... Estela vuelve a su vida con su marido y Bruno sigue con la suya... La relación perfecta -piensa Bruno

-Estás preciosa

-Gracias, voy a estar en el hotel de siempre...

-Siento decepcionarte bella mujer, pero hoy tengo que irme a casa, tengo huéspedes...

-Oh Philip, no vas a dejar a una mujer con las ganas y menos a mí, que soy tan caprichosa

Bruno se ríe y observa a su alrededor comprobando que nadie este escuchando su conversación.

-¿Qué propones?

-Te espero en el baño de mujeres en diez minutos.

La mujer sin decir más, se da vuelta alejándose y dejando a la vista la parte trasera del vestido, que tiene toda la espalda al descubierto.

Melisa entra a la casa con un paquete y enciende las luces.

-Mamá llama, pero no recibe respuesta.

Sube directo a su habitación y sin demora se prueba el vestido y se mira frente al espejo. Se suelta el cabello que la hace parecer mucho más grande de lo que es. Escucha una bocina y se asoma por la ventana, ve un auto parado en la entrada y de éste se asoma Cristina, haciendo señas para que vaya.

Melisa se observa una vez más en el espejo y se coloca una campera grande que la tapa hasta la cintura.

Melisa baja las escaleras y va a salir cuando comienza a sonar el teléfono. Ella se va a ir sin contestar, pero se detiene y toma el tubo.

-Hola... mamá, como va?? ¿Te quedas de los abuelos?- Melisa festeja para sí- Si, si yo cierro todo, no te preocupes. Un beso Melisa corta y sale de la casa, corre por el parque a oscuras hasta llegar al auto, se agacha por la ventana, su amiga está con su novio Pato, que maneja el auto.

-No estoy segura de esto, si mi mamá se entera...

-Dale, vamos... volvemos temprano... Matías está ya en la fiesta

-dice Cristina para convencerla- y le pregunto a Pato si ibas a ir

-dice ella acariciando a su novio.

-¿En serio?- pregunta Melisa

Pato le guiña el ojo afirmando lo que Cristina dice, Melisa asiente y se sube al auto, que arranca a gran velocidad.

Franco mira por las ventanas hacía la calle, sentados al sofá están Pamela y Lucio abrazados, Luciana corta el teléfono, evidentemente más relajada.

-Está en casa.

-Mejor dice Pamela y le extiende la mano a su hija.

-No sé ve a nadie en la calle, quédense tranquilos, puede ser que te haya perdido en el camino ¿si? dice Franco

Luciana asiente nerviosa.

-Pero nos encontró de nuevo, ¿Por qué? ¿Hasta cuándo esto? dice Pamela.

Lucio se dirige a su despacho.

-Tal vez está sea nuestra oportunidad para atraparlo y darle fin a todo eso. Tenemos una carta a favor, qué él no sabe que estoy acá.

-¿Qué está diciendo? ¿Usar a mi familia como señuelo?

-Tranquila Pamela, estoy acá para protegerlos -dice Franco Lucio sale de su despacho con un revolver y le dice que claro que los va a proteger

-Si este tipo llega a acercarse a mi casa, yo mismo lo mato. Luciana se abraza más a su madre, en busca de su calor maternal y su protección. Franco le pide a Lucio que guarde eso, que le deje manejar a él la situación. El bebe comienza a llorar, Liviana se acerca s un coche y lo toma en brazos, intentando calmarlo? Franco los mira.

-Nadie saldrá lastimado de ustedes, se los prometo. Necesito hablar con mi jefe.

Franco se dirige hasta el teléfono y marca de memoria el número de Almado.

Bruno entra al baño de mujeres y mira a su alrededor pero no ve a nadie, de repente la puerta de un baño se abre y sale de éste la mujer, insinuante, camina hacia él y Bruno retrocede hasta quedar contra la pared, le demuestra que queda a su merced y la mujer se ríe diciéndole que siempre quiso tenerlo así.

Lo acaricia suavemente desde el pecho hasta el cuello y al llegar hasta ahí, Bruno la toma por la cintura y cambia de posición, colocándola a ella contra la pared y la besa apasionadamente, la mujer se deja llevar pronta y enreda una pierna alrededor de Bruno.

El la toma por las manos y estira sus brazos hacia arriba, besándole con suavidad el cuello.

Sólo quería ponerlo en la posición de deberme un favor dijo, ya voy a ver como me lo cobro piensa Bruno casi por inercia, cuando se da cuenta hacia donde fue su mente se detiene y mira en seco a la mujer, ésta sin comprender le acaricia el rostro, lo vuelve a besar y Bruno se deja llevar de nuevo, pone su mano en la espalda, acariciándola.

Tengo mil formas para que te lo cobres guapa, piensa Bruno, cuando la mujer le susurra al oído cuanto le gusta, él sonríe

-Vos también Laura

La mujer se separa y lo mira ¿quién? Bruno baja la vista, ¿qué está haciendo? No quiere estar con esa mujer, no quiere estar con otra... El quiere estar con Laura y quiere tocar a Laura...

-Lo siento -dice Bruno.

-¿Qué pasa?

-No puedo... creo que estoy interesado en otra mujer.

-Enhorabuena querido, no soy celosa -dice la mujer intentando besarlo, pero él se corre.

-No puedo -dice Bruno

La mujer suspira desilusionada.

-Y se puede saber donde está esa mujercita? ¿Qué hace que no está acá contigo?

-Es que no sabe lo que me pasa.

-¿Y qué esperas para decirle?

-Es complicado, ella es complicada. Está loca, si la conocieras.

-Philip, las mujeres somos complicadas por naturaleza, es nuestro modo de subsistencia, ya que ustedes nos hacen parir tanto, tenemos que tomar alguna represalia...

Ella se mira al espejo y comienza a acomodarse el pelo.

-Pero el amor querido, no hay que esconderlo... ese si, hay que soltarlo por el mundo para que sea libre...

Bruno la mira sopesando lo que dice y una vez más, pensando en Laura.

Almado está sentado a la barra del bar al que va siempre, tiene frente a él un vaso de cerveza y juega con su alianza de casado, que aún lleva puesta, se la saca y la hace rodar por la mesa meditabundo. Se bebe el vaso de cerveza haciendo fondo blanco y llama al cantinero para que se lo vuelva a llenar.

-Pensé que había dejado la bebida -dice el cantinero, cuando le coloca el vaso lleno enfrente.

-Ya aprendí a controlarlo -dice Almado

-Todos dicen eso -dice el cantinero mientras limpia la mesada. Almado lo mira con cara de pocos amigos y el cantinero se encoge de hombros

-Tranquilo, yo sólo digo.

-Acá vengo para desentenderme del mundo dice Almado y le da un largo sorbo a su vaso.

El celular de Almado comienza a sonar, el lo mira y corta la llamada. Un hombre que está sentado a unos bancos de él, lo mira.

-¿Noche complicada?

-Año complicado -dice Almado suspirando y le da un nuevo sorbo al vaso

Franco cuelga el teléfono y les comenta que no tiene forma de comunicarse, Luciana asustada dice que deberían llamar a la policía local.

-De esa manera, podemos perder nuestra única oportunidad de atraparlo -dice Franco- es muy listo, se va a dar cuenta si algo sucede.

-¿Que propone entonces? -pregunta Lucio.

-Voy a hacer guardia toda la noche, ustedes acomódense para dormir en la sala, todos juntos. Cualquier cosa que suceda, voy a estar atento. Quédense tranquilos, no va a pasar nada malo.

-Si, cualquier cosa yo también estoy preparado -le dice Lucio mientras se acomoda el revolver en la cintura de su pantalón. Franco niega y se acerca a la ventana, observando a su alrededor y preguntándose dónde estará Almado que no le contesta, esa situación lo pone muy nervioso, pero sabe que no debe demostrarlo, debe enviarle tranquilidad a ésta familia. Cómo le gustaría contar ahora con el apoyo de Almado, eso lo ayudaría a conservar la calma.

El auto de Pato estaciona frente a la playa, el chico es el primer en bajar seguido de Cristina, que le abre la puerta a Melisa, incitándola a bajar. Ella la mira molesta.

-¿No era un club?

-Relájate y diviértete, ¿quieres? le dice Cristina riendo y la toma de la mano para que baje

Cuando lo hace, aprovecha para desprender el cierre de la campera y dejar que se vea el vestido.

Melisa se cruza los brazos sobre el pecho tímida. Ellas se acercan a Pato que conversa con Matías al lado del río, al verlas llegar, las saluda.

-Viste que linda está mi amiga dice Cristina abrazando a Melisa, ella la mira molesta.

-Cristina!

-Guapa, guapísima.

Dice Matías mirándole fijo, Melisa con timidez lo mira. Cristina toma la mano a Pato para caminar por la playa y aprovecha, para dejarlos solos.

Bruno sale del baño acomodando su ropa, el hall se encuentra vacío ya que habilitaron el ingreso a la sala. Rafael, el fotógrafo, pasa junto a Bruno y éste lo detiene.

-¿Y Laura? le pregunta Bruno

-No vino hoy

El fotógrafo no más decir esto, se dirige al interior de la sala, Bruno baja la vista desilusionado. Simón se acerca y lo toma por el brazo.

-¿Sabes algo de Almado o Franco? Quiero saber como fue el rastrillaje, si encontraron algo, pero no puedo comunicarme con ninguno de los dos

-Tranquilo, cuando tengan novedades nos van a llamar. Vamos que ya empieza.

Bruno y Simón entran y se dirigen a la primera fila del teatro, donde tienen lugares reservados junto a Juan Cruz. No más sentarse se abre el telón, tras un aplauso efusivo del público.

Laura entra de noche a un galpón abandonado, va caminando y alumbrándose con una linterna, ésta a la búsqueda de alguien, siente sollozos que provienen de algún lugar del galpón y gritando “ya voy Marisol” corre, pasa bajo una luces de emergencias naranjas que la dejan en varios momentos a oscuras. Los sollozos se hacen más pronunciados y ella acelera desesperada, entra por un pasillo y comienza a abrir las puertas y a revisar a gran velocidad con su linterna, todas las habitaciones pertenecen a una especie de clínica y se encuentran vacías y abandonadas. Al salir de la última habitación se detiene al sentir algo a sus espaldas, se da vuelta con lentitud y ve a su hermana en el piso llorando, Benjamín está encima abusando de ella, tocándola, besándola... Marisol con la mirada le suplica ayuda, Benjamín se recuesta sobre ella diciéndole que ya acaba y cuando se vuelve a levantar, la que está bajo él es Laura, llorando e intentando liberarse.

Laura se remueve nerviosa en su cama, evidentemente tiene pesadillas. Un sonido seco repercute en su casa y ella se despierta de golpe, busca a Godofredo que no duerme en su lugar habitual, a los pies de la cama. Ella lo llama susurrando, pero él perro no aparece.

Laura asustada, se arma de valor y se dispone a levantarse, no más apoyar los pies en el piso que siente que alguien la observa desde abajo de la cama. Contando en su interior hasta tres, se agacha y con rapidez revisa bajo la cama: no hay nadie.

Laura sale hacia el pasillo, con un palo de escoba en la mano que lleva en alto, dispuesta a utilizarlo como arma en caso de que sea necesario, vuelve a llamar a Godofredo sin obtener respuesta. Se escucha el sonido de algo que se rompe en el comedor, Laura pega un saltito sobresaltada y se queda en su lugar esperando que alguien aparezca por el pasillo, camino a su habitación para buscarla, pero nadie aparece. Ella sigue caminando y cuando llega al comedor ve a Godofredo, intentando comer algo de una bandeja que quedo en la mesa, en el exabrupto y con sus gruesas patas fue tirando cosas al azar. Laura no lo puede creer, deja el palo y le grita a su perro para que se aleje de ahí, lo toma del collar y lo lleva de regreso a la habitación, mientras se agarra la cabeza pensativa.

-Me estoy volviendo loca.