CAPÍTULO XIV “El fuego que arde desde las entrañas”
El fuego arde desde tus entrañas...
Benjamín Cabrera piensa en ésto, sentado a la barra de un bar comiendo un sándwich. Frente a él hay una hornalla prendida que observa, perdido en el fuego.
Recuerda aún los olores, la noche del incendio en el reformatorio. Toda la idea había sido de Adriana, ella lo había ayudado a pensarla, organizarla y ejecutarla. Cuando hacerlo, por donde salir, como iniciar el fuego y quién lo reemplazaría en el incendio.
Todo el plan había sido perfecto, durante la limpieza de las habitaciones, de la cuál se ocupaba Benjamín, escondieron el cuerpo de un chico en los tubos de ventilación, se encontraba inconsciente por una droga que Adriana le suministro. La mujer no le explico mucho y él tampoco quiso preguntar, pero pudo percibir en ella el despecho de una mujer enamorada. Seguramente la abandono- pensó Benjamín
El resto había sido fácil, un cambio de roles: Benjamín la había ayudado a iniciar el fuego, que le permitiría huir y acabaría con la vida del amante frustrado de Adriana Miranda.
A cambio ella lo ayudaría a llevar adelante su venganza, su lucha para que sepan que él no era uno más, que con él no se podía jugar. Pero para eso faltaba, Benjamín debía ser metódico como un buen soldado, obedecer a rajatabla el plan congeniado. Al asegurarse que el fuego se había iniciado, Benjamín reemplazo su lugar en la cama por el amante de Adriana y se refugio en los tubos de ventilación, que ya había recorrido una y otra vez los últimos meses, hasta saberlos de memoria.
Al avanzar unos metros, se detuvo.
Los gritos en la habitación lo sorprendieron y paralizaron. Al instante comenzó a sentir el exquisito olor de la carne quemándose y se quedo allí, para llenar sus pulmones de esa fragancia, que colmo todo su interior, hasta sentir que el fuego ardía desde sus entrañas.
Algo lo distrae de sus pensamientos, trayéndolo de nuevo a ese lugar, a ese bar y al ahora, dónde estaba tan cerca de concretar su plan.
En la televisión una periodista habla sobre El estrangulador, mostrando un boceto de Benjamín y anunciándolo con nombre y apellido, es un hombre muy peligroso y si alguien lo ve, debe comunicarse con las autoridades de inmediato.
Benjamín disimuladamente se pone una gorra y saca unos billetes para pagar lo consumido, cuando lo hace, el dueño del restaurante le pone la mano encima.
-Es usted!! dice asustado- Carmén, llama a la policía El dueño mira a la cajera del lugar, la cuál asiente y comienza a marcar un número. Benjamín toma una botella de la barra y la parte, con ferocidad, sobre la cabeza del hombre, echándolo para atrás. Entre el griterío de los clientes y Carmen, Benjamín aprovecha para salir corriendo del lugar.
En la sala de usos múltiples de la comisaría, se está llevando adelante una conferencia de prensa, frente a un atril está Almado que conversa con una docena de periodistas, de los distintos medios, Bruno está sentado en primera fila y ve entrar a Laura con su fotógrafo, ella lo saluda pero él, avergonzado, le desvía la mirada, como si no la hubiera visto, ella se pregunta ¿que bicho le habrá picado a éste? La enojada debería ser yo por lo que hizo. Almado va respondiendo una a una las preguntas que surgen desde los medios, todas en relación a los avances del caso, él ya dio muchas conferencias durante su carrera y sabe que se encuentra con distintos tipos de periodistas: él que se opone a la policía y la desafía, creyendo que nunca hacen lo suficiente, con éstos jamás pierde mucho tiempo. Los que intentan vender en sus medios a un monstruo asesino, para sembrar el terror en la gente, ni uno ni otro le parecen ni objetivos ni productivos.
Pero hay un tercer grupo que intentan difundir la verdad, acompañando a la fuerza, difundiendo las noticias, con el menor grado de distorsión posible, porque un grado de alteración de la información, es casi inevitable.
Y a este grupo, es al que Almado busca sumar como aliado, el objetivo de ésta conferencia no es informativa, sino es aprovechar las herramientas que los medios proveen y difundir las imágenes de Benjamín y de Elisa, pedirles al público en general que aporten cualquier información al respecto, que el tiempo se les acaba y es una cuestión de vida o muerte.
Con ésto, Almado da por cerrada la conferencia, alejándose con un eco de preguntas de fondo, Franco sube al escenario y les informa que eso es todo, agradece la asistencia en general.
A la salida de la sala de usos múltiples, un grupo de periodistas se agrupa en torno a Bruno para obtener su declaración, en relación a los asesinatos cometidos por el Estrangulador. Bruno contesta cada una de las preguntas, aclarando que los mismos datos que puede aportar, son los ya dados por el oficial Almado, él busca con la mirada a Laura, pero no esta allí.
-¿Es verdad señor Plass que tuvo un encuentro con el Estrangulador en el cementerio?
-Si, pero lamentablemente no pude capturarlo.
-Bueno, pero gracias a usted obtuvieron un perfil ampliado de el Estrangulador le dice una periodista, sonriendo coqueta. ¿Dónde estará? piensa Bruno buscando a Laura entre el gentío que se aleja, se da cuenta que la periodista espera una respuesta y se castiga mentalmente- Presta atención, presta atención!
-Espero que ayude en algo contesta Bruno.
Un par de preguntas más surgen y Bruno las responde brevemente, cuando ve a Laura al fondo del lugar, bebiendo agua de un dispensador. El le da un cierre a la entrevista y se dirige lentamente hacia ella
-Qué raro que no estuvieras ahí primero, matándome a preguntas!Bruno le sonríe.
Laura se da vuelta y lo mira cansada, él la saluda.
-Ah, ¿ahora saludas?
-¿Qué quieres decir? pregunta Bruno avergonzando
-Claro, hazte el tonto Ella deja el vaso en el dispensador- Que te sale bien. Y con respecto a tu pregunta, ya obtuve todo lo que quería de la conferencia de Almado.
-Mmm, eso es muy protocolar para ti... Me extraña...
-No estoy de ánimo para esto hoy. En serio, búscate a otra con quién pelear. ¿No es que para ti, hay montones de mujeres? Bruno la mira preocupado, Laura siempre se une a sus “peleas”, es más, Bruno no recuerda haberse divertido tanto con nadie, como cuándo pelea con ella. Pero que Laura no éste de ánimos para pelear con él, significa que algo le está pasando.
El le va a comentar esto, cuando el fotógrafo que trabaja con Laura se acerca diciendo si interrumpe algo, ella niega y le dice que si ya termino pueden irse. El fotógrafo asiente y tras saludar a Bruno, los dos se alejan del lugar.
Adriana está hablando por su celular en el patio del reformatorio, mientras fuma un cigarrete, conversa brevemente con la persona y corta la comunicación, tira el cigarrillo que apaga en el piso justo cuando alguien la toma por detrás, tapándole la boca. Adriana asustada se deja llevar y cuando la sueltan, descubre que es Benjamín. Ella lo mira sorprendida y alterada lo mete a su automóvil
-¿Qué haces acá? Estás loco dice ella
-No, es que esto se nos fue de las manos. Me van a atrapar, me van a atrapar Adriana- dice Benjamín alterado, al borde del llanto. Ella lo toma por las mejillas y lo mira intentando calmarlo
-No podes perder el eje, todo depende de ti. No te olvides Al escuchar esto, Benjamín se larga a llorar como un niño y busca el consuelo de los brazos de ella, pero Adriana, huraña, lo aleja
-No puedo Adriana, no puedo
-Vas a tener que poder, yo arriesgue mucho por ti. ¿Me entiendes? Ella lo mira terminante, Benjamín asiente sumiso. Adriana mira a su alrededor, negando
-Tienen mi foto, me están buscando dice Benjamín cabizbajo
-¿Cómo la obtuvieron? pregunta Adriana intrigada
-Te digo, pero prométeme que no te vas a enojar
Adriana lo mira con pocas pulgas, Benjamín nervioso continua
-Fui al cementerio- dice Benjamín
Adriana al escuchar eso, niega molesta.
-Me crucé con Bruno y una tipa... Perdón- continua Benjamín
-Te metes en líos sólo Benjamín, cómo puede ser!!!
-Perdón dice Benjamín llorando
Adriana se enternece y lo abraza.
-Bueno, ya está. Tú concéntrate en mañana, yo me voy a ocupar de despistarlos.
-¿En serio?- dice él aliviado
-Claro contesta ella y lo besa en la boca Yo me ocupo de todo, ¿vale?
Adriana se dirige al interior del reformatorio cuando escucha una voz a sus espaldas
-Te veooo
Ella se da vuelta y se encuentra con Pedro que la observa desde una ventana, sonriendo. Adriana lo mira preocupada ¿Cuánto vio? Bruno sale de la oficina de Almado con Juan Cruz, éste le dice que lo espere, se olvido su celular.
Bruno asiente y se dirige a la salida, cuando ve a la policía con la que se encontró esa mañana, cotilleando con otra y riendo por lo bajo.
El siente que las mejillas se le ponen rojas a más no poder, aprieta los dedos de su mano. Las policías lo ven y se murmuran algo entre sí.
Definitivamente están hablando de mi, mal de mi piensa Bruno consternado. Una fuerza extraña lo aferra al piso, impidiéndole reaccionar, hablar, decirle que le puede demostrar quién es dónde y cuándo ella quiera. Pero… ¿Eso es cierto? se pregunta Bruno, cuando sale Juan Cruz y lo toma del brazo.
-¿Todo bien?- dice Juan Cruz
Bruno asiente y los dos hombres salen de la comisaría, con el coro de las risitas de las mujeres de fondo. Juan Cruz las mira sin comprender y le susurra a su amigo
-¿Tengo algo en la cara?
Bruno va en el auto junto a Juan Cruz, ambos van en silencio, Bruno pensativo, Juan Cruz cambiando el dial de la radio.
-Juan Cruz empieza Bruno pero se detiene
-¿Qué? dice su amigo
-Nada
-¿Cómo nada? Ibas a hablar dice Juan Cruz exasperado.
-Alguna vez te paso… que estabas con una mujer y...
-¿Y no pudiste? Bueno, eso es algo normal, que a muchos hombres le suele pasar... no te sientas mal...
-¿Puedes parar? No tiene que ver con eso... Estaba con ésta mujer, guapísima, fogosa.... y no podía sacarme de la cabeza a otra... Fue frustrante Bruno se golpea la pierna enojado
-¿Y no lo hiciste?
-No, no me pareció justo para ella.
-Pero ¿qué pasa contigo? ¿Desde cuándo pierdes la oportunidad para estar con una mujer? No me decepciones tío, que sabes que vivo a través de ti...
Bruno niega molesto, Juan Cruz no es la persona indicada para hablar de eso. Por más que lo intente, no está en su sentir, comprender lo que le pasa en esos momentos.
Bruno mira por la ventana, la nada a su alrededor y se pregunta ¿Que haría? ¿Qué haría en su lugar Philip Plass?