3. EL IMPROBABLE MUNDO DE LO NO EXPLICADO
Nuestro pasado histórico está armado por piezas a través de conocimiento indirecto. Excavaciones, viejos textos, dibujos en cavernas, leyendas, y así en adelante, fueron usados para construir una hipótesis de trabajo. A partir de este material, un impresionante e interesante mosaico fue armado, pero era el producto de un patrón de pensamiento preconcebido en el cual las partes siempre se pudieron colocar, aunque a veces el cemento quedó demasiado visible. Un evento debe haber sucedido de esta forma, de ésta y no de otra. Y cuidado, si eso es lo que los eruditos querían, realmente sucedió de esta forma. Tenemos derecho, en realidad debemos, de dudar de cada patrón de pensamiento aceptado y de cada hipótesis de trabajo, porque si las ideas existentes no pueden transformarse en preguntas, la investigación se ha terminado. Así que nuestro pasado histórico es sólo relativamente cierto. Si nuevos aspectos sobre él aparecen, las viejas hipótesis, no importa en qué tan familiares se hayan convertido, deben ser reemplazadas. Parece que el momento de introducir una nueva hipótesis y colocarla en el mismo centro de nuestra investigación, ha llegado.
Nuevos conocimientos sobre el sistema solar y el universo, sobre el macrocosmos y el microcosmos, tremendos avances en tecnología y medicina, en biología y geología, el comienzo de los viajes espaciales —éstas y muchas otras cosas han alterado completamente nuestra figura del mundo en menos de cincuenta años.
Hoy sabemos que es posible hacer trajes espaciales que puedan aguantar temperaturas extremas de calor y frío. Hoy sabemos que los viajes espaciales no son una utopía. Estamos familiarizados con el milagro de la televisión color, así como podemos pedir la velocidad de la luz y calcular las consecuencias de la teoría de la relatividad.
Nuestra idea del mundo, que está casi congelada en inamovilidad, empieza a ceder. Nuevas hipótesis de trabajo y nuevos criterios. Por ejemplo, en el futuro, la arqueología no podrá ser una simple materia de excavación. Simplemente coleccionar y clasificar los hallazgos no parece ya adecuado. Otras ramas de la ciencia deberán ser consultadas y utilizadas si queremos dibujar una figura confiable de nuestro pasado.
Así que entremos en el nuevo mundo de lo improbable con una mente abierta y llena de curiosidad. Intentemos tomar posesión de la herencia que los «dioses» nos han legado.
Al comienzo del siglo XVIII se encontraron antiguos mapas que habían pertenecido a un oficial de la marina turca, Almirante Piri Reis, en el palacio Topkapi. Dos altas conservados en la Biblioteca de Berlín, que contienen exactas reproducciones del Mediterráneo y la región alrededor del Mar Muerto, también vienen de Piri Reis.
Estos mapas fueron entregados al cartógrafo americano Arlington H. Mallerey para su estudio. Mallerey confirmó el extraño hecho que todos los datos geográficos estaban presentes, pero no dibujados en el lugar correcto. Buscó la ayuda de Mr. Walters, cartógrafo de la oficina hidrográfica de la marina de USA. Mallerey y Walters armaron una grilla y transfirieron los mapas a un moderno globo. Hicieron un sensacional descubrimiento. Los mapas eran absolutamente exactos —y no solamente respecto al Mediterráneo o al Mar Muerto. Las costas de Norte y Sudamérica e incluso los contornos de la Antártida estaban precisamente delineados en los mapas de Piri Reis. Estos mapas no sólo reproducían los contornos de los continentes, sino que también mostraban la topografía del interior: Montañas, picos, islas, ríos y llanuras estaban dibujadas con absoluta precisión.

En 1957, el Años Geofísico, los mapas fueron entregados al Padre Jesuita Lineham, a la vez director del Observatorio Weston y un cartógrafo en la marina norteamericana, Luego de pruebas escrupulosas, el padre Lineham, también tuvo que confirmar que los mapas eran fantásticamente exactos —incluso en regiones que han sido poco exploradas hoy en día. Incluso, las zonas montañosas de la Antártida que ya figuran en los mapas de Reis, no fueron descubiertos hasta 1952. Han estado cubiertas de hielo durante cientos de años, y nuestros mapas actuales se han dibujado con la ayuda de aparatos de ultra sonido.
Los últimos estudios del Profesor Charles H. Hapgood y el matemático Richard W. Strachan, dan una información más demoledora. Comparados con modernas fotografías de nuestro globo, tomadas de satélites, se ve que los mapas de Reis deben haber sido fotos aéreas tomadas desde una gran altura. ¿Cómo puede explicarse esto?
Una nave espacial se cierne sobre El Cairo y apunta su cámara derecho hacia abajo. Cuando la película se revela aparece una foto en la que todo lo que se encuentra en un radio de 5000 millas de El Cairo se reproduce correctamente, porque está directamente debajo del lente. Pero los países y continentes se van distorsionando cada vez más a medida que nos alejamos del centro de la foto.
¿Por qué es esto?
Debido a la forma esférica de la tierra, los continentes apartados del centro parecen «hundirse hacia abajo». Sudamérica, por ejemplo, aparece extrañamente distorsionada en longitud, ¡exactamente como en los mapas de Piri Reis! Y exactamente como sucede con las fotos tomadas desde la Luna.

Mapa de Piri Reis.

Proyección azimutal equidistante centrada en el Cairo.
Hay una o dos preguntas que pueden ser contestadas rápidamente. Por supuesto que nuestros antepasados no dibujaron esos mapas. No hay duda que los mapas deben haber sido hechos con la más moderna ayuda técnica desde el aire.
¿Cómo explicamos esto? ¿Debemos creer en la leyenda de que un dios se los dio a un sacerdote? ¿O simplemente debemos no darle importancia porque el «milagro» no encaja en nuestra idea del mundo? ¿O debemos valerosamente sacudir un nido de avispas y declarar que esta cartografía de nuestro globo fue hecha desde una nave volando muy alto o desde una nave espacial?
Es admitido que los mapas del almirante turco no son originales. Son copias de copias de copias. Pero incluso si dataran del siglo XVIII cuando fueron encontrados, los hechos siguen siendo inexplicables. ¡Quien los hizo tuvo que ser capaz de volar y además tomar fotografías!
No muy lejos del mar, en los Andes Peruanos, yace la antigua ciudad de Nazca. El Valle Palpa contiene una franja a nivel del suelo de alrededor de 37 millas de largo y 1 milla de ancho, salpicada con trozos de rocas que parecen pedazos de hierro oxidado. Los habitantes llaman pampa a esta región, aunque no hay en ella ninguna vegetación. Si se vuela sobre este territorio —la llanura de Nazca— se pueden ver estas líneas gigantes, en forma geométrica, algunas corriendo en forma paralela a otras, mientras otras se cruzan o están rodeadas de grandes áreas trapezoidales.
Los arqueólogos dicen que son caminos de los Incas.
¡Una idea absurda! ¿Para qué les servirían a los incas caminos paralelos unos con otros? ¿Caminos que se intersectan? ¿Caminos que marchan por una llanura y de repente se terminan?
Naturalmente vasijas típicas de Nazca y cerámicas también se encontraron acá, pero es una sobresimplificación atribuir las líneas geométricas a la cultura Nazca solamente por esa razón.
Ninguna excavación seria se realizó en la zona hasta 1952. No hay una cronología establecida para todas las cosas que se hallaron. Solamente que ahora las líneas geométricas fueron medidas. Los resultados claramente confirman la hipótesis de que las líneas fueron trazadas de acuerdo a planes astronómicos. El profesor Alden Mason, un especialista en antigüedades peruanas, sospecha signos de algún tipo de religión, e incluso tal vez un calendario.
Vista desde el aire, la planicie de 37 millas de largo de Nazca, da la nítida impresión de una pista de aterrizaje.
¿Qué tiene tan de inverosímil la idea?
La investigación, que supone conocimiento, no es posible antes de que lo que se va a investigar se ha encontrado. Una vez encontrado, es pulido incansablemente hasta que se convierte en una roca que —milagrosamente— encaja exactamente en un mosaico preexistente. La arqueología clásica no admite que los pueblos pre-incaicos tuvieran una técnica perfecta en agrimensura. Y la teoría de que hayan existido aeronaves en la antigüedad es puro absurdo para ellos.
En este caso, ¿para qué sirven las líneas de Nazca? De acuerdo con mi modo de pensar, pudieron haberse colocado en su gigantesca escala trabajando a partir de un modelo y usando un sistema de coordinadas, o también se pudieron construir de acuerdo a instrucciones desde una aeronave. Pero aún no es posible decir con certeza que la llanura de Nazca haya sido una pista de aterrizaje. Si se usó hierro, ciertamente no se podrá encontrar, porque no hay hierro prehistórico. Los metales se corroen en pocos años, la roca nunca. ¿Qué tiene de malo la idea de que las líneas fueron colocadas para decir a los «dioses»: «¡Aterricen aquí! Todo ha sido preparado como lo ordenaron»?. Los constructores de las figuras geométricas puede ser que no tuvieran idea de lo que estaban haciendo. Pero quizás sabían perfectamente lo que los «dioses» necesitaban para aterrizar.
Dibujos enormes que indudablemente son señales para un ser flotando en el aire se encuentran en las montañas en muchas partes de Perú. ¿Para qué otro propósito podrían servir?

Mono.

Ballena.

Flor/Rosa.

Círculos concéntricos.

Colibrí.

Líneas.

Plano general de las líneas de Nazca.
Uno de los dibujos más peculiares está tallado en la alta pared roja de los acantilados de la Bahía de Pisco. Si se llega por mar, se ve la figura de cerca de 820 pies de altura, desde una distancia de más de 12 millas. Si se piensa a qué se parece, la reacción inmediata es que parece un gigantesco tridente o un colosal candelabro de tres brazos. Y una larga cuerda se encontró en la columna central de este signo de piedra. ¿Sirvió como un péndulo en el pasado?
Para ser honestos, debemos admitir que estamos en la oscuridad cuando queremos explicarlo. No puede ser incluido con un significado lógico en los dogmas existentes, lo que no quiere decir que no haya un truco por el cual los eruditos puedan conjurar el fenómeno en el gran mosaico del pensamiento arqueológico admitido.
¿Pero qué puede haber inducido a los pueblos preincaicos a construir las fantásticas líneas en Nazca? ¿Qué locura los llevó a crear los signos de piedra de 820 pies de altura en los rojos acantilados al sur de Lima?
Estas tareas habrían llevado décadas sin máquinas modernas y tecnología. Toda su actividad sería sin sentido si al final el producto de sus esfuerzos no tuviera el sentido de signos para seres acercándose desde grandes alturas. La estimulante pregunta todavía está sin contestar: ¿Por qué hicieron todo esto si no tenían idea de que realmente existían seres que volaban?
La identificación de los hallazgos no puede seguir quedando como una materia solamente arqueológica. Un consejo de científicos de diferentes campos de investigación ciertamente nos llevarían más cerca de la solución del rompecabezas. Cambio de opiniones y diálogo definitivamente podría iluminar la visión. Pero los científicos no toman estas preguntas en forma seria, y existe el riesgo de que la investigación no llegue a conclusiones definitivas. ¿Viajeros espaciales en las brumas grises del pasado? Una pregunta inadmisible para científicos académicos. Cualquiera que haga preguntas de ese tipo debe ser un enfermo psiquiátrico.
Pero las preguntas están allí, y las preguntas, gracias a los Cielos, tienen la cualidad impertinente de permanecer en el aire hasta que son contestadas. Y hay muchas preguntas inadmisibles de este tipo. Por ejemplo, ¿qué diría la gente si hubiera un calendario que dé los equinoccios, las estaciones astronómicas, las posiciones de la luna para cada hora e incluso el movimiento de la luna, incluso tomando en cuenta la rotación de la tierra?
Ésta no es una pregunta hipotética. El calendario existe. Fue encontrado en el barro seco de Tiahuanaco. Es un hallazgo desconcertante. Descubre hechos irrefutables y prueba —¿puede nuestra seguridad aceptar dicha prueba?— que los seres que produjeron, dibujaron y usaron el calendario tenían una cultura superior a la nuestra.
Otro descubrimiento fantástico es el Gran Ídolo. Este bloque único de roja roca de arena mide más de 24 pies y pesa 20 toneladas. Fue encontrado en el Viejo Templo. Nuevamente tenemos una contradicción entre la superior calidad y precisión de los cientos de símbolos por toda la superficie del ídolo y la técnica primitiva usada para el edificio que lo alberga. Realmente es llamado el Viejo Templo por su primitiva técnica.



H. S. Bellamy y P. Allan dieron una interpretación bastante razonable de los símbolos en su libro El Gran Ídolo de Tiahuanaco. Concluyen que los símbolos registran un enorme cuerpo de conocimientos arqueológicos y están basados, de hecho, en una tierra redonda.
Concluyen que lo allí registrado concuerda perfectamente con la teoría de Hoerbiger sobre los satélites, publicada en 1927, cinco años antes de que el ídolo fuera descubierto. Esta teoría postula que un satélite fue capturado por la tierra. A medida que fue arrastrado hacia la tierra disminuyó la velocidad de revoluciones de la tierra. Finalmente se desintegró y fue reemplazado por la luna.
Los símbolos del ídolo registran exactamente el fenómeno astronómico que podría acompañar esta teoría en un tiempo en que el satélite estaba haciendo 425 revoluciones alrededor de la tierra en un año de 299 días. Están forzados a reconocer que el ídolo registra el estado de los cielos hace 27 000 años. Escribieron, «Generalmente, las inscripciones del ídolo dan la impresión… de que fueron concebidas como un registro para las futuras generaciones».
Aquí realmente hay un objeto de gran antigüedad que requiere una mejor explicación que «un antiguo dios». Si esta interpretación de los símbolos puede ser defendida, debemos preguntarnos si este conocimiento astronómico fue desarrollado por un pueblo que tenía mucho que aprender de construcción o si vino de fuentes extraterrestres. En cualquier caso, la existencia de tan sofisticado cuerpo de conocimientos hace 27 000 años, demostrado tanto en el ídolo como en el calendario, es un pensamiento asombroso.
La ciudad de Tiahuanaco está abarrotada de secretos. La ciudad yace a una altura de más de 13 000 pies, y está a millas de cualquier lado. Saliendo desde Cuzco, Perú, se llega a la ciudad y los sitios de excavación después de varios días de viaje por tren y barco. La meseta parece el paisaje de un planeta desconocido. La labor manual es una tortura para cualquiera que no sea un nativo. La presión atmosférica es alrededor de la mitad de lo que es a nivel del mar y el contenido de oxígeno del aire es correspondientemente pequeño. Y sin embargo, una ciudad enorme se emplazó en esta meseta.
No hay tradiciones auténticas sobre Tiahuanaco. Tal vez debamos estar contentos en este caso de que no pudieron alcanzarse respuestas aceptables para el conocimiento ortodoxo heredado. Por encima de las ruinas, que son increíblemente antiguas (qué tanto no sabemos aún), yace la bruma del pasado, ignorancia y misterio.
Bloques de piedra que pesan 100 toneladas tienen una capa de otras rocas de 60 toneladas para formar paredes. Superficies lisas con ochava perfectamente exactas se juntan con enormes rocas cuadradas que están mantenidas juntas con abrazaderas de cobre.


Además, todo el trabajo en piedra está hecho excepcionalmente prolijo. Agujeros de 9 pies de largo, cuyo propósito no ha sido explicado al día de hoy, se encuentran en bloques que pesan 10 toneladas. Canales de agua en la roca, de 6 pies de largo y 1 y 1/2 de ancho, se encuentran diseminados como juguetes, obviamente por una catástrofe de grandes dimensiones. Esto hallazgos nos anonadan por su exacto trabajo manual.
¿Nuestros antepasados de Tiahuanaco no tenían nada mejor que hacer que pasar años —sin herramientas— haciendo canales para agua con tanta precisión que nuestros modernos canales de concreto parecen el trabajo de gente sin preparación al compararlos?
En un patio que ha sido reconstruido hay un revoltijo de cabezas de piedra que, con una observación de cerca, parecen de las más variadas razas, porque unas tienen labios finos, otras hinchados, algunas narices largas, otras aguileñas, algunas orejas delicadas, otras gruesas, algunos facciones suaves, y otras angulares. Y algunas cabezas llevan extraños cascos. ¿Acaso estas figuras desconocidas están tratando de dar un mensaje que no podemos o no queremos entender, impedidos por nuestra terquedad y prejuicios?

Una de las maravillas arqueológicas de Sudamérica es la monolítica Puerta del Sol de Tiahuanaco.
Una gigantesca escultura, de casi 10 pies de altura y 16 y medio pies de ancho, tallada en un solo bloque. El peso de esta pieza se estima en más de 10 toneladas. Cuarenta y ocho figuras cuadradas colocadas en tres filas rodean un ser que representa un dios volador.
¿Qué dice la leyenda de la misteriosa ciudad de Tiahuanaco?
Cuenta sobre una nave espacial dorada que vino de las estrellas, en ella vino una mujer de nombre Oryana, con la misión de convertirse en la Gran Madre de la Tierra. Oryana sólo tenía cuatro dedos, unidos por membranas. La Gran Madre Oryana tuvo 70 hijos terrestres y después volvió a las estrellas.
De verdad encontramos dibujos en las rocas de seres con cuatro dedos en Tiahuanaco. Su edad no puede ser determinada. Nadie de las eras conocidas para nosotros vio a Tiahuanaco antes de estar en ruinas.
¿Qué secretos guarda esta ciudad? ¿Qué mensaje de otros mundos espera su solución en la meseta boliviana? No hay explicación plausible para el comienzo o el fin de esta cultura. Por supuesto, esto no detiene a algunos arqueólogos que dan la afirmación de que este sitio tiene 3000 años, con toda confianza. Fijan esta fecha por un par de ridículas pequeñas figuras de barro, que no pueden tener nada en común con la etapa del monolito. Los eruditos hacen las cosas fáciles para ellos. Su método es obviamente mucho más simple que la idea de una vergonzosa habilidad técnica haya existido, o el pensamiento de viajeros espaciales en el pasado distante. Esto sería complicar las cosas innecesariamente.
¡No debemos olvidar Sacsahuaman! No me refiero aquí a los fantásticos trabajos de defensa de los Incas que yacen unos pocos pies por encima de Cuzco, ni a los bloques monolíticos que pesan más de 100 toneladas, ni a los muros en forma de terraza, con más de 1500 pies de largo y 54 pies de ancho, en frente a los cuales los turistas se paran y toman fotos de recuerdo hoy en día. Me refiero a la Sacsahuaman desconocida, que yace una media milla de distancia de la conocida fortaleza inca.





Nuestra imaginación no puede concebir qué recursos técnicos usaron nuestros antepasados para extraer una roca monolítica de 100 toneladas de una cantera y transportarla para trabajarla a un punto distante. Pero cuando nos enfrentamos a un bloque de un peso estimado de 20 000 toneladas, nuestra imaginación tiene un shock. En el camino de vuelta de la fortaleza de Sacsahuaman, en el cráter de la ladera de la montaña, unas pocas yardas más lejos, el visitante se enfrenta a una monstruosidad. Es uno bloque de roca único del tamaño de un edificio de cuatro pisos. Ha sido decorado impecablemente por trabajo artesanal; tiene escalones y rampas y está adornado con espirales y hoyos. Seguramente esto no debe haber sido una actividad de distracción para los incas. Seguramente es mucho más lógico pensar que haya servido para un inexplicable propósito. Para hacer la solución del acertijo aún más difícil, el bloque monstruoso se apoya en su cabeza. Los escalones van hacia abajo; los hoyos apuntan en diferentes direcciones; extrañas depresiones con forma quizás de sillas, parecen estar flotando en el espacio. ¿Quién puede imaginar que manos humanas y esfuerzo humano excavaron, transportaron y decoraron esta roca? ¿Qué poder la volcó cabeza abajo?
¿Qué fuerzas titánicas trabajaron aquí?
¿Y con qué fin?
Todavía estupefactos por esta monstruosidad de piedra, los visitantes encuentran, apenas a 900 yardas, vitrificaciones de roca de un tipo que sólo sería posible por el derretimiento de roca a temperaturas extremadamente altas. Al sorprendido visitante le explican que la roca fue molida por glaciares. La explicación es ridícula. Un glaciar, como cualquier masa que fluye, se inclina hacia un lado. ¡Difícilmente se puede asumir que un glaciar fluyó en seis direcciones diferentes pon encima de un área de unas 18 000 yardas cuadradas!
Sacsahuaman y Tiahuanaco esconden una enorme cantidad de misterios prehistóricos para los que explicaciones superficiales pero bastante poco convincentes se han construido. Sin embargo, vitrificaciones de arena también se encuentran en el desierto de Gobi y cerca de antiguos lugares arqueológicos de Irak. ¿Quién puede explicar por qué estas vitrificaciones se parecen a las producidas por las explosiones atómicas en el desierto de Nevada?
¿Cuándo se hará algo decisivo para da una respuesta convincente para los acertijos prehistóricos? En Tiahuanaco hay colinas artificiales cuyos «techos» están absolutamente parejos por un área de 4784 yardas cuadradas. Parece muy probable que haya edificios escondidos bajo ellas. Hasta hoy ninguna trinchera ha sido cavada, ninguna pala está trabajando para resolver el misterio. Admitido, el dinero es escaso. Sin embargo, el viajero ve muy a menudo a soldados y oficiales que obviamente no tienen nada útil que hacer. ¿Qué hay de malo en dejar que una compañía de soldados lleven adelante una excavación bajo supervisión de expertos?
El dinero está disponible para tantas otras cosas en el mundo. La investigación para el futuro es de absoluta importancia. Mientras nuestro pasado esté sin descubrir, una de las vías de entrada al futuro estará en blanco. ¿Acaso no puede el pasado ayudar a lograr soluciones técnicas que no tendrán que ser encontradas por primera vez porque ya existieron en la antigüedad?
Si la urgencia de descubrir nuestro pasado no es suficiente incentivo para poner en movimiento al moderno trabajo de investigación, de repente un camino alternativo se puede usar. Hasta hoy a ningún científico se le ha pedido que use aparatos modernos para medir la radiación en Tiahuanaco, Sacsahuaman, la legendaria Sodoma, o el desierto de Gobi. Los textos cuneiformes y las tablas de Ur, los libros más antiguos de la humanidad, cuentan sin excepción sobre «dioses», que manejaban barcos en el cielo, sobre «dioses» que vinieron de las estrellas, poseían armas terribles, y volvieron a las estrellas. ¿Por qué no los buscamos, a esos antiguos «dioses»? Nuestros radio-astrónomos mandan señales al universo para hacer contacto con inteligencias desconocidas. ¿Por qué no buscamos antes o simultáneamente las huellas de inteligencias desconocidas en nuestra tierra, que está mucho más cerca? Porque no estamos marchando ciegamente en un cuarto oscuro —las huellas están allí para que todos las vean.
Unos 2000 años antes de nuestra era, los sumerios comenzaron a registrar el glorioso pasado de su pueblo. Todavía no sabemos de dónde vinieron. Pero sabemos que los sumerios trajeron consigo una cultura superior que impusieron a los semibárbaros semitas. También sabemos que buscaron siempre a sus dioses en los picos de las montañas y que si no habían picos en las regiones que habitaban, construían montañas artificiales en las llanuras. Su astronomía estaba increíblemente desarrollada. Sus observatorios lograron estimaciones de la rotación de la luna que difieren de las actuales por no más de 0.4 segundos. Sumado a la fabulosa Épica de Gilgamesh, sobre la que volveré más adelante, nos dejaron algo sensacional. En la colina de Kuyunjik (antes Nineveh) fue encontrado un cálculo con el resultado final del 195 955 200 000 000.
¡Un número con 15 dígitos! Nuestros a menudo citados y extensivamente estudiados ancestros de la cultura occidental, los griegos, nunca superaron la cifra de 10 000 durante el más brillante período de su civilización. Cualquier cosa por encima era simplemente definida como «infinito».
Las antiguas inscripciones cuneiformes otorgan a los sumerios con una fantásticamente larga vida. Los diez reyes originales rigieron por un total de 456 000 años, y los treinta y tres reyes que tuvieron la dura tarea de reconstrucción después de la Inundación, mantuvieron el poder durante 24 510 años, 3 meses y tres días y medio.
Períodos de años absolutamente incomprensibles para nuestro modo de pensar, aunque los nombres de los gobernantes existen en largas listas, prolijamente perpetuados en sellos y monedas. ¿Qué pasaría si también aquí nos animáramos a sacarnos nuestras vendas y mirar a las cosas viejas con ojos de hoy?
Supongamos que astronautas extranjeros visitaron el territorio de los sumerios hace miles de años. Aceptemos que establecieron los cimientos de la civilización y cultura de los sumerios y regresaron a su planeta, después de darles estímulos para su desarrollo. Vamos a postular que la curiosidad los hico volver a la escena de su trabajo pionero cada 100 años terrestres para verificar el resultado de su experimento. Dados los estándares de nuestra actual expectativa de vida, los mismos astronautas podrían fácilmente haber sobrevivido por 500 años terrestres. La teoría de la relatividad muestra que los astronautas habrían envejecido solamente cuarenta años durante estos vuelos, viajando en una nave a casi la velocidad de la luz. Durante los siglos, los sumerios habrían construido torres, pirámides y casas con todo confort; habrían ofrecido sacrificios a sus dioses, y habrían esperado su regreso. Y luego de cientos de años terrestres realmente volvieron. «Y vino la Inundación, y luego de la Inundación la nave reina bajó de los cielos nuevamente,» dice en una inscripción cuneiforme sumeria.
¿En qué forma imaginaron los sumerios a sus dioses? La mitología sumeria y algunas tablas y dibujos dan información sobre esto. Los «dioses» sumerios no eran antropomórficos, y cada símbolo de un dios estaban conectado con una estrella. Las estrellas se ven en las tablas como las dibujaríamos hoy. Lo único llamativo es que estas estrellas están rodeadas de planetas de varios tamaños. ¿Cómo sabían los sumerios, que no tenían nuestras técnicas para observar los cielos, que una estrella fija tiene planetas? Hay bosquejos en los que se ven personas llevando una estrella en su cabeza, mientras otros viajan en pelotas con alas. Hay una figura que instantáneamente nos recuerda al modelo de un átomo: un círculo de pelotas colocadas cerca de otra que irradia, pero no está rodeada de rayos. Si miramos el legado de los sumerios con «ojos espaciales», está abarrotado de preguntas y enigmas a lado de los que los terrores de las profundidades y los misterios de los cielos palidecen.
Aquí hay sólo algunas curiosidades de la misma zona geográfica: Dibujos de espirales, una rareza hace 6000 años, en Geoy Tepe.
Una planta productora de pedernal con una edad de 40 000 años en Gar Kobeh.
Hallazgos similares en Baradostian, con una estimación de 30 000 años. Figuras, tumbas e implementos en piedra en Tepe Asiab con 13 000 años. Excremento petrificado, posiblemente no humano, hallado en el mismo lugar.
Herramientas e instrumentos para tallar piedra encontrados en Karim Shair. Armas de pedernal y herramientas excavadas en Barda Balka. Esqueletos de hombres y un niño encontrados en una cueva en Shandiar. Por el método de carbono 14 su procedencia fue fijara en el año 45 000 antes de Cristo.
La lista podría ser alargada considerablemente, y cada dato refuerza la afirmación de que una mezcla de hombres primitivos vivió en el territorio de Sumeria hace alrededor de 40 000 años. De repente, por razones hasta hoy inexplicables, los sumerios estaban allí con su astronomía, su cultura y su tecnología.
Las conclusiones de la previa presencia en la tierra de visitantes desconocidos desde el universo son todavía puramente especulativas. Podemos imaginar que los «dioses» aparecieron y juntaron a los pueblos semisalvajes de la región de Sumeria y les transmitieron algo de sus conocimientos. Las figuras y estatuas que nos miran hoy desde las vitrinas de los museos muestran una mezcla racial, con frentes redondas, labios finos y narices generalmente largas y rectas. Una imagen que es difícil de ubicar en el sistema de pensamiento esquemático y su concepto de los pueblos primitivos.
¿Visitantes del universo en la remota antigüedad?
En el Líbano hay unas rocas parecidas al vidrio, llamadas tectitas, en las que se encontraron isótopos de aluminio radioactivos.
En Egipto e Irak encontramos cortes de lentes de cristal que hoy en día sólo pueden hacerse usando óxido de cesio, en otras palabras, un óxido que debe ser producido mediante un proceso electro químico.
En Helwan hay una pieza de tela tan fina que hoy en día sólo podría ser tejida en una fábrica especial con gran tecnología y experiencia. Baterías eléctricas secas, que trabajan con el principio galvánico, se encuentran en el museo de Bagdad.
En el mismo lugar, el visitante puede ver elementos eléctricos con electrodos de cobre como un electrolito desconocido.
En las montañas de la región asiática de Kohistan, un dibujo de una caverna reproduce la exacta posición de las estrellas como estaban hace 10 000 años. Venus y la Tierra están unidad por líneas.
Ornamentos de platino derretido fueron encontrados en la meseta peruana.
Partes de cinturones de aluminio yacían en una tumba en Yungjen, China. En Nueva Delhi hay un antiguo pilar de hierro que no puede ser destruido por fósforo, sulfuro o el efecto del clima.
Esta extraña madeja de «imposibles» debería volvernos curiosos e inquietos. ¿Con qué medios, con qué intuición los primitivos habitantes de una caverna se las ingeniaron para dibujar las estrellas en su correcta posición? ¿De qué laboratorio de precisión vinieron estos cortes de lentes? ¿Cómo pudieron derretir y modelar platino, desde que se derrite solamente a 1800 grados centígrados? ¿Y cómo pudieron los antiguos chinos hacer aluminio, un metal que debe ser extraído de la bauxita bajo grandes dificultades técnicas y químicas?
Preguntas imposibles, de seguro, ¿pero quiere decir que no debemos hacerlas? Desde que no estamos preparados para admitir que hubo una elevada cultura o una igualmente perfecta tecnología antes de la nuestra, todo lo que queda es la hipótesis de una visita del espacio. Mientras la arqueología sea conducida como lo ha sido, no tendremos la oportunidad de descubrir si nuestro oscuro pasado fue realmente oscuro o tal vez bastante iluminado.
Un momento utópico en la arqueología debe venir, en el cual los arqueólogos, físicos, químicos, geólogos, metalúrgicos, y todas las ramas correspondientes de estas ciencias deben concentrar sus esfuerzos en una sola pregunta: ¿Nuestros antepasados recibieron visitas del espacio?
Por ejemplo, un metalúrgico podría decirle a un arqueólogo rápidamente y en forma concisa lo complicado que es producir aluminio. ¿No es concebible que un físico pueda reconocer instantáneamente una fórmula en una pintura ecuestre? Un químico con sus aparatos desarrollados sería capaz de confirmar que los obeliscos fueron extraídos de la roda usando ácidos desconocidos. El geólogo nos debe una serie de respuestas a preguntas sobre el significado de ciertos depósitos de la edad de hielo. El grupo debería contener buzos que investigaran el Mar Muerto para huellas radioactivas de una explosión atómica sobre Sodoma y Gomorra.
¿Por qué las más antiguas bibliotecas del mundo son secretas? ¿De qué tienen miedo? ¿Les preocupa que la verdad, protegida y escondida por tantos miles de años, finalmente salga a la luz?
Investigación y progreso no pueden ser detenidos. Durante 4000 años los egipcios consideraron a sus «dioses» como seres reales. En la Edad Media todavía matamos «brujas» en nuestro abrasador celo ideológico. La creencia de los antiguos griegos de que podían predecir el futuro a partir de las vísceras de un ganso está tan fuera de época como el convencimiento de los ultra conservadores de que el nacionalismo aún tiene la más mínima importancia.
Tenemos mil y un errores del pasado para corregir. En el pasado, el hombre que llevaba delante una nueva idea, podría contar con ser despreciado y perseguido por la iglesia y sus colegas. Las cosas hoy deberían ser más simples. No hay más anatemas, y los fuegos en las piras no se encienden más. Los métodos actuales son menos espectaculares, pero no menos obstructores del progreso. Ahora todo es más «civilizado» y hay menos ruido. Teorías e ideas intolerablemente audaces son silenciadas o descartadas con frases asesinas como:
¡Está contra las reglas! (Siempre útil).
¡No es suficientemente clásico! (Destinado a impresionar).
¡Es muy revolucionario! (Inigualado en su efecto disuasorio).
¡Las universidades no seguirán con eso! (Convincente).
¡Otros ya lo han probado! (Por supuesto, ¿pero tuvieron éxito?).
¡No vemos sentido en eso! (Queda demostrado).
Hace quinientos años un científico gritó en una corte legal, «El sentido común debe decirle a cualquiera que la tierra no puede ser una pelota, si no la gente en la mitad inferior caerían al vacío».
«En ningún lugar de la Biblia» afirmó otro, «dice que la Tierra gira alrededor del Sol. Por lo tanto, esa afirmación ¡es un trabajo del diablo!».
Parece que la estrechez mental siempre fue una característica cuando las nuevas ideas comienzan. Pero en el umbral del siglo XXI el trabajo de investigación debe estar pronto para realidades fantásticas. Debemos estar ansiosos de revisar leyes y conocimientos que han sido considerados sacrosantos por siglos pero son puestos en duda por el nuevo conocimiento.
Nada es increíble hoy en día. La palabra «imposible» debería ser literalmente imposible para el científico moderno. Cualquiera que no acepte esto hoy será aplastado por la realidad mañana. Así que vamos a adherirnos tenazmente a nuestra teoría, según la cual astronautas de distantes planetas visitaron la tierra hace miles de años. Sabemos que nuestros antepasados ingenuos y primitivos no sabían qué hacer con la tecnología superior de los astronautas. Adoraron los astronautas como «dioses» que vinieron de las estrellas, y los astronautas no tuvieron otra opción que aceptar pacientemente su adoración como un homenaje a las divinidades, para lo cual nuestros astronautas debían estar bastante preparados.
Algunas partes de nuestra tierra todavía están habitadas por pueblos primitivos para quienes un revólver es un arma del diablo. En ese caso, un jet puede ser un vehículo angelical para ellos. Y una voz procedente de una radio puede parecer la voz de dios. Estos últimos pueblos primitivos, ingenuamente traspasan de generación en generación su asombro por la técnica que hoy damos por descontada. Todavía arañan sus figuras divinas y sus naves maravillosas que vienen del cielo en los acantilados y paredes de las cavernas. De este modo estos pueblos salvajes han conservado para nosotros lo que estamos buscando.
Los dibujos de las cavernas en Kohistan, Francia, Norteamérica y Rhodesia del Sur, en el Sahara y en Perú, así como en Chile, todos contribuyen a nuestra teoría. Henri Lhote, un erudito francés, descubrió en Tassili, en el Sahara, muchos cientos de paredes pintadas con muchos miles de pinturas de animales y hombres, incluidas figuras con sacos cortos y elegantes.



Al lado de figuras de animales nos asombramos de ver un ser con un tipo de escafandra. Lhote lo bautizó el gran dios Marte y originalmente tenía más de 18 pies de altura; pero el «salvaje» que nos legó el dibujo difícilmente haya sido tan primitivo como nos gustaría si todo se ubicara tan prolijamente en la antigua forma de pensar.

Comparación con un astronauta actual.
Después de todo, el «salvaje» obviamente utilizó un andamiaje para poder dibujar en semejantes proporciones, porque no han habido movimientos de tierra en estas cuevas durante los últimos milenios. Sin forzar mi imaginación, tengo la impresión de que el gran dios Marte es presentado en un traje espacial o de buceo. En sus poderosos hombros se apoya un casco conectado al torso por algún tipo de junta. Hay ranuras en el casco donde la boca y la nariz estarían normalmente. Podríamos suponer que sea el resultado del azar o incluso la imaginación del artista prehistórico sin la pintura fuera única. Pero hay muchas de estas torpes figuras con el mismo equipo en Tassili, y muchas figuras similares se han encontrado en rocas en los Estados Unidos, en la región de Tulare en California.
Quisiera ser generoso, y puedo postular que el artista primitivo sin habilidad retrató las figuras en una forma cruda porque fue lo mejor que pudo hacer. ¿Pero en este caso cómo pudo el mismo habitante de la caverna dibujar animales y seres humanos normales a la perfección? Parece más creíble para mí asumir que los «artistas» eran perfectamente capaces de dibujar lo que vieron. En Inyo County, California, una figura geométrica en una cueva se puede definir, sin forzar la imaginación, como una regla deslizante en un doble marco. La opinión de los arqueólogos es que muestra figuras de los dioses.
Un animal de una especie desconocida con gigantes cuernos verticales en su cabeza, aparece en una vasija encontrada en Siyak, Irán. ¿Por qué no? Pero los dos cuernos tienen cinco espirales a izquierda y derecha. Si se imaginan dos antenas con aislantes de porcelana, es más o menos lo que parece este dibujo. ¿Qué dicen los arqueólogos de esto? Simplemente que son símbolos de un dios. Los dioses son de gran valor. La gente explica muchas cosas —ciertamente todo lo que no se puede explicar— refiriéndose a lo que no se puede saber o es sobrenatural. En este mundo de lo no demostrable pueden vivir en paz. Cada figura encontrada, cada artefacto reconstruido, cada figura restaurada de sus fragmentos —todos son instantáneamente asociados con una religión antigua u otra. Pero si un objeto no puede ubicarse en ninguna de las religiones existentes, aún forzándolo, algún antiguo culto es rápidamente conjurado y aparece como un conejo de la galera. La suma queda bien nuevamente.
¿Pero qué pasa si los frescos, en Tassili o en los Estados Unidos o en Francia, realmente reproducen lo que los pueblos primitivos vieron? ¿Qué diremos si los espirales en las cañas realmente son antenas, justo como los pueblos primitivos las vieron en los dioses desconocidos? ¿No es posible que las cosas que no deban existir realmente existan?
Un «salvaje», quien sin embargo tuvo la habilidad suficiente para ejecutar pinturas rupestres, no puede haber sido tan salvaje. La pintura del muro de La Dama Blanca de Brandenberg (Sudáfrica) podría ser una pintura del siglo XX. Lleva un pullover de manga corta, pantalones ajustados, y guantes, ligas y zapatillas. La dama no está sola; detrás de ella está parado un hombre delgado con una caña extraña en la mano y usando un casco muy complicado con algo como un visor. Esto podría ser aceptado como una pintura moderna sin dudar, pero el inconveniente es que es una pintura rupestre.
Todos los dioses dibujados en las cavernas en Suecia y Noruega tienen cabezas uniformes e indefinidas. Los arqueólogos dicen que son cabezas de animales. ¿Pero no hay algo absurdo en adorar a un dios que también cazamos y comemos? A menudo vemos barcos con alas y también frecuentemente típicas antenas.
Figuras en voluminosos trajes aparecen nuevamente en Val Camonica (Brescia, Italia), y, llamativamente, también tienen cuernos en sus cabezas. No voy a ir tan lejos como para decir que los habitantes de las cavernas de Italia se pasearon entre Norteamérica y Suecia, en Sahara y España (Ciudad Real), para transmitir su ilustrativo talento e ideas. Pero la pregunta se mantiene en el aire —¿por qué los pueblos primitivos crearon figuras en grandes trajes con antenas en sus cabezas en forma independiente unos de otros?
No gastaría una palabra en estas cosas extrañas e inexplicadas si existieran en un solo lugar del planeta. Pero están casi por todos lados.
Tan pronto como miramos al pasado con nuestra mirada de hoy en día y usamos la fantasía de nuestra era tecnológica para rellenar los huecos, los velos que cubren la oscuridad comienzan a levantarse. En el siguiente capítulo, un estudio de los antiguos libros sagrados me ayudará a crear mi teoría con tan creíble realidad que a largo plazo los investigadores de nuestro pasado no serán capaces de evadir las preguntas revolucionarias.