Capítulo XXXIII
Durante algunas semanas preguntas sin respuesta me atormentaban, pero al menos había dejado atrás las pesadillas. Aun así, debatía de vez en cuando con Liz acerca de aspectos de la investigación que habían quedado sin cerrar: ¿Mató Amanda también a Ben King? ¿Por qué arrancó aquellas tres páginas del diario y las metió en una cajita de la habitación de su hija? ¿Qué ponía y dónde estaban, si es que no habían sido destruidas, las otras tres páginas despegadas del diario? ¿Cómo era posible que la médium, Emily Lee, hubiera acariciado con tanta precisión la verdad? ¿Era Amanda una mujer lo suficientemente fuerte como para llevar sola el cuerpo de su hija hasta la hondonada de Perry Lake? ¿Qué le había impulsado a elegir ese lugar exacto y a dejar el cadáver en aquella posición concreta, con los ojos abiertos? ¿Era posible vivir con aquello sin confesárselo absolutamente a nadie?
—No le des más vueltas, Ethan —me respondía siempre ella.
—Es que mi trabajo consiste precisamente en obtener todas las respuestas.
—No, estás muy confundido. Y vete haciendo a la idea. Hasta en los mayores éxitos, hasta cuando todos te feliciten y te den palmaditas en la espalda, habrás dejado detrás un reguero de preguntas sin respuesta. Hay contestaciones que la gente se lleva a la tumba consigo, y que no hay modo de resolver. Acostúmbrate.
Pero yo no estaba dispuesto a adaptarme. Ya arrastraba una pregunta sin respuesta que me dolía en lo más profundo del alma: ¿Quién había sido el malnacido que había atropellado a mi padre y lo había dejado desangrándose en el arcén de una carretera?
Un mes después de que todo hubiese acabado solicité una reunión formal con mi jefe, Peter Wharton, en su despacho de Quántico. Había llegado el día y la hora.
—Ethan, ¿has perdido el juicio?
—No, lo llevo meditando desde hace semanas. No hay vuelta atrás.
—Después de todo lo que te he permitido, de todo lo que he hecho para que el FBI tenga en sus filas a una persona como tú. Dimitir…
—Soy un desastre. Peter, tú mismo acabas de decir que me has tolerado en exceso. Y es verdad. No puedo seguir ni un minuto más siendo agente de la UAC. Es inadmisible, y debo reorientar mi carrera.
—Necesito tipos como tú. No quiero un regimiento, desde luego, ¡me volvería loco y esto sería el caos! Pero sí alguno. Tienes algo especial, Ethan. Mira a Mark, a Tom, a Liz… Esos que llamas tu equipo. Son singulares. Tienen defectos, desde luego, ¡como yo! Pero también virtudes. ¿Piensas dejarlos tirados?
—Estarán mejor sin mí.
—Y una mierda. Hasta Tom pierde el culo cuando le comento que me has pedido permiso para contar con él en una investigación.
—Pero ellos se ciñen a las normas, son nobles y responden a lo que cualquiera espera de un agente del FBI. Yo no.
Mientras hablaba pensaba en mi compromiso con Clarice Brown: debía concederle una entrevista de media hora en exclusiva. Uno más de mis excesos.
—Eso no te lo voy a negar. Te dan cien patadas. Tú eres excéntrico y en ocasiones un cretino. Pero necesito tu inteligencia.
—Hay miles de jóvenes extraordinarios saliendo de las facultades y llamando a las puertas del FBI cada año. No tendrás problemas.
—Sí los tendré. No me expliques cómo hacer mi trabajo. Tienes un don, algo que muy pocos poseen. No es sólo tu maldito cociente intelectual, es otra cosa —Wharton hizo una pausa calculada en su discurso—. Ethan, puedes salvar vidas, ¿lo entiendes?
—Bobadas. He llegado a la conclusión de que es justo lo contrario.
—Pues estás equivocado. Si no fuera así ya me habría encargado personalmente de expulsarte de la agencia.
No quería mantener por más tiempo aquella discusión absurda. Le tendí la mano a mi superior, para que me la estrechara.
—Peter, está decidido. Lo dejo. Ha sido un honor trabajar estos años para el FBI.
—No lo voy a permitir. Tendrás que hacerlo por mí, al igual que yo he hecho cosas por ti.
—Lo siento.
Wharton abrió uno de los cajones de su mesa y dejó sobre ella un expediente. Después señaló con su dedo índice la carpeta.
—¿Y por unos niños? ¿Serás capaz de hacerlo por unos niños a los que un salvaje mutila, les arranca los ojos y después asesina?