ANTES

Tenía doce años cuando me hice la promesa.

Fue el mismo año en que mi madre nos dejó a Mia y a mí para irse con su último novio. Había visto a mi madre enamorarse tantas veces que era como si estuviese desesperada por hacerlo, como si el enamorarse fuese aire y se estuviera ahogando. Nos dejó por una bocanada más y eso acabó matándola.

El amor te puede deshacer. Puede arrebatarlo todo.

Así que me prometí a mí misma: nada de chicos, nada de bailes de instituto, nada de fiestas los sábados por la noche. Me quedaría en casa, sacaría sobresalientes en todo, iría a la universidad para labrarme un futuro distinto. No permitiría que NADIE me lo impidiese.

Pero eso fue antes de que todo cambiara.

Antes de él.