Notas a pie de página

[1] También consultor o consejero. <<

[2] También consejo, consulta. <<

[3] La única excepción parcial se refiere a la teoría explícita de la personalidad. Recientemente he publicado una presentación técnica completa de mis teorías en un libro que debería encontrarse en cualquier biblioteca profesional; por consiguiente, no he incluido ese material en el presente volumen. Me refiero al capítulo titulado «A theory of therapy, personality, and interpersonal relationships as developed in the Client-centered framework», en Koch, S. (comp.): Psychology: A Study of a Science. Nueva York. McGraw-Hill. 1969. vol. 3. págs. 184-260. <<

[4] Client-center Therapy, traducción castellana: Buenos Aires, Paidós, 1966. <<

[5] Se ha respetado el término original a pesar de que a veces está viciado con la idea comercialista o de engaño. <<

[6] De Psychotherapy: Theory and Research, compilado por O. Hobart Mowrer. Copyright 1953, The Ronald Press Company. Reimpreso con autorización del editor. <<

[7] Esta parte requiere explicación. Durante una investigación llevada a cabo por otro profesional, en diversos momentos de su terapia, se le habían presentado a esta cliente un gran número de tarjetas; cada una contenía una frase que describía un tipo de personalidad y ella debía seleccionar una que, a su juicio, describiera la suya. Debía disponer las tarjetas en línea: en un extremo las que mejor la describían, en el otro, las que contenían los elementos más ajenos a su persona. Por consiguiente, cuando la señora Oak refiere que había puesto en primer lugar la tarjeta «Tengo una personalidad atractiva, significa que consideró esto como una cualidad suya muy característica». <<

[8] El terapeuta se refiere al hecho de que, en una entrevista anterior, la cliente manifestó que en la terapia estaba cantando una canción. <<

[9] Selfish» significa «egoísta», y la señora Oak emplea la misma construcción para indicar algo «propio del sí mismo» (self-ish). [Nota del T.]. <<

[10] A menos que se indique lo contrario, los ejemplos elegidos para ilustrar nuestras afirmaciones han sido tomados de entrevistas grabadas. La mayor parte de ellos pertenecen a entrevistas no publicadas hasta ahora, pero algunos fueron extraídos del informe de dos casos de Lewis, Rogers y Shlien5. <<

[11] A medida que ascendemos en la escala, los ejemplos impresos resultan menos adecuados. Esto se debe a que, en estos niveles superiores, la calidad de la vivencia adquiere mayor importancia; una transcripción sólo puede sugerirla, nunca transmitirla por completo. Tal vez más adelante sea posible disponer de una serie de ejemplos grabados. <<

[12] A pesar de esto, no puedo negar la posibilidad de que alguien demuestre que las tendencias que describiré a continuación pueden en cierta medida haber sido iniciadas por mí de manera sutil Las describo como si se manifestasen en el cliente en el transcurso de esta relación que le brinda seguridad, porque ésa me parece la explicación más plausible. <<

[13] Algunos se sorprenderán al ver que hipótesis relacionadas con experiencias tan subjetivas son tratadas como temas de una ciencia objetiva. Sin embargo, el pensamiento psicológico más acabado ha superado ampliamente el conductismo primitivo y ha reconocido que la objetividad de la psicología como ciencia reside en su método, no en su contenido. Por consiguiente, los sentimientos y las aprensiones, tensiones, satisfacciones o reacciones más subjetivas pueden encararse desde un punto de vista científico siempre que sea posible definirlos con precisión en términos operacionales. Sisphenson, entre otros, defendió con energía este punto de vista (en sus Postulados de Conductismo) y mediante su técnica Q ha contribuido a objetivar material muy subjetivo con fines de estudio científico. <<

[14] Hay versión castellana: Walden Dos. Barcelona. <<

[15] Hay versión castellana: Un mundo feliz, México, Diana. <<

[16] Quiero agradecer especialmente los trabajos, publicados e inéditos, de Robert M. Lipgar, Ross L. Mooney, David A. Rodgers y Eugene Streich y las discusiones mantenidas con ellos. Mi propio pensamiento se ha enriquecido tanto por su contacto y se ha entretejido con el de estos autores hasta tal punto que no sabría cómo reconocer los aportes específicos. Sólo sé que el material que presento a continuación expresa muchas de sus ideas. También he aprendido mucho de la correspondencia que mantuve con Anne Roe y Walter Smet acerca de este trabajo. <<

[17] Tal vez sea oportuno, mencionar el origen de esta frase: «… los datos de todas las ciencias tienen una misma fuente, a saber, la experiencia inmediata de un observador: el científico mismo. Es decir, la experiencia directa, matriz inicial a partir de la cual se desarrollan todas las ciencias, ya no es motivo de preocupación para el científica romo tal. Simplemente la da por sentada y luego procede a la tarea de describir los acontecimientos que en ella ocurren, y a descubrir y plantear la naturaleza de las relaciones que existen entre ellos». Spence, Kenneth W., en Marx, M. H. (comp.): Psychological Theory, Nueva York, Macmillan, 1951. pág. 173. <<

[18] Bastará con un ejemplo tomado de mi propia experiencia. En 1941, un estudie realizado bajo mi supervisión demostró que era posible predecir la adaptación futura de los delincuentes juveniles mediante la evaluación de su autocomprensión y autoaceptación realista. El instrumento era burdo, pero permitía obtener predicciones más acertadas que las evaluaciones del medio familiar o social, las habilidades heredadas, etcétera. En ese momento, simplemente no estaba dispuesto a creer en ese hallazgo, puesto que pensaba, como la mayoría de los psicólogos, que los verdaderos factores determinantes de la delincuencia futura eran el clima emocional familiar y la influencia del grupo de pares. Sólo más tarde, cuando mi experiencia en la psicoterapia se desarrolló y profundizó, pude confiar provisionalmente en los hallazgos de este estudio y de otro posterior (1944) que los confirmó. (Véase C. R. Rogers, B. L. Kell y H. McNeil: «The role of self-understanding in the prediction of behavior», en J. Consult. Psychol, 12, 1948, págs. 174-186). <<

[19] He estudiado más profundamente el fundamento racional de este enfoque en otro trabajo: «Toward a theory of creativity». <<

[20] Versión ligeramente modificada del capítulo 12 de Rogers, Cari R. y Kinget, G. Manan: Ptyckotkerapie en Menselijke Verhoudingeru Theorie en Praktijk van de Non-directe Therapie. Utrecht, Holanda, Uitgeverij Het Spectrum, 1960. <<

[21] Las pruebas que corroboran estas afirmaciones pueden hallarse en las referencias (7) y (9). <<

[22] Time, diciembre 2, 1957. <<

[23] Ibid. <<

[24] Deseo destacar que el doctor Rogers no asentía ni disentía. En general no acostumbraba responder a las formulaciones de los estudiantes, a menos que una observación fuera dirigida específicamente a él, y aun en esos casos podía decidir no contestar. Pienso que su principal objetivo era atender las contribuciones de los estudiantes con inteligencia y comprensión. <<

[25] Un estudiante confeccionó una lista de ellos y distribuyó copias entre los compañeros, pero la iniciativa no pasó de ahí. En relación con esto puede mencionarse otro ejemplo más. En la primera sesión Rogers trajo a clase grabaciones de entrevistas terapéuticas. Explicó que no se sentía cómodo en el papel de maestro, que había venido «cargado» y que las grabaciones le daban una cierta seguridad. Un estudiante insistía constantemente en que las escuchásemos. Al cabo de considerable presión por parte de la clase Rogers accedió a regañadientes, pero no se dedicó a esto más de media hora. Aparentemente prefería que los estudiantes crearan grabaciones vivientes y no que escucharan otras que sólo podían tener para ellos una significación meramente académica. <<

[26] El hecho de que para el doctor Tenenbaum esto no fue una experiencia aislada quedó confirmado por otra comunicación personal que me dirigió muchos meses más tarde y en la que dice: «Después del primer grupo coordiné otro, en el que se desarrollaron actitudes semejantes, pero más acentuadas, porque creo haberme sentido más cómodo y haber manejado mejor la técnica. En este segundo grupo se produjo la misma revelación de la personalidad y se manifestó igual excitación y entusiasmo, la misma calidez y el mismo misterio que impregnan a la persona que muda su piel. Los estudiantes de mi clase me dijeron que en los demás cursos se buscaban con la vista, atraídos entre sí como si fueran únicos y diferentes, como si estuvieran ligados por una experiencia especial. En este segundo grupo también observé que los estudiantes habían desarrollado tanta intimidad que al terminar el semestre intentaban hacer reuniones anuales para mantener viva esa experiencia y no perderse unos a otros. También hablaron de cambios radicales y fundamentales en su persona, en sus puntos 4 vista, valores, sentimientos y actitudes hacia sí mismos y hacia los demás». <<

[27] Skinner, B. F., en Wayne Dermis (comp.): Current Trends in Psychology. University of Pittsburgh Press, 1947, págs. 24-25. <<