Mecanicismo y vitalismo
Pintura de la serie «Mecanicismo», de Marco Bizzarri (1988).
El mecanicismo es una doctrina filosófica, derivada de la revolución científica del siglo XVII, según el cual cualquier fenómeno natural puede explicarse a partir de los principios de la mecánica, es decir, del movimiento local. Esto puede valer desde el punto de vista ontológico (del ser), para el que la realidad más profunda de la naturaleza tendría propiedades puramente mecánicas y en modo alguno espirituales; o bien metodológico, por el que los fenómenos que tienen lugar deberían explicarse solo a través de las leyes de la mecánica y nunca a través de un principio espiritual.
El vitalismo es la doctrina filosófica opuesta al mecanicismo y afirma que el ser vivo no puede ser el mero resultado de la obra de fuerzas mecánicas o físico-químicas. Según la concepción vitalista, el ser vivo no se reduce solo a la materia y a las leyes de la materia, sino que es animado por un principio de naturaleza no física que lo mueve, o está regido por formas particulares de organización interna que no se debe simplemente al principio de causa física.