Capítulo VI.  LA PARIDAD DEL CORAZÓN Y LA ESPINA DORSAL

La obra El Clásico de la Medicina Interna, al igual que otros tratados antiguos que también relacionan al corazón (mente) y a la columna vertebral, habla de los meridianos Jen y Tu. Los taoístas son también muy explícitos acerca de la relación entre el corazón, la columna vertebral y el autodesarrollo. Como sabemos, el Tai-chi chüan es un sistema interno. Como base de su propio desarrollo, el inmortal Chang San-feng(62), quien vivió a finales de la dinastía Sung (960-1126), siguió la teoría del Emperador Amarillo y de Lao Tze sobre la acción que surge de la no-acción (wu-wei). También se basó en los conceptos de "principio" (li) (63), "chi"(64), e "imagen" (hsiang) (65) que se encuentran en el libro I Ching. En lo fundamental, esto viene a ser lo mismo que los meridianos Jen mo y Tu mo, que son los más importantes de los ocho canales adicionales (ch'i-ching pa-mai) (66). El meridiano Jen es gobernado por el corazón y el meridiano Tu por la columna vertebral que, a su vez, se asocia con los riñones. Si distinguimos a ambos según la esencia y función, la columna vertebral es la esencia y el corazón es la función. En términos de su unidad, la esencia y la función se completan cuando el corazón y los riñones interactúan correctamente. El hecho de que el Tai-chi preste especial atención a este aspecto es la razón por la cual supera a todas las demás artes marciales o a cualquier clase de ejercicio.

Hay que tener presente que el corazón gobierna el cuerpo entero. Las palabras: "Recuperar nuestro corazón verdadero"(67) resumen la esencia de las enseñanzas de los sabios. Los budistas ch'an (Zen) dicen lo mismo con otras palabras: "¿Está el señor en casa?" El "señor" es sin duda el corazón. Es casi idéntico al hincapié que los taoístas ponen en la interacción correcta entre el corazón y los riñones. Son sencillamente dos medios distintos con un mismo fin; los dos conducen a su justo lugar. Sin embargo, el Tai-chi chüan, da un paso más, dado que no hay nada más claro o más profundo que aquello que se experimenta directamente en la práctica. Por eso, apoyo la idea de la paridad del corazón y de la columna vertebral, de que uno es tan importante como el otro. Así, tengo la esperanza de que se descubra la verdad de que donde hay teoría, también tiene que haber aplicación (práctica).

Cuando hablamos del corazón no nos referimos al corazón físico, sino al "corazón espiritual"(68). Originariamente, el corazón espiritual y el corazón físico no estaban separados. Es decir, el sumamente sutil funcionamiento del corazón físico dependía del corazón espiritual. Cuando hablamos de la columna vertebral, nos referimos a sus veinticuatro articulaciones. Es el hueso más importante del cuerpo y con mayor número de articulaciones. Los órganos internos están sujetos a la columna vertebral; los Cinco Apéndices(69)y el tronco dependen de ella para su soporte. No obstante, todo esto es de importancia secundaria. Sería muy superficial hablar de la salud y del desarrollo personal sin mencionar la columna vertebral. Por tanto, vemos que el Tai-chi chüan se dirige a la raíz.

Los principiantes deben mantener tanto la mente como el chi en el tan-tien. "No deben olvidarlo ni forzarlo"(70). Es lo que se llama "Recuperar nuestra mente verdadera"(71), o "El señor está en casa". Después de mucho tiempo, el chi pasa con naturalidad al punto wei-lü, se precipita a través del punto chia-chi, atraviesa el punto yü-chen y finalmente llega al punto ni-wan en la coronilla desde donde desciende de nuevo al punto tan-tien(72). Es la unión de los meridianos Jen y Tu, la interacción del corazón y los riñones. Por supuesto, no se consigue en un día y no es posible forzarlo. Tiene que ser completamente natural. Si uno es capaz de lograrlo, tiene la posibilidad de alcanzar la cumbre de la perfección en el Tai-chi chüan, además de poder disfrutar de una larga vida, salud, e inmortalidad del espíritu.

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Aunque es difícil hablar de la mente, no han faltado eruditos y buscadores espirituales que lo han intentado. Por ejemplo, tenemos las antiguas teorías filosóficas de "la transmisión mental de las enseñanzas", "la rectificación de la mente", y "la imperturbabilidad de la mente"(73). Estos principios, tan eternos como "el tránsito del sol y la luna a través del cielo", fielmente nos pueden servir de modelo. ¿Qué necesidad hay de más explicaciones? No obstante, hay un término que no se ha aclarado del todo: la columna vertebral. En general, cuando los antiguos decían "enderezar las solapas y sentarse precariamente"(74) se referían al proceso de desarrollo personal. Se han dado muchas explicaciones de la palabra "precariamente", pero ninguna se ha atrevido a asociarla directamente con la idea de peligro. La columna vertebral tiene muchas articulaciones como un collar de perlas, una montada sobre la otra. Si nos descuidamos y nos ladeamos hacia un lado o nos inclinamos hacia delante, no tenemos fuerza para soportar bien el tronco, con el posible resultado de enfermedades como úlceras óseas, tuberculosis, o incluso, daño a las vértebras cervicales. ¿No representa esto un peligro? Dándose cuenta de esto, las personas aventajadas en el desarrollo personal tienen cuidado en no sucumbir al aletargamiento y caer enfermos. Por lo tanto, como aviso a quienes estén pisando tierra inestable al borde de un precipicio se les dice: "Enderezar las solapas y sentarse precariamente". Si uno está erguido, no habrá enfermedad; si es precario, se cuidará de no desviarse de lo recto para no caer enfermo. Por todo ello, les aconsejo a los practicantes de Tai-chi chüan que mantengan la columna vertebral recta, que a su vez, es como ensartar perlas de un collar sin dejar que se ladeen o se inclinen. Es importante subrayar que no se trata de adoptar una postura no natural, tensa o rígida; esto sería igual de erróneo. Es suficiente con que seamos conscientes del peligro.