Capítulo 17 - Dudas diversas

Le doy lactancia mixta. ¿Podría quitarle los biberones?

Sí. La producción de leche se adapta a la demanda. Al dar biberones, el niño mama menos y sale menos leche. Al quitar los biberones, mamo más y vuelve a salir más leche.

Por supuesto, hay que tener en cuenta el motivo por el que se introdujeron los biberones. Si no hubo ningún motivo justificado; si le dijeron que 150 gramos por semana era poco peso (cuando en realidad es perfecto), o si no había ningún problema con el peso y le mandaron los biberones para que duerma más, o porque usted tenía que tomar algún medicamento, o por algún otro peregrino motivo, es evidente que sus pechos funcionaban perfectamente y pueden volver a funcionar. Pero si le mandaron ron los biberones porque había algún problema de verdad, si su hijo perdió mucho peso, o engordaba de verdad muy, muy poco, cabe la duda. ¿Realmente tengo poca leche, tendré que continuar siempre con lactancia mixta? ¿O el problema era otro, la mala posición o el horario rígido de las tomas, y ahora puedo hacerlo de otra manera y todo saldrá mejor? Por lo tanto, retirar los biberones no es una cosa que se pueda hacer alegremente.

Hay que controlar el peso cada pocos días. Es posible que durante tres o cuatro días el peso se estanque y luego vuelva a subir. Pero si pierde peso, o si pasan varios días y no lo recupera, quiere decir que hemos de retirar los biberones más lentamente, o incluso que no podremos retirarlos del todo.

Si la cantidad de biberón que toma su hijo es pequeño, digamos menos de 200 mililitros al día, probablemente podrá suprimirlos de golpe. 'No le dé más biberones, y ya está. Pedirá pecho a todas horas durante dos o tres días, y luego se volverá a normalizar.

También puede hacerlo poco a poco, bajando cada día la cantidad de biberón: 180, 150, 120... A veces, en menos de una semana se suprimen por completo; otras veces hay que ir más despacio. Todo esto, por supuesto, controlando el peso. Eso sí, siempre los biberones bien preparados, con una medida de polvo por cada 30 mililitros de agua. No haga los biberones más diluidos; entonces su hijo no estaría tomando suficiente alimento, pero tampoco podría mamar más porque tendría el estómago lleno de agua.

Otra posibilidad es reducir los biberones a demanda. Dele un pecho, comprimiéndolo si es que no mama muy bien (pág. 87). Dele luego el segundo pecho (si es que lo quiere). Si se queda más o menos tranquilo y contento, no le dé biberón. ¿Que al cabo de veinte minutos vuelve a pedir? Pues le vuelve a dar el pecho. Todas las veces que haga falta. Sólo le da biberón si acaba el segundo pecho y en ese momento se queda protestando de hambre. Pero no le da tanto biberón como de costumbre, sólo un poquito, 60 o 30 mililitros. ¿Que se lo acaba todo y sigue llorando de hambre? Pues 30 mililitros más, y otros 30 después si hace falta. Pero si se queda más o menos tranquilo, pues ya está. Y si a los veinte minutos vuelve a pedir, le vuelve a dar el pecho. Es decir, que si realmente el niño llora de hambre, le va a dar (aunque a plazos) la misma cantidad de biberón que le solía dar. Pero si aguanta con menos, pues menos. La idea es que, en vez de tomar cada tres horas el pecho y el biberón, a lo mejor toma el pecho cada hora u hora y media, pero el biberón, cada cuatro o cinco horas. En unos días se los habrá suprimido por completo.

Estoy hablando todo el rato de biberones. En realidad, me refiero a la leche artificial, administrada por cualquier medio. Cuando no queda más remedio que darle un suplemento a un niño de pecho, es mejor no hacerlo con un biberón, porque muchas veces se lían y empiezan a mamar mal. Es mejor dárselo con un vasito o un cuentagotas. Pero si ya lleva varios días dándole biberones, y ahora se los va a quitar, ya no viene de aquí. Puede intentarlo con un vaso, pero si le resulta difícil, no vale la pena que su hijo y usted hagan el esfuerzo de aprender a tomar con vaso, cuando de todos modos en pocos días lo va a dejar.

Además de darle el pecho a todas horas, ¿vale la pena sacarse leche, para estimular la producción? Si el niño mama a todas horas, casi no va a tener tiempo material. Y si el niño mama bien (o si le funciona bien la compresión del pecho) tampoco quedará mucho por sacar. Pero si el niño mama fatal, o rechaza el pecho, o la compresión no le acaba de funcional; es buena idea sacarse leche y dársela como suplemento, después del pecho y antes de la leche artificial.

Dejé de dar el pecho hace semanas, ¿podría volverle a dar?

Sí. Es posible retirar los biberones innecesarios y volver a la lactancia materna exclusiva, incluso cuando el bebé llevaba semanas o meses sin mamar nada de nada, o cuando no había mamado nunca.

A lo mejor, su hijo nació prematuro o estuvo muy enfermo y no pudo tomar el pecho. O decidió no dar el pecho, y ahora ha cambiado de opinión. Tal vez le recomendaron destetarlo porque el niño no engordaba, y ha podido comprobar que con el biberón engorda lo mismo o menos...

El proceso se suele denominar relactación o relactancia. Hay que conseguir dos cosas: que salga leche, y que el niño mame. Ambos objetivos están interrelacionados, pero son relativamente independientes. El bebé probablemente mamará más si sale algo de leche, pero no es imprescindible: del chupete nunca sale nada, y bien que lo chupan; ¿por qué no iban a chupar un pecho vacío? Por otra parte, saldrá más leche si el niño mama, pero tampoco es imprescindible: también es posible estimular la producción sacándose leche, a mano o con un sacaleches.

Por supuesto, al principio saldrá muy poca leche, o nada. Hay que tener paciencia, y perseverancia. No se machaque el pecho; es mejor intentar sacarse leche durante cinco o diez minutos cada vez, pero repetirlo ocho o diez veces al día, o más si tiene tiempo y ganas, que estarse media hora seguida para no sacar nada. Se han probado distintos medicamentos para estimular la lactancia, pero en general no parece que tengan grandes ventajas; se puede relactar sin necesidad de medicamentos.

Producir leche es relativamente fácil; si es constante, acabara saliendo. Otra cosa es que el niño mame, porque, claro, eso ya no depende de usted. Si no le da la gana, no mamará. Cuanto más joven sea el bebé, más fácil será que acabe mamando; antes de los cuatro meses el éxito es altamente probable. Con los niños mayores cuesta un poco más. Algunas madres se sacan leche, pero no consiguen que el niño mame; tienen que darle la leche con un vaso, o mezclada con los cereales. De todos modos, ha habido niños con más de un año que han vuelto a mamar. Vale la pena intentarlo.

A veces basta con ponerse el niño al pecho, y empieza a mamar tan ricamente, aunque lleve semanas sin hacerlo. Pero, muchas veces, el niño acostumbrado a los biberones rechaza el pecho, o no sabe qué hacer con él. Nunca intente rendir al niño por hambre, no darle nada para que se vea obligado a tomar el pecho. Primero, porque es una falta de respeto; segundo, porque además no funciona: cuando tenga más hambre estará nervioso y enfadado, y probablemente mamará aún peor. Es mejor darle de comer (mejor la leche con un vasito; pero si lleva semanas o meses con el biberón, tampoco importa por unos días más) y luego, cuando está contento, dele mucho contacto piel con piel. Métase con su hijo en la cama, desnuda de cintura para arriba, el bebé sólo con el pañal.

Póngaselo encima, con la cabecita entre los pechos, como si acabase de nacer.

Dígale cosas bonitas, acaríciele, descanse. Muchos niños, al cabo de media hora, o de una hora, se van ellos solitos hacia el pecho y se ponen a mamar. Y si no, al menos ha pasado un buen rato descansando y disfrutando con su hijo, y ya volverá a probar en otro momento. En cambio, si dedica ese tiempo a intentar meterle el pecho en la boca (ponte aquí, ponte allí, abre la boca, ábrela más, no está bien cogido, sácalo y vuelve a empezar...), es probable que acaben los dos llorando, madre e hijo, y además la desagradable experiencia hará que la próxima vez tenga todavía menos ganas de mamar.

Muchas madres consiguen volver a la lactancia materna exclusiva. Otras no.

Algunas madres tienen que ciar lactancia mixta durante unos meses porque si intentan suprimir completamente la leche artificial, el peso se estanca o disminuye. Cuando se empiezan las papillas, pueden ir sustituyendo a la leche artificial, de modo que a los nueve o diez meses el bebé puede tomar sólo pecho y comida sólida, como si nunca hubiera tomado biberones.

Me han dado unas pastillas para cortar la leche...

Aunque haya tomado medicamentos para cortar la leche, podrá volver a dar el pecho. Hace años se usaba bromocriptina (Parloder), y antes de eso se usaban estrógenos; su efecto era muy limitado, bastaba con dejar de tomar el medicamento y dar el pecho normalmente, y la leche subía en seguida. Ya casi no se usa la bromocriptina; en Estados Unidos hace años que se prohibió su uso para suprimir la lactancia, debido a sus efectos secundarios. Hoy en día, el medicamento usado para cortar la leche suele ser la cabergolina (Dostinex®); por desgracia es de efecto muy prolongado; sabemos de madres que han cambiado de opinión y han conseguido dar el pecho, pero han tardado dos semanas o más en tener algo más que unas gotas de leche. Precisamente porque casi no sale leche, puede ponerse al niño al pecho inmediatamente: que no le vengan con que pasa a la leche y le puede hacer daño, ¿a qué leche va a pasar?

Dar el pecho a un niño adoptado

En algunas culturas es habitual que, si la madre muere en el potro, la o alguna tía den el pecho al bebé. Entre nosotros, hay muchas madres que dan el pecho a sus hijos adoptados.

El truco es el mismo que para relactar a un hijo propio. Cuanto menor la edad del bebé, más fácil es que se agarre. Hay que ciar el pecho o sacarse leche con frecuencia, diez veces al día o más. Si sabe con antelación cuándo va a recibir a su hijo, puede empezar a estimular la lactancia con un par de meses de antelación. Partiendo de cero, las primeras gotas de leche pueden aparecer en un periodo de cuatro a siete días, y se puede conseguir uno lactancia materna exclusiva en tres o cuatro semanas, si es que se consigue. Es más fácil cuando la madre ha tenido hijos propios y les ha dado el pecho. Si tiene algún trastorno hormonal que le impide tener hijos, tal vez eso también dificulte la lactancia.

En todo caso, incluso en las circunstancias más favorables, no todas las madres consiguen la lactancia materna exclusiva. Muchas tienen que dar lactancia mixta, y algunas no consiguen más que unas simbólicas gotas ele leche. No es bueno obsesionarse con la cantidad de leche; lo importante de esta aventura es la especial relación con su hijo, la increíble sensación de tenerlo pegadito a su piel.

En la página web de la Asociación Española de Pediatría encontrará, traducido, un interesante documente de la OMS sobre relactación.

Departamento de Salud y Desarrollo del Niño y del Adolescente. Relactación.

Revisión de la experiencia y recomendaciones para la práctica. OMS, 1998

www.aeped.es/lac-mat/otros-doc.htm

Cesárea

Las mujeres que dan a luz por cesárea suelen dar el pecho menos tiempo que las que han tenido un parto normal. Pero no tendría que ser así. En la. cesárea cortan la barriga, no la leche; los pechos funcionan perfectamente. Lo que ocurre es que, en muchos hospitales, el inicio de la lactancia es muy distinto tras una cesárea. Hay hospitales en que los niños nacidos por cesárea maman antes de una hora; hay hospitales en que el bebé está en contacto piel con piel (y mama, si quiere) mientras el médico acaba ele coser la herida. Pero también hay hospitales en que el bebé nacido por cesárea está separado de la madre durante seis o doce horas (¡o más!), en que nadie ayuda a la madre a encontrar una posición cómoda para dar el pecho sin que le duela la cicatriz.

Un pequeño problema inicial puede crecer como una bola de nieve; si se pone tarde al pecho le habrán dado algún biberón en ese tiempo, se cogerá mal, la madre tendrá grietas...

Caída del cabello

El cabello no crece eternamente. Cada pelo tiene un ciclo: nacimiento, crecimiento, reposo y caída. Cada día se nos caen docenas de cabellos, que son sustituidos por otros que van creciendo. En muchos animales, todos los pelos crecen al mismo tiempo: tienen una hermosa pelambrera en invierno, y se quedan pelados en verano. En el ser humano, cada pelo va por libre, y nuestra cabellera tiene el mismo aspecto a lo largo de todo el año.

Pero durante el embarazo, muchos pelos se ponen de acuerdo y entran simultáneamente en fase de reposo. Se caen muy pocos pelos durante el embarazo. La cabellera abundante, la piel suave y elástica, la sonrisa de orgullo... no hay duda de que las embarazadas están guapísimas. El precio es que los cabellos se han sincronizado, y entre uno y cinco meses después del parto entran, también simultáneamente, en fase de caída. Es el llamado efluvio telógeno, un fenómeno completamente normal. ¡No, no se va a quedar calva, por más que el cepillo quede lleno de pelos cada mañana! Entre los seis y los doce meses después del parto, todo vuelve a la normalidad.

La caída del cabello en el posparto no se debe a la lactancia materna, con el biberón se cae igual; no se debe a falta de hierro (si le han hecho análisis y le falta hierro, por supuesto tiene que tomar hierro, pero eso no evitará la caída del cabello) ni de ningún otro nutriente. Algunas almas caritativas insistirán en decirle que está usted dejándose la salud y desgastándose por su absurda manía de dar el pecho; no haga caso. Desesperadas ante la perspectiva de quedarse calvas (¿por qué tendrán las mujeres tanto miedo a quedarse calvas? Que lo tengamos los varones, se entiende; pero las mujeres, ¿cuántas mujeres calvas ha visto por la calle?), muchas madres recurren a lociones, suplementos y tratamientos comprados en la farmacia, la herboristería o la perfumería. La etiqueta promete detener la caída del cabello, y en este caso al menos cumplen lo prometido: entre los seis y los doce meses después del parto, todo vuelve a la normalidad. Exactamente igual que si no hubiera hecho nada. La diferencia es que se habrá gastado un dinerito (en algunos casos, un dineral) que podría haber usado en cosas más útiles.

American Academy of Dermatology. Expecting a baby? expect come chances in your skin, hair and nails. www.aad.org/PressReleases/baby.html

American Academy ol Dermatology. Hair today, gone tomorrow: early diagnosis is the key to treating hair loss in women.

www.aad.org/PressReleases/hairloss.html

Radiografías

Los rayos X son radiaciones electromagnéticas, como la luz, y se desplazan a la velocidad de la luz. Unos segundos después de hacernos una radiografía, los rayos que nos acaban de atravesar ya están más allá de la luna. No se nos quedan dentro, no nos volvemos radioactivos y de color verde fosforito, como en los dibujos animados. Al pecho no le afecta para nada, a la leche no le afecta para nada. Puede usted hacerse todas las radiografías que necesite durante la lactancia, incluyendo radiografías de tórax y mamografías, y puede dar el pecho en cuanto salga del médico, sin esperar ni cinco horas ni cinco minutos, sin sacarse leche y tirarla. La leche está totalmente normal después de hacer una mamografía.

No importa que la radiografía sea con contraste. Los contrastes yodados endovenosos no son tóxicos (a usted se lo van a inyectar en vena y no le va a pasar nada), no alteran el tiroides ni para bien ni para mal (el yodo forma parte de una molécula de la que no se puede separar), casi no pasan a la leche y casi no se absorben por vía oral. El bario que se usa para radiografías del estómago o del intestino no se absorbe por vía oral, por lo que es imposible que pase a la leche, y tampoco es tóxico. A los recién nacidos se les hacen radiografías con contraste sin ningún peligro. Puede usted dar el pecho a los dos minutos ele ponerle el contraste, no hay que esperar, no hay que descartar la leche.

También puede hacerse ecografías, tomografías computerizadas (TAC o TC) y resonancias magnéticas sin ningún temor, y dar el pecho al momento. El gadopentato y el gadoteridol (contrastes que se usan a veces para la resonancia magnética) casi no se absorben por vía oral y casi no pasan a la leche, y se usan en recién nacidos porque no son tóxicos. Para darle a un recién nacido la cantidad de gadopentato necesaria para hacerle una resonancia, tendríamos que inyectarle varios miles de litros de leche materna.

Sin embargo, todavía hay gente que propone sacarse y tirar la leche durante veinticuatro horas. Eso es un verdadero disparate. Dar el pecho después de una resonancia con gadopentato no tiene ningún peligro. Absolutamente ninguno. No estoy diciendo poco, estoy diciendo ninguno. En cambio, dejar de dar el pecho durante veinticuatro horas sí que es peligroso. Y dejar de hacerle a una madre una resonancia que necesita, dejar su enfermedad sin diagnóstico y sin tratamiento durante meses porque está dando el pecho, también es peligroso.

Kubik-Huch RA, Gottstein-Aalame NM, Frenzel T, Seifert B, Puchert E, Wittek S, Debatin JE Gadopentetate dimeglumine excretion into human breast milk during lactation. Radiology 2000;216:555-8

Teñirse el Pelo

No sé de dónde habrá salido esta leyenda urbana, pero muchas veces he oído decir que no te puedes teñir el pelo durante la lactancia, porque el tinte es tóxico y pasa a la leche.

Vamos a ver. El tinte no te lo tragas, te lo ponen en la cabeza. ¿Que parte de ese tinte se absorbe por la piel y pasa a la sangre? Pues no lo sé ni me importa. Tal vez, una centésima o una milésima parte del tinte se absorba, no lo sé pero es verosímil. Y tal vez una centésima parte de lo que hay en la sangre pase a la leche, tampoco lo sé. En cualquier caso, una cosa está clara: si el tinte fuera tóxico, la primera intoxicada sería la peluquera, que pasa el día tocando tinte y respirando los vapores; aunque usen guantes, veríamos miles de peluqueras intoxicadas por el tinte. Y la segunda intoxicada sería la madre, que es la que tiene todo ese tinte en la cabeza. Puede estar tranquila: si alguna vez hubo tintes tóxicos, hace décadas que están prohibidos. Y si el tinte no le hace a usted ningún daño, mucho menos se lo va a hacer a su hijo.

Ejercicio físico

Puede practicar cualquier tipo de deporte durante la lactancia. Su leche seguirá siendo igual de nutritiva e igual de abundante.

A algunos niños les molesta el sabor salado del sudor en el pezón. Puede limpiarse con una toalla húmeda antes de dar el pecho.

En algunos casos, después de un ejercicio físico intenso, algunos bebés rechazan el pecho durante unas horas. Se cree que podría deberse al aumento del ácido láctico (el que produce las agujetas) en la leche. Pero estamos hablando de ejercicio físico realmente intenso, de deportistas profesionales que entrenan, no de una horita en el gimnasio del barrio, y en todo caso es un problema leve. El ácido láctico no es tóxico (es el del yogur), y si el niño rechaza el pecho ahora, ya mamará un poco más tarde. Puede seguir entrenando, y puede seguir dando el pecho.

El ejercicio físico durante la lactancia puede mejorar el bienestar y la forma física de la madre, sin afectar a la cantidad ni a la composición de la leche ni perjudicar en modo alguno al lactante. La madre que lacta puede practicar cualquier tipo de deporte.

Lovelady CA, Hunter CP, Geigerman C. Effect of exercise on immunologic factors in breast milk. Pediatrics 2003;111:e148-52

http://pediatrics.aappublications.org/cgi/content/ful1/111/2/e148

Wright KS, Quinn Ti, Carey GB. Infant acceptance of breast milk after maternal exercise. Pediatrics 2002;109:585-9

http://pecliatrics.aappublications.org/cgi/content/full/109/4/585

Cremas depilatorias

Las cremas depilatorias son muy cáusticas. Comer crema depilatoria produce quemaduras mucho más graves que beber lejía. Hay que limpiarse bien antes de tomar al bebé en brazos, y se han de guardar en lugar seguro, pues los niños pequeños podrían confundirlas con pasta de clientes. De hecho, es prudente que en una casa donde hay niños pequeños no haya cremas depilatorias.

Pero no se absorben a través de la piel, no pasan a la sangre y mucho menos a la leche. Puede depilarse con crema durante la lactancia. También puede depilarse con cera, con láser o con cualquier otro método.

Rayos UVA

Los rayos ultravioletas UVA, usados en las cabinas de bronceado, no son buenos para la piel. Su abuso, lo mismo que el de tomar el sol, puede producir cáncer de piel. La Academia Americana de Dermatología recomienda desde hace años que se prohíban los aparatos de rayos UVA.

En cualquier caso, todo el peligro es para la madre. Puede aplicarse rayos UVA, incluso en los pechos, y puede dar el pecho a continuación. No hay ningún peligro para el bebé.

American Academy of Dermatology Tanning Salon Exposure Can Lead to Skin Cancer

www.aad.org/public/News/NewsReleases/Press+Release+Archives/Skinn+Cancer+and+Sun+Safety/Exposure.htm