Capítulo 16

Consecuencias

Al terminar la contribución del batallón a la Solución Final y con el cambio que se dio en la guerra en contra de Alemania, los agentes del Batallón de Reserva Policial 101 se encontraron participando cada vez más a menudo en acciones contra partisanos armados y soldados enemigos. En la primavera de 1943 el batallón sufrió una baja poco común cuando el teniente primero Hagen murió accidentalmente víctima de los disparos de la policía. Durante el último año de guerra, el número de oficiales muertos aumentó de manera espectacular; los tenientes Gnade, Hoppner y Peters cayeron en acción y el teniente Drucker regresó herido a Alemania.[1] El comandante Trapp también volvió a Alemania a principios de 1944.[2] Algunos de los hombres fueron capturados por el ejército ruso que avanzaba, pero la mayoría consiguió regresar a Alemania mientras el Tercer Reich se venía abajo derrotado.

Muchos de ellos volvieron a las mismas ocupaciones que tenían antes de la guerra. Para los dos Hauptsturmführer de las SS, Hoffmann y Wohlauf, así como para 12 del conjunto de 32 suboficiales, eso significaba seguir con la carrera policial. Otros 12 policías de una muestra de 174 miembros de la tropa consiguieron sacar provecho de su servicio en la reserva y tras la guerra se forjaron una carrera en la policía. Como es lógico, los interrogatorios contenían poca información sobre la facilidad con la cual esos 26 soldados continuaron en la policía. Mientras que sólo dos de los reservistas habían sido miembros del Partido, nueve de los suboficiales sí que habían pertenecido a él y tres habían estado también en las SS. Por supuesto, Hoffmann y Wohlauf también habían pertenecido tanto al Partido como a las SS. Hoffmann mencionó que los británicos le hicieron pasar un breve período de internamiento debido a que había sido miembro de las SS. Aunque fue interrogado por las autoridades polacas, lo dejaron en libertad y se reincorporó inmediatamente a la policía de Hamburgo.[3]

Irónicamente, no fue el núcleo de oficiales de las SS los que sufrieron dificultades tras la guerra a causa de las acciones en Polonia del Batallón de Reserva Policial 101, sino el comandante Trapp y el teniente Buchmann. Un policía que había estado en el pelotón de ejecución en Talcyn fue denunciado por su esposa, de la que estaba separado. Cuando lo interrogaron nombró al comandante de su batallón, Trapp; al comandante de su compañía, Buchmann, y a su sargento primero, Kammer. A todos ellos los extraditaron a Polonia en octubre de 1947. El 6 de julio de 1948, tuvieron un juicio de un día en la ciudad de Siedlce. El proceso se centró únicamente en la ejecución de 78 polacos que tuvo lugar como represalia en Talcyn y no en alguna de las mortíferas acciones mucho más numerosas que se llevaron a cabo contra los judíos polacos. Trapp y el policía fueron condenados a muerte y ejecutados en diciembre de 1948. Buchmann fue sentenciado a ocho años de prisión y Kammer a tres.[4]

El Batallón de Reserva Policial 101 no fue sometido a más investigaciones judiciales hasta la década de 1960. En 1958, se formó la Zentrale Stelle der Landesjustizverwaltungen (Sede Central de las Administraciones de Justicia del Estado), situada en la ciudad de Ludwigsburg, al norte de Stuttgart, para iniciar y coordinar la interposición de acciones judiciales contra los crímenes nazis. El personal de la Zentrale Stelle se organizó en varios equipos de trabajo, cada uno de ellos destinado a investigar varias «series de delitos». Sólo después de haber llevado a cabo la investigación inicial de un conjunto de delitos en particular y descubrir el paradero de los sospechosos de más alto rango, se le otorgaba la jurisdicción a la Oficina de la Fiscalía del Estado del estado federal donde vivían el principal sospechoso o sospechosos. Fue durante el transcurso de la investigación de varias series de delitos en el distrito de Lublin que los investigadores de Ludwigsburg encontraron por primera vez a varios testigos del Batallón de Reserva Policial 101. En 1962, el caso fue entregado a la policía y a las autoridades judiciales de Hamburgo, donde todavía vivía la mayor parte de los miembros supervivientes del batallón.

Desde finales de 1962 hasta principios de 1967 se interrogó a 210 antiguos miembros del batallón, a muchos de ellos en más de una ocasión. 14 soldados fueron acusados: los capitanes Hoffmann y Wohlauf; el teniente Drucker; los sargentos Steinmetz, Bentheim, Bekemeier y Grund; los cabos Grafmann* y Mehler*; y cinco policías reservistas. El juicio empezó en octubre de 1967 y el veredicto se pronunció el mes de abril siguiente. Hoffmann, Wohlauf y Drucker fueron condenados a ocho años de prisión, Bentheim a seis, Bekemeier a cinco. Grafmann y los cinco policías de reserva fueron declarados culpables pero, por voluntad de los jueces (según una disposición del código penal que regulaba el proceso, así como para evitar las críticas dirigidas a los juicios de Núremberg por aplicar la ley ex post facto), no les dictaron sentencia. A Grund, Steinmetz y Mehler no los incluyeron en el veredicto porque sus casos habían sido separados durante el proceso debido a sus problemas de salud. Un largo proceso de apelación concluyó finalmente en 1972. Las condenas de Bentheim y Bekemeier se confirmaron, pero tampoco recibieron sentencia. A Hoffmann le redujeron la suya a cuatro años y a Drucker a tres y medio. La Fiscalía abandonó el caso pendiente contra otros miembros del batallón a la luz de su imposibilidad de conseguir sentencias contra nadie más aparte de tres de los acusados en el primer juicio.

Por inadecuado que pueda parecer a primera vista el resultado judicial de después de la guerra, debe tenerse en cuenta que la investigación del Batallón de Reserva Policial 101 fue una de las pocas que condujeron al juicio de algunos antiguos miembros de la Policía del Orden. La mayor parte de las investigaciones de las actividades de los batallones de policía ni siquiera terminaron en acusación. En los pocos casos en que sí se llegó al juicio, sólo se consiguieron unas pocas condenas. En comparación, la investigación y juicio del Batallón de Reserva Policial 101 fue un éxito poco común para las autoridades judiciales alemanas que intentaban ocuparse de los batallones policiales.

Los interrogatorios de 210 soldados del Batallón de Reserva Policial 101 permanecen en los archivos de la Oficina de la Fiscalía del Estado de Hamburgo. Constituyen la fuente ya no principal, sino indispensable para este estudio. Esperemos que los admirables esfuerzos de la Fiscalía al preparar el caso sirvan a la historia mejor de lo que han servido a la justicia.